Las becadas comienzan a llegar a los bosques españoles
Migratorias

Las becadas comienzan a llegar a los bosques españoles

A pesar de la falta de precipitaciones y las altas temperaturas reinantes en la mayor parte de la Península Ibérica, se han abatido las primeras arceas de la temporada en varios puntos de nuestra geografía. Entrevistamos a José Antonio Pérez Garrido, presidente del Club de Cazadores de Becada con Perro.


El prestigioso veterinario comparte con los apasionados a la caza de esta emblemática ave y con aquellos que desean iniciarse en su caza algunas particularidades de la caza de esta especie y las actividades que realiza el Club de Cazadores de Becada con Perro en pro de defender su caza sostenible.

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Los setters de José Antonio en plena acción mostrando becada.

CdC. José Antonio, hemos visto que el pasado domingo cazaste la primera becada de esta temporada ¿cómo te iniciaste en la caza de esta especie?

-Pues sí, este domingo hice la primera salida a sordas del año cinegético a ver si había entrado alguna becada y tuve la fortuna de levantar dos y abatir una de ellas. En esta zona de la montaña de León nunca hubo tradición por la caza de la sorda, en el sentido de que los cazadores de pluma tenían predilección por las perdices rojas y pardillas, cuando se podía cazar esta última especie, y si se cazaba alguna pitorra, como las llamamos por aquí, era anecdótico y porque tropezaban con ella en una jornada tras las perdices.

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Noviembre es el mes en el que José Antonio alterna la caza de la perdiz con la de la becada.

Noviembre lo dedico prácticamente entero a la perdiz y hago salidas esporádicas para comprobar si han entrado becadas y, a partir de finales de noviembre, que suele darse la entrada buena, ya es cuando mis excursiones cinegéticas son exclusivamente a las arceas.

En mi caso, varios fueron los motivos que me llevaron a dedicar jornadas exclusivas de caza buscando becadas. La primera fue la influencia de mi amigo David Rubio, que residía en Irún, cuando venía de vacaciones de estudios en navidades traía consigo costumbres cinegéticas del País Vasco que aquí no practicamos, como la caza del zorzal o de la torcaz a puesto fijo y, sobre todo, de la becada con perro.

Caza de la becada con setter inglés por José Antonio Pérez.

Además, coincidió con los años en que el jabalí explotó demográficamente y la mayor parte de la gente de la cuadrilla de perdiz se pasó a la caza de cochinos. Otro de los motivos que me lleva a destinar gran parte de la temporada cinegética en España a la caza de sordas es que yo cazo por y para el perro, y en la becada encuentro el culmen de dependencia del trabajo del can. Desde aquella primera sorda que cacé en noviembre de 1999 ya ha llovido, pero cada vez que mis perros muestran una pitorra siento el mismo cosquilleo en la barriga.

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Pointer inglés y setter inglés, dos razas que acompañan al becadero en sus jornadas cinegéticas

CdC ¿Qué perros, armas y cartuchos utilizas en la caza de la becada?

-En mi casa siempre hubo perros de la raza pointer inglés y con pointers empecé a cazarlas hasta que David Rubio me regaló una setter inglés hace dos décadas. En la actualidad poseo ejemplares de ambas razas, todos ellos descendientes de mis perros de caza. Como arma de caza, utilizo toda la temporada la misma escopeta, una Benelli Premium Superligera con cañón de 61 centímetros y un choke de 4 estrellas.

El cartucho que uso a principios de otoño para esta modalidad de caza es de la marca JG del número 10 y un gramaje de 40 gramos porque sobre todo cazo en robledales y en noviembre todavía hay mucha hoja, con la caída de estas disminuyo el gramaje de los cartuchos a 34 gramos.

Levante de becada tras muestra de setter inglés.

Siendo buen conocedor por tu trayectoria profesional e investigadora de la problemática que hay alrededor de la caza de aves migratorias, ¿consideras que la caza de la becada corre el mismo peligro que la de la codorniz, la tórtola o el zorzal?

-Pues objetivamente creo que no, por el sencillo motivo de que la caza de todas esas especies que has mencionado está en peligro porque los cazadores no hemos sabido recoger datos y hacer seguimiento de su evolución poblacional, de modo que se nos sigue viendo como causantes de sus fluctuaciones poblacionales cuando los verdaderos motivos que las provocan son otros relacionados casi siempre con bruscas alteraciones de su hábitat.

Con la becada tenemos datos de seguimiento de población y resultados de caza desde hace más de 30 años. En el Club de Cazadores de Becada hacemos una labor importante en este sentido, con cerca de 300 colaboradores fijos en la actualidad que nos permiten conocer casi en modo real la situación de la población de becadas que cazamos cada temporada. Unido a otros proyectos como el anillamiento, el radio seguimiento de becadas vía satélite o los censos de becadas de contrapasa, tenemos una base sólida para conocer el impacto real de la presión cinegética sobre la especie, algo de lo que adolecemos para el resto de migratorias.

Eso no quita para que sigamos siendo cautos, evitando una sobre caza de la especie a través de la firmeza en el establecimiento de cupos, ajuste de días de caza por temporada o puesta en marcha de protocolos que eviten dias de fortuna asociados a temporales de frío, por ejemplo.

Que los cazadores seamos capaces de presentarnos ante la sociedad como buenos gestores de nuestras especies cinegéticas es la mejor carta de presentación para evitar ataques infundados desde los sectores anticaza.

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