La nueva generación de cazadores viene pegando fuerte
Cádiz

La nueva generación de cazadores viene pegando fuerte

«De mayor, quiero ser cazadora», es lo que responde Rocío, una niña gaditana de tan solo dos años cuando su padre le pregunta qué quiere ser cuando crezca.


Por niñas como Rocío, el colectivo cinegético continúa luchando por mantener vivas nuestras tradiciones. La aprobación del proyecto de ley de Protección y Bienestar Animal y la Reforma del Código Penal pueden afectar de fatal manera a la actividad cinegética.

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Su padre le ha inculcado los valores de la caza desde muy pequeña. Rocío conoce a todos los perros de su padre.

Cuatro generaciones de cazadores

Rocío, una niña nacida en la localidad de Ubrique, ubicada en el sur de Andalucía, en la sierra de Cádiz, es la heredada de cuatro generaciones de cazadores gaditanos. Su padre, Pedro Cenizo, reconocido recortador de toros, y su madre, Rosa María, le están inculcando a su hija, pese al adoctrinamiento animalista de algunos de los libros de texto que se imparten en las aulas españolas, la importancia de la actividad cinegética para la sociedad y el amor que profesan los cazadores por sus perros de caza.

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Rocío siempre quiso una escopeta de juguete. La hija ha salido tan precoz en la caza como el padre.

Va con sus padres al campo

A pesar de su corta edad, Rocío lo tiene muy claro cuando sus padres le preguntan lo que le pedirá a los Reyes Magos. Ella siempre responde que quiere una escopeta de juguete para utilizarla cuando acompaña a su padre y a su madre en las jornadas de caza a puesto fijo. Su pasión por la caza es tal que la pequeña exige a sus padres que la atavíen al igual que ellos con ropa de caza los días de campo.

Conoce a todos sus perros

Rocío sabe perfectamente cómo se llaman los podencos andaluces y los bracos alemanes de su padre. Sus preferidos son Danko, braco alemán macho, y Chula, una podenca de pequeño tamaño. No solo se sabe los nombres de todos ellos, también imita perfectamente el latido del podenco en un lance a conejos "ay, ay, ay, ay…".

Con niñas como Rocío el futuro de la caza está garantizado, si por supuesto la legislación lo permite.

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