Graban al ciervo de dos cabezas

Graban al ciervo de dos cabezas

No se trata de una criatura mitológica o una aberración de la genética animal. Este ciervo lleva consigo la cabeza de otro ejemplar con el que ha luchado hasta más allá de la muerte.


El celo en los machos de ciervo les lleva a protagonizar pugnas de una violencia extrema. Quizás estemos ante unas de las luchas más duras de las confrontadas en el reino animal. Los machos chocarán sus cuernas con las de los retadores. En los casos más radicales, produciéndose lesiones en distintas partes de su cuerpo, como son la cabeza o los ojos. Pero si el ganador no se detiene cuando su oponente se rinde, le perseguirá intentando embestir con las afiladas puntas de sus cuernas en el cuerpo del venado derrotado.

La cuerna de los cérvidos: señal de vitalidad y fertilidad

La luchadera es la punta larga que avanza hacia delante. Es la primera que encontramos tras la roseta, que es la parte gruesa que conecta con el cráneo. Más arriba encontramos la contraluchadera o candil secundario. El ‘tercer piso’ de la cuerna lo compone la punta o candil medio. En los ejemplares más maduros encontramos los candiles distales, que llegan a formar lo que se conoce como ‘coronas’, sumando un buen número de puntas al total de la cuerna.

El desarrollo de las cuernas de los cérvidos se ha relacionado con el de la fertilidad. Se trata de una relación directa entre la generación de testosterona en función de la capacidad de crecimiento de sus trofeos. Es por ello que los ejemplares de mejores y más desarrolladas cuernas suelen ser los que más energía despliegan en la época de celo, ganando generalmente los duelos a los que se exponen.

Es el caso del ciervo que vemos en estas imágenes, que consiguió derrotar a su retador, pero las puntas de sus cuernas quedaron tan enganchadas que llevó al más débil a la muerte. Solo un animal fuerte y resistente sería capaz de sobrevivir a la carga que supone el cuerpo, primero, de otro ciervo pegado al suyo y, cuando consiguió que quedara solo la cabeza, seguir llevándola junto a la suya.

 


No te lo pierdas: otro caso idéntico a este

Comparte este artículo
Autor: 
  
1992 0

Publicidad