Menuda sorpresa se llevó un cazador andaluz al ver el tamaño de los colmillos del jabalí que acababa de abatir
Jaén

Menuda sorpresa se llevó un cazador andaluz al ver el tamaño de los colmillos del jabalí que acababa de abatir

Un montero jiennense cazó a principios de marzo en una batida por control de daños a la agricultura un cochino de 120 kilos armado con unas largas y afiladas navajas. Lo insólito de este lance es que el cazador y el personal de la finca, que se encontraba en la torreta de caza en el momento del abate, pensaban que se trataba de una cochina de grandes dimensiones.


No se trata del jabalí de mayor tamaño y de trofeo más relevante abatido por Pedro Martínez, vecino de Segura de la Sierra, localidad de la provincia de Jaén perteneciente a la comarca de Sierra de Segura, pero de seguro que es un lance que difícilmente podrá olvidar dada la grata sorpresa que se llevó al comprobar que se trataba de un macho con un notable trofeo y no de una jabalina.

Una vez abatido el cochino, como siempre hace desde el año 2015, señaló con uno de sus dedos al cielo para brindar el abate del macareno a uno de los integrantes de la colla de cazadores Compañeros de Yermo y Demetrio el Capitán que perdió la vida a los 31 años en un fatídico accidente.

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Una cacería por control de daños a la agricultura y la ganadería

A pesar de haber finalizado la temperatura de caza mayor en el territorio andaluz a mediados de febrero, el día 11 de marzo tuvo lugar una montería en una finca de la provincia de Jaén para controlar la población de cochinos. La Junta de Andalucía había autorizado esta cacería por este motivo.

Uno de los participantes en esta batida era nuestro colaborador habitual Pedro Martínez. Al cazador le tocó en suerte en el sorteo de puestos una postura situada en una torreta de caza en un cortadero. Nada más soltar los perros de las rehalas se sucedieron las ladras y los disparos. Pedro abatió un macho joven en estos primeros minutos de la montería.

 

Un puesto de torreta situado en un cortadero

Tras las primeras detonaciones se hizo el silencio en el campo. El cazador tuvo que esperar más de dos horas para vivir el segundo lance. Los perros levantaron un cochino de la mancha de monte bajo. Pedro se preparó para el inminente lance, sabedor de que solo tendría una oportunidad si el jabalí se decidía a atravesar a la carrera el cortadero.

Así fue, los perros obligaron al suido a cruzar el cortafuegos. La experiencia del cazador en la caza de jabalíes en batida permitió al montero derribar al cochino de un único disparo de su rifle semiautomático Browning del calibre 30-06 a pesar de que el jabalí pasó el tiradero a más de 100 metros de distancia de la torreta.

 

El personal de la finca fue el primero en percatarse de que se trataba de un macho al que le sobresalían 9 centímetros los colmillos de la mandíbula inferior. Un impresionante macho de 120 kilos con unas formidables defensas.

 


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