Caza cinco jabalíes en una batida entre amigos en su primer año en la caza
Girona

Caza cinco jabalíes en una batida entre amigos en su primer año en la caza

Una joven cazadora catalana ha tenido que esperar tan solo 10 meses desde que obtuvo el permiso de armas y la licencia de caza para lograr aquello que otros muchos monteros no tienen la fortuna de conseguir en décadas en la caza.


Mónica Lobato, una montera gerundense casada con el rehalero Albert Valls, ha logrado abatir los cinco cochinos que le entraron en plaza en una cacería organizada por la Colla de San Gregorio a la que invitaron a los socios de la Colla del Jabalí del Anglés, a la que pertenece la cazadora.

Comenzó en la caza por acompañar a su pareja

Hace 9 años Mónica y Albert iniciaron una relación sentimental. La gerundense no era cazadora pero para pasar el mayor tiempo posible con su novio empezó a acompañarlo en las cacerías. Nada más conocer la actividad la cazadora quedó prendada de la caza y todo aquello que ella entraña y del trabajo de los perros en el monte. Tuvo que esperar ocho años para debutar en la caza de manera real. A finales de la temporada pasada participó en su primera batida. La cazadora desde esa fecha ha mostrado una pericia y una habilidad innata para disparar a los cochinos a la carrera. Entre los ejemplares que cuenta en su haber en tan corto periodo de tiempo se halla un macho con boca de más de 90 kilos de peso.

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Jabalí de 90 kilos, el mayor que ha abatido la cazadora en su primer año en la caza. A la derecha, con su marido, el rehalero Alberto Valls.

El sueño de cualquier montero, abatir cinco jabalíes en una finca abierta

El domingo Mónica y Albert acudieron a la llamada de sus amigos de la Colla de San Gregorio. Estos habían invitado a los cazadores a una batida de jabalíes. La cazadora se ubicó en una postura mientras que el perrero era uno de los encargados de batir la mancha con sus perros. El puesto que le tocó a la montera estaba situado en los más intrincado del monte. Se trataba de una postura típicamente cochinera con no más de 20 metros de tiradero. Nada más soltar los canes le entró a la carrera el primer cochino de la jornada. La cazadora lo dejó cumplir y lo derribó a menos de 10 metros de su posición. Se trataba de un macho de 60 kilos. No tuvo que pasar mucho tiempo para que cruzara frente a su rifle Browning MK3 del calibre 30-06 un segundo ejemplar. La hembra también fue derribada de un certero disparo de la montera.

Los perros de su pareja levantaron los tres últimos jabalíes abatidos por la cazadora

Veinte minutos más tarde llegaron los canes de Albert a la zona en la que estaba ubicada Mónica. No tardaron en desencamar un macho de 80 kilos con boca. La montera premió el trabajo de los canes cazando el jabalí de un único disparo. El cuarto y el quinto suido también fueron levantados por los perros de rastro del rehalero. Una hembra de 50 kilos y un macho de 60. Ambos animales también fueron abatidos a la carrera.

 

Colaboración de Eusebio Ezquerra, administrador del grupo de Facebook Solo Jabalí.

 


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