Dos pescadores deportivos salvan la vida de una tortuga marina que había quedado atrapada en un arte de pesca profesional
Cádiz

Dos pescadores deportivos salvan la vida de una tortuga marina que había quedado atrapada en un arte de pesca profesional

La intervención de dos pescadores gaditanos ha permitido la liberación de un ejemplar de tortuga boba. La especie protegida por normativa estatal e internacional y catalogada como vulnerable por la IUCN estaba condenada a una muerte segura. Te mostramos las imágenes de la operación de rescate y la posterior devolución a su medio de la tortuga.


La tortuga boba no solo está protegida en Europa. En los Estados Unidos, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre y el Servicio Nacional de Pesca Marina la clasifica como una especie amenazada en el marco del Tratado de especies amenazadas, mientras que en Australia es considerada una especie en peligro de extinción en virtud del Tratado de Protección del Medio Ambiente y Conservación de la Biodiversidad de 1999 y del Tratado de Conservación de la Naturaleza de 1992 de Queensland.

Los pescadores dan por finalizada su jornada de pesca para rescatar a la tortuga

El viernes Cristian García y Germán Pontiga decidieron salir de pesca frente a las costas de Conil de la Frontera con el objetivo de capturar alguna pieza para ser consumida por la familia en Nochevieja.

A las 12:00, horas mientras se desplazaban en la embarcación hasta un arrecife situado a 7 millas náuticas de la costa gaditana, vieron una tortuga marina flotando en el agua junto a los restos de un arte de pesca profesional. Su experiencia les decía que el animal debería estar en apuros.

Al aproximarse al ejemplar pudieron comprobar que una tortuga boba, única especie del género Caretta, que pertenece a la familia Cheloniidae, dentro de la superfamilia de las tortugas marinas, estaba atrapada por las cuerdas de la red de pesca.

 

Según WWF, "las pesquerías que utilizan palangres y redes de enmalle también son de las mayores causas de mortalidad entre las tortugas marinas". Los pescadores, con sumo cuidado, cortaron con unas tijeras los cordeles que rodeaban el cuello y las aletas del reptil. Una vez comprobado que la tortuga se encontraba en perfecto estado fue devuelta a su medio.

 

Un experto en fauna marina consultado por Club de Caza asegura que, dado el tamaño del ejemplar, se trata de una tortuga boba con una edad de entre tres y cuatro años. Las hembras de la especie se reproducen por primera vez entre las edades de 17 y 33 años. Durante el periodo de anidación, las hembras producen una media de 3,9 puestas de huevos, y luego pasan por un periodo de quiescencia en el cual no producen huevos durante dos o tres años. La tortuga boba tiene un promedio de 70 huevos por puesta, de los cuales solo llegan a la edad adulta dos o tres ejemplares.

 


No te lo pierdas

Comparte este artículo

Publicidad