Caza un jabalí medalla de oro a rececho a la luz de la luna
Crónicas de caza

Caza un jabalí medalla de oro a rececho a la luz de la luna

Un cazador onubense ha tenido que esperar tres décadas en la caza para abatir su primer jabalí medalla de oro. Y lo ha hecho cazando un impresionante ejemplar de 119,51 puntos con unos colmillos de más de 19 centímetros y de un grosor de 2,6.


Una vez homologado por CIC, las mediciones oficiales de las defensas de este soberbio animal cazado en abierto son de 19,6 centímetros de longitud y 2,6 el colmillo derecho, mientras que el izquierdo alcanzó una medida de 19,2 y un diámetro de 2,64.

El jabalí atravesó a nado un río para acceder a la finca en la que fue abatido

Francisco Javier Rodríguez, es un apasionado a la caza del jabalí desde que tiene uso de razón. Su modalidad predilecta de caza es la espera, aunque también acude puntualmente a monterías. En sus tres décadas en la caza cuenta con 27 ejemplares de notables trofeos.

La tarde del día 24 de noviembre decidió hacer un aguardo en el coto del que es socio en Gibraleón, municipio de la provincia de Huelva, junto a un amigo. Antes de anochecer ya estaban ubicados ambos cazadores en sus posturas. Pretendían abatir un ciervo cada uno, el plan técnico de la finca lo permite.

Una vez logrado el objetivo Francisco se dispuso a enfundar su rifle Blaser R8 professional del calibre 7 mm, pero un ruido acaparó su atención. Se trataba de un enorme jabalí atravesando a nado un caudal de agua próximo a su posición.

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Este es el jabalí abatido por el cazador a rececho. A la derecha, el diploma de la puntuación medalla de oro del jabalí.

Caza de jabalíes a rececho

Nada más ver al formidable ejemplar, el cazador inició su rececho solamente acompañado por la luz de la luna. Francisco Javier necesitó más de una hora para poner a tiro de su rifle al solitario. Su experiencia y sus conocimientos del terreno lo hicieron posible. El primer disparo derribó al animal, pero al llegar al lugar el cochino había huido del escenario del lance. En el lugar del impacto había un abundante rastro de sangre. A pesar de la peligrosidad de la búsqueda al tratarse de un gran macho y encontrarse en una zona de espesa vegetación el cazador se arriesgó a ello.

El jabalí herido embistió al cazador

Una vez recorrido 200 metros guardando las mayores de las precauciones el jabalinero localizó al cochino herido. Esperó quince minutos antes de aproximarse a él. Lo hizo cuando pensaba que estaba muerto, pero se equivocó. Cuando se encontraba próximo al macareno este se reincorporó y trató de acuchillarlo con sus colmillos. El temple del cazador evitó que resultara mal parado. Derribó al jabalí de un disparo en la cabeza cuando se hallaba a escasa distancia de sus pies. El animal pesó 90 kilos.

 


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