Cupos obligatorios para todas las migratorias

Cupos obligatorios para todas las migratorias

Tras la entrevista que le hice a Carlos Sánchez en esta misma página sobre el futuro de la caza de la tórtola, director del proyecto que financia Artemisan para cazarla racionalmente y evitar que entre en una eterna moratoria, y tras escuchar la charla magistral que José Antonio Torres hizo sobre el zorzal en el tercer Foro de la Caza de Huelva, deduzco que más pronto que tarde la caza de migratorias va a sufrir un cambio radical y necesario si no queremos que acaben prohibidas.


Los grupos ecologistas, liderados en España por la SEO, están intentando por todos los medios prohibir la caza de cualquier ave cazable guiados por su obsesión anticaza. Por ello, a los cazadores no nos queda otro remedio que demostrar, con potentes y rigurosos estudios, que la población de cualquier especie no corre peligro, y después racionalizar su caza, o sea, cazar una parte de esa población asegurando su continuidad en el tiempo.

Eso es lo que está haciendo Artemisan, la asociación cinegética con la colaboración de otras entidades como la Federación Española de Caza. O sea, encargando a científicos que comprueben el estado poblacional de una especie y determinen después cuánto puede cazarse sin poner en peligro su población. Es lo que se están haciendo ahora con la tórtola y el zorzal, pero tendrá que hacerse lo mismo con la codorniz y la becada, incluso con la perdiz roja porque se intuye que la SEO le ha echado también el ojo para intentar prohibir su caza.

Y contra el interés ecologista de prohibir la caza de cualquier especie no vale solo el legítimo pataleo, sino también y sobre todo presentar estudios científicos que demuestren que una determinada especie no es tan escasa como dicen los ecologistas y lo más importante, que los cazadores, mejorando su hábitat hasta donde pueden y cazando racionalmente, pueden mantener sus poblaciones. O sea que la caza racional ayuda más a conservar una especie que prohibiendo su caza. Esto es así porque si una especie deja de tener interés cinegético los cazadores no gastarán su esfuerzo y dinero mejorando su hábitat, por ejemplo.

¿Y cómo va a ser esa caza racional? Fundamentalmente estableciendo una serie de cupos por especie, cazador y autonomía. Aquí es donde no se sabe cómo se van a establecer esos cupos, pero sí cómo se van a controlar. Pongamos que un cazador en Andalucía, puede abatir diez tórtolas por día hábil. Entonces ese cazador, mediante una aplicación en su móvil deberá marcar, antes de salir de su coto, el número de tórtolas que ha cobrado y el día de la cacería. Si la autoridad lo para le pedirá que enseñe su móvil y comprobará que las aves cazadas no superan el cupo y coinciden con la percha. Se entiende que lo marcado en la aplicación ya no se puede modificar.

Que puede haber picaresca, sin duda, como hay ahora, pero la mayoría cumplirá la norma. No me pidan que dé más detalles de este sistema de control del cupo ni de qué forma y en base a qué se pondrán esos cupos porque no lo sé. Me figuro que las comunidades más zorzaleras, o tortoleras, o becaderas, tendrán cupos más amplios y sus cazadores de alguna forma deberán demostrar si son zorzaleros o becaderos. Pero estos detalles lo iremos conociendo a medida que estos científicos vayan desarrollando sus proyectos de caza adaptativa, como se conoce a esta forma de cazar adaptándose a los tiempos.

A lo mejor algunos colgamos la escopeta, pero seguir cazando como cazábamos ya no va a ser posible.

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