El poder del dogo argentino a la hora del agarre
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El poder del dogo argentino a la hora del agarre

La pasión por la caza y la valentía de esta raza queda reflejada en este espectacular lance a cochino. Un dogo argentino no duda en saltar por los aires más de un metro de altura para abalanzarse sobre la presa que han parado los perros de rastro de la recova.


Imágenes como estas explican el por qué los dogos argentinos son una de las razas preferidas por los rehaleros españoles para formar parte de sus rehalas. En su país de origen, la raza fue creada en la provincia Argentina de Córdoba por los hermanos Nores, son un elemento fundamental en la caza del jabalí a cuchillo. Fue reconocida oficialmente como raza en 1973 por parte de la FCI.

El dogo argentino

Los dogos argentinos detectan la pieza, la levantan de su encame y son capaces de seguir su rastro hasta que se produzca el agarre. Se encuentra en la octava posición de la lista de razas de perros con mayor presión de mordida. La presión que ejerce con su boca el dogo argentino es de 500 PSI.

La valentía de los dogos argentinos no tiene límite

En la publicación realizada en la página de Facebook Pasión por los perros de trabajo, con más de 12.6000 seguidores, podemos ver como los perros de rastro de los cazadores detienen a un cochino en un caudal de agua. Los canes mantienen la distancia con el cerdo. Un dogo argentino entra en escena, pero por su actitud ante la presa parece tratarse de un ejemplar joven. Uno de los perreros decide soltar de sus ataduras a otro dogo de pelaje blanco protegido con un chaleco.

 

El perro de presa aparece en escena como una exhalación. Da un prodigioso salto entre dos piedras para abalanzarse sobre el cochino. Este hecho envalentonado al resto de perros de la rehala y les hace sujetar también al suido. Las fuertes mandíbulas de esta raza permiten sujetar a la pieza en todo momento como podemos ver en las imágenes. La presencia de los perros de agarre resulta vital para salvaguarda la integrad física del resto de los miembros de la rehala y del perrero a la hora de entrar al remate.

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