El tronco de un árbol salva a un cazador del ataque de un gran jabalí
Crónicas de caza

El tronco de un árbol salva a un cazador del ataque de un gran jabalí

Un cazador de una colla catalana ha estado a punto de ser arrollado por un enorme cochino de 123 kilos en el transcurso de una batida por control de daños a la agricultura en la provincia de Barcelona. El tronco de un árbol evitó que los largos y afilados colmillos del jabalí hiriesen al montero.


En el momento en que el macho iba a impactar contra las piernas del cazador, chocó contra la madera. El montero aprovechó los instantes en los que el macareno quedó conmocionado por el golpe para abatirlo a menos de tres metros de distancia.

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El peso del gran jabalí, con 123 kilos. A la derecha, los cazadores junto al gran jabalí abatido.

Un cazador se juega el físico para ayudar a controlar la población de jabalíes en Cataluña

Los integrantes de la colla de la provincia de Barcelona L"esquirol Petit con sede en el municipio de Lliçà d"Amunt, situado en la comarca del Vallés Oriental, cada fin de semana acuden a la llamada de agricultores y de las autoridades para paliar los daños ocasionados en las siembras y evitar que los cochinos provoquen accidentes de tráfico.

Los cazadores, dirigidos por Jordi Roca, entre los que se encuentra nuestro colaborador habitual Óscar Rivera, realizaron una cacería a finales de enero en la zona del municipio de Lliçà dAmunt denominado Can Tiret.

Óscar Ribera cumple en un lance ante otro jabalí durante la misma batida.

Un gran jabalí embiste a uno de los cazadores

Uno de los componentes del grupo de cazadores barceloneses se llevó en esta batida uno de los mayores sustos de su vida. Francisco Navarro estaba situado junto una extensa mancha de zarzas cuando los perros levantaron un cochino de 123 kilos. EI jabalí puso a prueba a los canes antes de abandonar la vegetación. Perseguido por los perros, el macareno se dirigió al lugar en el que estaba puesto el cazador.

Al ver al macho dirigirse hacia él, los nervios provocaron que errara el disparo. El tronco de un árbol que se encontraba en el trayecto que separaba al montero y al cochino evitó que pudiera arrollarlo. Tras golpear el solitario contra la madera, Francisco lo derribó de un impacto a bocajarro.

 


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