Corzo: un ejemplar único y un lance inolvidable
Crónicas de caza

Corzo: un ejemplar único y un lance inolvidable

Una emocionante cacería de un corzo de extraño trofeo nos lleva a acompañar a un cazador que consigue acercarse a 45 metros de un receloso animal para lograr completar un lance inolvidable que narra a continuación.


Txema Hernández, @hunt.ex en Instagram, es un ingeniero industrial de 43 años y cazador desde los 18 que presentamos como un perfecto ejemplo de cómo la caza puede realizarse de manera responsable y sostenible. Aprendió los valores de la caza de su tío, quien le inculcó desde pequeño la importancia de cuidar del medio y de sus especies. Lleva, desde entonces, cazando en un coto social de un pequeño pueblo aragonés dónde afirma sentirse como en casa por ser la tierra que lo vio nacer. Por eso, aunque en ocasiones se desplaza a otras zonas de España con su equipo “ArdesaAdventureTeam”, gran parte de la temporada la pasa participando en las batidas y ganchos que se desarrollan allí.

Para Txema, “cazar no es solo matar". Él entiende que la caza es una responsabilidad, y que hay que cuidar el entorno para mantener el equilibrio en la naturaleza, razón por la cual se preocupa de dar agua a los animales, hacer siembras para que puedan alimentarse, valorar las densidades de machos y hembras, y realizar una caza de gestión.

Apasionado del rececho del corzo

Actualmente, practica tanto la caza mayor como la menor, de hecho, tiene perros pointers para la perdiz y la codorniz, aunque se decanta por la modalidad de rececho, ya que considera que cada experiencia es única y distinta a las demás. Le gusta recechar diferentes especies -cabra, ciervo, sarrio, gamo…- pues considera que cada una de ellas tiene su parte especial y que en cada jornada siempre aprende algo nuevo de cada una de ellas. Sin embargo, el animal que le quita el sueño, y tras el que sale más asiduamente, es el corzo.

Precisamente, en una de sus últimas salidas, consiguió hacerse con un ejemplar que le ha marcado especialmente y cuyo lance comparte con nosotros tal y como se narra a continuación:

No image

 Un corzo de cuernas singulares, multipuntas y asimétrico. A la derecha, Txema Hernández junto a su perra tras el lance ante el extraño corzo.

Así fue la caza del singular corzo

El rececho de este corzo lo realizó con un rifle Merkel k5 Black monotiro calibre .270 win con balas Hornady, un visor Sig Sauer con torreta electrónica y un bípode Vanguard, en una zona del coto en la que los animales estaban causando muchos daños a los almendros de su familia y que estuvo frecuentando durante varias semanas.

Tras una hora caminando entre veredas y siembras, llegó al campo de almendros donde se encontró un grupo de tres corzos y otro más apartado.

Tras valorar al solitario vio que lo tenía a más de medio kilómetro e intentó hacerle una entrada tapándose por una línea de arbolado. A medida que él se acercaba, el corzo se alejaba hasta que, de repente, desapareció. Fue entonces cuando oyó un ruido a su espalda: “sólo le veía las patas”, así que le hizo una entrada para ver qué era, arrastrándose hasta conseguir ponerse a unos 60 metros.

A 45 metros del corzo

Al ver el pincel peneano, supo que era macho, pero no alcanzaba a ver más, por lo que decidió dejar su cámara en el suelo y seguir reptando hasta ponerse a unos 45 metros de él. Ahí fue cuando lo vio completo, pero el corzo… también le vio a él y tras ver que entraba dentro de las características objetivo, decidió ejecutar el lance rápidamente antes de que el animal emprendiera la huida.

El disparo fue certero, y el ungulado cayó a pocos metros

Como en esta aventura venía acompañado de “Prada”, su sabueso de Baviera, Txema dejó enfriar al animal y metió a la cachorra al rastro del que era su primer corzo. La perra llegó rápidamente a la muerte, y el cazador sintió una inmensa satisfacción: el buen hacer de la perra había puesto el broche final a una entrada arriesgada y a un lance lleno de emoción.

Comparte este artículo

Publicidad