Un cazador recibe la visita inesperada de una curiosa liebre
El atrevimiento de la liebre es tal que llega a olisquear el porta-fusil del arma del cazador y las patas de la silla de caza sobre la que está colocada el arma. Te mostramos estás insólitas imágenes que por siempre permanecerán en la memoria del cazador que vivió este inesperado encuentro.
En este vídeo queda patente que los sentidos más desarrollados de la liebre son el oído y el olfato, siendo la vista el menos desarrollado de sus sentidos. La inmovilidad del esperista y la escasa capacidad de visión del lepórido permiten que tenga lugar esta extraña coincidencia.
En este caso la curiosidad, no mató a la liebre
El cazador francés Pierre-Yves Mathon vivió este verano una inolvidable experiencia durante una cacería de corzos. Estaba situado en un rastrojo de una finca situado en la región de Picardía, departamento de Somme, en el distrito de Amiens y cantón de Corbie, cuando vio aproximarse a su postura una liebre.
Lo que no esperaba Pierre es que el animal se dirigiera directamente al lugar en el que se encontraba. Su reacción fue mantenerse impertérrito para ver el comportamiento de la rabona. La atrevida orejona, en un primer momento, olisquea la funda del arma del cazador que estaba depositada en el suelo para, seguidamente centrar su desmesurada curiosidad en el arma de este.
Llega a roer la silla del cazador
Restriega su nariz por la cincha del rifle y no teniendo suficiente, amaga con roer una de las patas de la silla de caza del francés. Una vez saciada su curiosidad, se yergue sobre sus patas traseras para acicalarse el pelaje de la cara con sus extremidades delanteras. Una experiencia difícilmente de olvidar inmortalizada, móvil en mano, por el sorprendido cazador.
Javier Fernández
