Recorre 600 kilómetros para cazar un impresionante corzo galaico
Crónicas de caza

Recorre 600 kilómetros para cazar un impresionante corzo galaico

Un cazador madrileño ha cumplido su sueño de abatir uno de los espectaculares corzos que esconden los bosques gallegos. Se trata de un macho medallable con una gruesa y larga cuerna de 26 centímetros.


El apasionado a la caza del corzo abandonó su domicilio en la capital de España cuando finalizó su jornada laboral y abatió el corzo en uno de los cotos gestionados por nuestro colaborador habitual, Juancho Fernández, antes de anochecer. Un esfuerzo titánico el que realizó el cazador para hacer realidad el anhelo que perseguía desde hace quince años.

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El cazador junto a su braco alemán instantes después de encontrar el corzo abatido. Las cuernas son largas y gruesas, con una simetría espectacular.

La pasión por la caza del corzo de este cazador no tiene límite

La gesta realizada por el cazador madrileño quizás solo la entiendan aquellas personas a las que enamora la caza del pequeño ungulado. Más de 6 horas de conducción para abatir un corzo para la siguiente mañana regresar a su vivienda habitual.

Nada más recorrer la distancia que separa Madrid de Orense, el cazador preparó su equipo para salir de caza junto a un amigo de la zona. A las 20:30 horas comenzó el trepidante rececho que le llevó a abatir este espectacular ejemplar.

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Vista posterior de las cuernas del corzo.

El perro de sangre del cazador le permitió recuperar el corzo abatido entrada la noche

El otro protagonista de esta historia es Dover, un braco alemán propiedad del cazador. Gracias al fino olfato del can, el madrileño encontró el macho en el interior de un extenso zarzal. En el transcurso del rececho el cazador vio varias hembras y algunos machos, entre ellos un animal de buen porte. Este detectó la presencia del recechista y huyó del lugar en el que se encontraba sin dar posibilidad alguna de abatirlo. Justo antes de anochecer tuvo la fortuna de localizar un macho junto a una hembra en un cortafuego.

No se lo pensó dos veces y disparó su rifle Blaser R8 del calibre .300WM. Al notar el impacto, el ungulado se ocultó entre la vegetación. Cuando el cazador alcanzó el sitio del lance, ya había caído la noche. Dover lo encontró en el interior de un espino a 7 metros del lugar del disparo. Se trata del corzo de mayor trofeo que ha abatido el madrileño.

 


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