El equipo perfecto para la caza de grandes jabalíes
La caza con perros atraillados es una de las modalidades más apasionantes en el mundo de la caza. Cazador y perros de rastro se enfrentan cada jornada de caza a los colosos que habitan en los bosques del norte de España. Acompañamos a uno de esos valientes perreros en el aplace de los jabalíes.
Esta modalidad de caza es practicada sobre todo en la zona norte, aunque se está extendiendo por las comunidades del centro de España. El protagonista es el portentoso olfato de los perros de rastro de diferentes razas, como pueden ser sabuesos españoles, beagles, grifones, azules de Gascuña, entre muchas otras y los cruces entre ellas.
El traillero y su perro de rastro, un equipo compenetrado para la caza del jabalí.
Una vez localizados los pasos que han utilizado los cochinos durante sus correrías nocturnas, se establece la estrategia de caza y se ubican los cazadores que portan las armas de fuego rodeando la zona para intentar cazar los jabalíes que se encuentran en el interior de la mancha antes de proceder a la suelta de los perros levantadores.
Los montes gallegos albergan grandes y peligrosos jabalíes. A la derecha, antes de partir al monte, una foto con el compañero.
Caza con perros de rastro
Los perros del traillerro de la cuadrilla Monteiros o Fental, José Fernández González, muestran sus cualidades para la caza aplazando diferentes jabalíes en sus lugares de encame en distintas jornadas de caza desarrolladas en la comarca de Carballino, situada en la provincia de Orense.
Tras el abate, el premio para los perros es morder a los jabalíes.
El traillero, nacido en el municipio orensano de Piñor, es un experimentado cazador con perros de rastro. A lo largo de los años, ha desarrollado su propia línea de perros especializados en esta modalidad de caza. El hecho de adentrarse en solitario en la espesura siguiendo el rastro de los jabalíes genera a veces peligrosas situaciones.
En estos vídeo, podemos ver la poderosa voz de su can mientras sigue el rastro del jabalí, siempre conectado con el cazador a través de la traílla.
No ir provisto de arma de fuego o acompañado de perros de agarre ha puesto en peligro la integridad física del cazador en más de una ocasión. En marzo de este mismo año, un jabalí se abalanzó contra el perrero y sus perros de rastro perforándole el pantalón. Por fortuna, el ataque del cochino no llegó a desgarrar la pierna de José.
Javier Fernández
