Los corzos, un problema para los productores de vino
Cataluña

Los corzos, un problema para los productores de vino

El sindicato agrario catalán ‘Unió de Ppagesos’ reclama más facilidades para cazar corzos en las principales zonas vitivinícolas. La superpoblación está causando daños que van desde el 50% hasta el 100% en algunas viñas.


La Unió de Pagesos de Cataluña, cuyo objetivo es promover la agricultura y la ganadería sostenibles y proteger los derechos y el bienestar de los trabajadores del campo, reclama que se  facilite  “al máximo”  la caza del corzo en las principales zonas vitivinícolas, especialmente, en las comarcas del Alt Camp, el Priorat, la Conca de Barberà, Baix Penedès y el Alt Penedès y el Bages. El aumento de la población de estos animales, junto a la falta de disponibilidad de verde por la sequía, provocan daños  en la casi totalidad de algunas parcelas de viña.

También exige que la Comisión del Corzo analice con urgencia los puntos críticos y establezca las zonas donde hace falta una gestión específica de este cérvido, así como que se pongan en marcha las medidas para controlar la población porque, aseguran, se ha convertido en un problema igual de grave que el del jabalí.

Cazar corzos en el mismo periodo que el jabalí

Por eso, Unió de Pagesos pide que se establezca el mismo periodo hábil de caza del jabalí para el corzo en toda Cataluña, ya que su población y los daños que provocan, dicen, se han incrementado y generalizado mucho. En concreto, la demanda es que se puedan cazar machos y hembras de corzos de septiembre a marzo. Actualmente, de noviembre a diciembre no se pueden capturar ninguno de los dos, y de enero a marzo también está prohibido cazar los machos.

Antecedentes: 350 corzos abatidos  sólo en el Priorat

En el 2018 ya se había puesto en marcha un plan piloto para prevenir y mitigar los daños producidos por los corzos a las explotaciones vitivinícolas del Priorat. Se hizo conjuntamente con las administraciones locales y las sociedades de cazadores. Gracias a este trabajo conjunto y a la reducción del periodo de veda, en la comarca se habían pasado de abatir 150 a 350 corzos por término medio por temporada. La organización agraria se mostró satisfecha con el plan piloto arrancado por la administración y confiaba en que mantuviese su compromiso en los  años venideros.

El problema viene de lejos

En los últimos cinco años se ha triplicado la presencia de estos cérvidos por la zona. Incluso se vienen avistando  en grupos de aproximadamente 20 ejemplares.

Ya desde el 2015 el número ha crecido exponencialmente. Actualmente, se calcula que en Cataluña hay 40.000 ejemplares.

Los campesinos denuncian magnitud del problema y lo demuestran con datos. Señalan que las capturas hechas en áreas privadas de caza de toda Cataluña, se han multiplicado por doce desde la temporada de caza del año 2007 -2008, cuando se capturaron 712 ejemplares. Así, según datos del Consejo territorial de caza de Tarragona, en la campaña del 2020-2021 se cazaron 8.622, mientras que el siguiente año las capturas aumentaron y se cifraron en un 44% en Tarragona, principalmente en la Conca de Barberà y en el Alt Camp.

Aplican un producto que repele a los corzos

En abril el Departamento de Acción Climática ha iniciado un ensayo con un producto natural que contiene grasa de oveja para evitar que los corzos se acerquen a la viña y se la coman. De momento, se ha implementado esta técnica en tres fincas del Priorat, el Alt Camp y el Baix Penedès. La acción se enmarca en el Plan estratégico de prevención de daños y control sanitario de especies cinegéticas del Departamento de Acción climática.

Con esta medida quieren alejar el corzo de la viña para llegar a la vendimia con un producto de calidad y con mucha cantidad. Este fitosanitario ya se ha testado en Francia con buenos resultados de control biológico.

El producto repele a los animales tanto a nivel olfativo como gustativo, según ha explicado la jefa de sección de especies cinegéticas del Departamento de Acción Climática en Tarragona. Una vez pasados 30 días de la primera aplicación, técnicos de las Agrupaciones de Defensa Vegetal (ADV) repetirán el proceso y valorarán los resultados.

Acción Climática quiere evitar que este cérvido se expanda ya que puede ser un desastre para la agricultura.

Los daños en la viña

El crecimiento de la población de corzos ha tenido un impacto directo en el sector de la viña. Eso llevó a un centenar de viticultores de la comarca a alertar de que esta especie se alimenta de los brotes tiernos de las cepas cuando brotan en primavera y que había que emprender medidas. Uno de los principales miedos de la población rural es "la selectividad" de este cérvido, cada vez mejor alimentado y menos estresado porque no hay nadie que les moleste. Como consecuencia, cogen los brotes tiernos de los cultivos y estropean la tierra sembrada.

El coordinador de Unió de Pagesos al Priorat explica que los brotes comidos por los corzos pueden rebrotar, pero que ya no producen uva. En el peor de los casos, si el animal persiste demasiado, puede acabar matando la planta.

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