Un cachorro de epagneul bretón cobra su primera perdiz roja
La cachorra demuestra su valía con tan solo 60 días de vida. Porta en su boca una patirroja que es prácticamente del mismo tamaño que ella. Se trata de su primer contacto con una pieza de caza.
Un buen perro de cobro tiene que reunir una serie de cualidades, tanto para la caza al salto como a puesto fijo. El can debe ser un animal equilibrado, capaz de mantener el control y solo salir en busca de la pieza cuando se lo ordene el cazador. No debe romper la muestra ni abandonar el puesto sin que el cazador le indique que proceda al cobro de la pieza abatida.
Debe tener la capacidad de recordar el lugar donde ha caído el ave derribada por su dueño y recuperarla sin necesidad de ayuda de este. En el caso de que el perro no haya podido ver dónde se encuentra la pieza abatida, deberá seguir ciegamente las indicaciones del cazador.
Juan Torres junto a uno de los cachorros de su propiedad. A la derecha, la preciosa camada de su bretona.
El cachorro demuestra su pasión innata por la caza
Sora, es una hembra de la raza epagneul bretón con tan sólo 8 semanas de vida. La perra propiedad de Juan Torres, cazador del pueblo de Vilches, localidad situada en la parte occidental de la comarca del Condado, en la provincia de Jaén, es hija de Jara y Coco. A tenor de las imágenes, la cachorra ha heredado la pasión por la caza de su madre, hembra con la que caza habitualmente el jiennense.
El cazador cambió la caza con podencos andaluces hace más de una década por la caza con perros de muestra. Juan ha elegido esta raza de perros, según su criterio, dada su versatilidad tanto para la caza del pelo como para la pluma. Las modalidades que practica el cazador jiennense son la caza del zorzal y la paloma a puesto fijo y la caza al salto de perdices y conejos. En el acotado que caza habitualmente el propietario de Sora disfruta de una importante densidad de conejos y un buen número de patirrojas.
A la izquierda, Sora, una cachorra con pocas semanas de vida que ya muestra su potencial para la caza.
La hembra de epagneul bretón se lanza sobre la perdiz roja
Juan muestra a su camada de cachorros una perdiz roja. La reacción de una de las hembras sorprende al cazador. Sora muerde el perdigón nada más verlo. A pesar del pequeño porte de la perra porta entre sus fauces la perdiz cuando el cazador requiere que se la entregue. Se niega a dársela a su dueño haciendo gala de su pasión innata por la caza. La cachorra de seguro hará disfrutar al cazador en un futuro de bonitas jornadas de caza.