La caza saldrá a la calle en Pamplona el 2 de abril en contra de las normativas animalistas
La marea naranja regresará a las calles de Pamplona, lugar donde nació el 15 de abril del 2018. En ese momento, más de 6.500 personas se manifestaron para defender el papel que ostenta la caza en la naturaleza y en el medio rural.
Ahora, tras una legislatura en la que el Gobierno de Navarra ha demostrado no tener consideración alguna con el colectivo cinegético, la paciencia del sector se ha vuelto a agotar y el domingo 2 de abril, convocados por la Federación Navarra de Caza (FNC), los cazadores demostrarán nuevamente en el centro de la capital navarra que la caza también vota y que el papel tan relevante que ejercen los cazadores en el medio ambiente no puede ser atacado de una manera tan ruin e impune.
A partir de las 11 horas y desde los Cines Golen, los cazadores, ataviados con sus chalecos naranjas, marcharán hasta el Monumento a los Fueros del paseo de Sarasate, frente al Gobierno de Navarra, para gritar muy alto que “la caza es libertad”, el eslogan que encabezará la protesta. A esa oración la secundará la frase “contra las leyes animalistas”, ya que la principal crítica del colectivo cinegético es la denuncia ante unas normativas, tanto en Navarra como a nivel nacional, que se han plegado a la presión animalista, desoyendo la realidad del mundo rural y de los propietarios de los animales empleados en la caza.
«Las últimas leyes forales y nacionales suponen un auténtico atentado contra la caza y el mundo rural»
La FNC, que representa a más de 400 sociedades de cazadores y clubes deportivos (además de que es la mayor agrupación de titulares de perros y hurones de Navarra), recuerda a las instituciones que la caza se practica en más del 90% del territorio de la Comunidad foral y que los completos informes científicos que ha elaborado de la mano de la Universidad de Castilla-La Mancha alertan de que la situación provocada por estas normativas se está volviendo insostenible. El hecho de contemplar a perros y hurones de caza como meras mascotas, además de no que significa no entender su naturaleza y su realidad, lleva a minusvalorar la labor que estos animales realizan en los montes y campos. De este modo, se arremete contra la caza, que es, como se sabe, el sistema más eficaz y sostenible para, entre otras cosas, controlar las especies cinegéticas, limitar su sobreabundancia y reducir los daños que generan.
Para poner cifras encima de la mesa que cuantifiquen la repercusión económica que va a conllevar el desarrollo de estas leyes en el corto plazo, los estudios de la FNC avisan de que, en tres años, los daños provocados por los jabalíes en Navarra (tanto en accidentes de tráfico como en los cultivos) se incrementarán hasta más de 5,5 millones de euros, debido al acusado descenso que se prevé en la cifra de perros de caza. En cuanto a los hurones, que también disminuirán drásticamente, los informes auguran daños en la agricultura por valor de casi 2 millones de euros en el mismo período.
Estos dos hechos suponen solo un par de apuntes, pues el impacto de las normativas afectará a todos los beneficios que produce la caza en ámbitos tan diversos como la disminución de los siniestros viales, el control de las poblaciones animales, la reducción de los daños en los cultivos, el freno a la expansión de enfermedades animales, el aumento de la seguridad ciudadana o la conservación de la biodiversidad, sin olvidar el sostén del mundo rural y de esa España vaciada que acapara los titulares cuando se aproximan las urnas. Lo que reclaman los cazadores es, fundamentalmente, que la caza sea considerada como una actividad esencial y que, por lo tanto, las leyes y las instituciones la traten como tal.
Para propugnar que los cazadores son una herramienta básica en la gestión ambiental, en la búsqueda del equilibrio medioambiental y en la custodia del territorio, la FNC llama a todos los ciudadanos vinculados con el mundo rural a que secunden la manifestación del 2 de abril en Pamplona, ya que está en juego la supervivencia del sector y todo lo que él representa. Ese es el principal mensaje que encabezará el manifiesto que se leerá junto al Monumento a los Fueros, en el que se reclamará a las fuerzas políticas consenso, sentido común y una urgente modificación de las normativas animalistas.
Del mismo modo, la marea naranja, que contará con el apoyo de diversos partidos políticos y de organizaciones como, entre otras, UAGN, EHNE, la Federación Navarra de Municipios y Concejos, la Asociación de Becaderos de Navarra, ARRECAL, ONC y un largo etcétera, defenderá en las calles de Pamplona la necesidad de que se apruebe una exención de las responsabilidades de los actores cinegéticos frente a los daños agrícolas y los accidentes de tráfico, así como el lanzamiento de una serie de inversiones directas para la mejora de las especies cinegéticas de Navarra, como la perdiz roja (cuya recuperación es posible en la Comunidad foral), y su biodiversidad.
En la cabeza de la marcha estarán también representantes de otras federaciones autonómicas y de la Real Federación Española de Caza, que sostendrán que los cazadores son expertos en la conservación de la naturaleza y que, por ese motivo, han de participar activamente en la elaboración de las normativas y en el desarrollo de la gestión ambiental y cinegética. En este sentido, por ejemplo, se considera prioritaria la modificación sustancial de la Orden Foral de Vedas.
Entre las reclamaciones que se expondrán en la manifestación estarán igualmente la de fomentar la promoción, la formación y el fácil acceso de los jóvenes a la caza; la de dotar de mayores recursos técnicos, materiales y humanos a la Escuela Navarra de Caza; la de proveer de alternativas viables a la prohibición de la munición de plomo que tengan en cuenta la seguridad del colectivo y del medio ambiente; y la equiparación de los cazadores navarros con los de las comunidades vecinas. Todo ello, dentro de una cesión de competencias a la FNC, para que se optimicen la eficacia y la cercanía al sector cinegético.
Por el futuro de la caza, la marea naranja volverá a tomar las calles del centro de Pamplona exigiendo libertad y el respeto institucional que se merece, dadas las funciones tan relevantes que lleva a cabo en el medio rural y la naturaleza.