Un emocionante lance de jabalí en batida: 100 kilos y medalla de plata
Crónicas de caza

Un emocionante lance de jabalí en batida: 100 kilos y medalla de plata

La narración que nace de la pluma de un cazador zamorano nos permite vivir en primera persona el lance en el que abatió un impresionante jabalí de más de 100 kilos de peso y unas defensas de 105 puntos.


Fernando Fombellida es un apasionado a la caza del jabalí. Su pasión por la caza es tal que no da por finalizada la jornada cuando llega a casa y devuelve su rifle al armero. El montero plasma sus vivencias y las de su cuadrilla de caza en fascinantes relatos como este.

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Este es el entorno donde el cazador le ganó la partida al gran jabalí.

Un puesto cerrado en la ribera del río Arlanzón

"La mañana se presentaba calurosa, suerte que mi armada estaba situada en las cercanías del río Arlanzón, afluente del río Arlanza, perteneciente a la Cuenca del Duero. El puesto que me tocó en suerte ofrecía escasas posibilidades de disparo debido a que estaba ubicado entre zarzas y restos de ramas de chopo consecuencia de las lluvias torrenciales que se produjeron en la zona en primavera.

Nada más llegar al lugar, examino la zona. Pude identificar claramente dos veredas por las que acceden los cochinos habitualmente al agua. En una de las sendas había dejado sus huellas un enorme jabalí. El tronco de un viejo chopo me sirvió para apoyarme y desde ahí observar las dos veredas que utilizaban a diario los cochinos.

Elegí ese lugar ya que pensé que era el más apropiado por si los jabalíes huían de los perros y trataban de escapar de la mancha por mi derecha mientras que frente a mí se encontraba otro camino por el que suponía que los cochinos encamados en las cercanías del río tratarían de adentrarse en la zona de caza para no verse así obligados a cruzar el río a nado".

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El trofeo del jabalí ofreció una medición que alcanzaba los 105 puntos. A la derecha, la medalla de plata correspondiente al trofeo del jabalí.

Un jabalí armado con unas defensas merecedoras de una medalla de plata

"A las 10:30 horas se produjo la suelta de los perros. Minutos más tarde sonó la primera ladra. En la vegetación próxima a la ribera del río pude oír perfectamente el chasquido de una rama pese al murmullo del agua del Arlanzón. Sabía que únicamente tendría una oportunidad de abatir el jabalí que se desplazaba entre las zarzas dado el corto tiradero del que disponía. Me encaro mi rifle de la marca Browning Short Track del calibre .300 Winchester Magnum. A partir de ese momento todo sucede muy rápido.

Entre las ramas de mi derecha aparece un enorme jabalí a la carrera, pese a su velocidad y lo intrincado de la maleza puedo ver brillar uno de sus colmillos. Aprieto el gatillo de mi arma. La bala impacta en el macho. A pesar de que el proyectil se ha detenido en un punto vital la inercia de la carrera del cochino le hace derrumbarse a varios metros de mi posición debajo de una maraña de ramas y arbustos.

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Mediciones detalladas de los colmillos y amoladeras del gran cochino.

Segundos más tarde llegan los perros al sitio en el que yace sin vida el macareno. Intento arrastrar como puedo el inmenso cochino de una de sus patas de entre la vegetación, el hueco en el que encontraba era minúsculo y no permitía a la mayoría de los canes acceder al suido, pero su peso es tal que tengo que esperar la ayuda de un compañero para hacerlo. Una vez que logramos sacar el cochino a un pequeño claro pude comprobar su tamaño y sus impresionantes navajas.

La bala que me permitió hacerme con su trofeo impactó en el corazón del macareno de ahí su efectividad. Un lance dada su dificultad y el trofeo del jabalí que permanecerá por siempre en mi memoria".


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