Lobos cazando entre el ganado
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Lobos cazando entre el ganado

Dos cazadores acudieron a la montaña Palentina a realizar tareas de control poblacional en su coto. Esperaban encontrar ciervos o algún zorro, pero no había rastro. Enseguida comprobaron el motivo: una manada de lobos cazando ante ellos.


Así nos lo cuenta Mario Mirasierra, colaborador de Club de Caza y experto en el control de zorros con impresionantes disparos a largas distancias.

-"Amanecía una mañana tranquila y fresca de primeros de septiembre. Aun sin nada de berrea. Nos disponíamos a controlar algún grupo de hembras para ver sus querencias salidas y entradas, e intentar abatir algún zorro para la gestión del coto.

Con las primeras luces, algo nos extrañó a mi compañero Rubén y a mí, zonas muy querenciosas en las que siempre suelen rondar ciervos y corzos, estaban totalmente desiertas.

Lobos de caza entre las vacas

Nuestra primera impresión confirmando con una mirada del uno al otro y el mismo pensamiento: ¡los lobos han estado de caza! Todo esto ajenos a la escena que íbamos a presenciar.

Un grupo de vacas pacía a pocos metros, estaban algo intranquilas, correteaban y miraban fijas. Hicimos una visual con los prismáticos y ahí estaban… ¡dos lobos merodeaban entre ellas! Corriendo, jugando, pero sin indicios de querer darles caza…  Sacamos las cámaras y nos pusimos en un sitio tapado para evitar ser descubiertos por ellos y poder captar aquella imagen.

Poco a poco, las vacas se iban tranquilizando y el ganado se iba separando (algo las había hecho que todas se reunieran en un grupo). De repente, los lobos desaparecen entre la espesura. En pocos segundos vuelven a aparecer por la parte izquierda. La hembra, más baja, se para y controla. El macho, más alto, empieza a correr.

Una cierva recién cazada

Ambas cámaras estaban grabando y, de repente, el macho se para, agarra algo y empieza a tirar. Rubén y yo nos quedamos expectantes ante aquella escena: empieza a tirar con toda su fuerza hacia la espesura y cuando conseguimos ver lo que había cazado comprobamos que era una cierva a la que en pocos segundos metió dentro del monte. Por poco no llegamos a ver esta gran escena de caza del lobo ibérico.

Las vacas, ante aquel revuelo habían acudido a ver lo que pasaba y los lobos se vieron inseguros y por eso esperaron a que el ganado se tranquilizase y alejara del lugar para llevarse su presa. Después de un tiempo prudente, decidimos acercarnos, localizar el sitio donde la habían dado caza, seguir el rastro hasta donde la habían escondido para que los buitres no pudieran acceder a ella.

La cierva había sido arrastrada más de 100 metros, vimos los claros signos de ataque y también cómo en poco tiempo se habían comido más de la mitad del animal.

Una escena que sin duda quedará grabada en nuestra memoria”.

 


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