Una becada grabada con un visor térmico
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Una becada grabada con un visor térmico

El ave levanta el vuelo cuando la luz hace imposible verla, a no ser que dispongas de un aparato de visión térmica.


Con la extensión de los dispositivos de visión nocturna y térmica, cada vez más aficionados a la observación de la naturaleza, a la gestión cinegética y cazadores cuentan con una controvertida herramienta para conseguir detalles del monte que de otro modo sería imposible obtener. Con la ‘democratización’ de estas herramientas se ha abierto un avivado debate sobre la conveniencia de utilizarlas para la caza, con la enormísima ventaja que esto le otorga al cazador. Pero, en esta ocasión, un visor térmico ha sido utilizado para grabar unas impactantes imágenes del vuelo de una becada.

Ese vuelo potente que sorprende al ser levantada de improviso y que, cuando se dispone a tocar tierra parece que cae como una piedra, pero sus potentes alas y la forma redondeada de su cola trabajan para permitirla aterrizar en vertical frenando en los últimos metros para tocar tierra de manera suave.

Un ave nocturna grabada con un visor térmico

Las becadas son aves de hábitos nocturnos. Sus vuelos migratorios los realizan cuando menos luz ilumina el cielo y buscan alimento con el abrigo de la noche. Durante el día disfruta del descanso en las zonas más cálidas que el entorno en el que se encuentra puede ofrecerle. Vegetación, helechales, áreas soleadas… le servirán para pasar las horas de inactividad sin gastar demasiada energía en mantenerse caliente, porque eso ya contribuye a hacerlo el bosque.

Pero cuando la luz y la temperatura disminuyen, la becada se activa y comienza a batir sus alas para desplazarse y a buscar alimento. En estas preciosas imágenes, publicadas por la página de Instagram Beccaccia Supreme, vemos cómo el ave cambia de zona para seguir con su actividad nocturna.


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