Un jabalí medallable con una pezuña deforme es abatido a la espera
Crónicas de caza

Un jabalí medallable con una pezuña deforme es abatido a la espera

Abate en Ávila un jabalí de 100 kilos armado con unos impresionantes colmillos con una extraña deformación en la pezuña de su extremidad delantera izquierda. La joven cazadora que se ha hecho con su trofeo llevaba meses intentando abatirlo, pero hasta la noche del miércoles no había logrado verlo.


Club de Caza consulta a dos veterinarios para que muestren su parecer sobre la causa de la deformidad de la pata del cochino abatido. Los dos profesionales coinciden en su valoración al dictaminar que se trata de "una malformación de la pezuña, debida a un traumatismo o a un defecto de nacimiento".

Una fiesta por partida doble

Montse del Dedo, una cazadora que ha convertido la caza en su modo de vida, actualmente ostenta el cargo de monitora país del equipo Solognac España, celebra la festividad del día de la Hispanidad venciendo la partida a un viejo conocido de la esperista, un jabalí al que seguía la pista hace diez meses.

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Un viejo macareno con unos colmillos temibles.

"Un espectacular cochino en la noche de la hispanidad más larga de mi vida"

"Hace algo menos de un año vi por primera vez sus huellas. Desde el primer momento me percaté que presentaba una anomalía en una de sus extremidades delanteras, a tenor de las marcas que dejaba a su paso. Traté de abatirlo en las esperas veraniegas para controlar los daños producidos por los cochinos en los cultivos, pero nunca visitaba las siembras los días que estaba aguardándolo.

Cambié la ubicación de las esperas en varias ocasiones, pero el cochino nunca daba la cara a pesar de que sus pisadas delataban su presencia en la zona. La noche del miércoles lo vi por primera vez, pero no se detuvo en el prado en el que yo me encontraba. Pasó frente a mí a una distancia que no me permitía asegurar el disparo. El solitario se detuvo a más de 300 metros de mi posición para pasar lo que fue para mí una eternidad hozando entre un rebaño de vacas. Aguanté inmóvil en la postura durante 2 horas hasta que volvió sobre sus pasos en dirección a la mancha de monte de la que había salido".

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Montse exhultante junto al gran jabalí abatido en espera.

Los colmillos del jabalí sobresalen 7 centímetros de la mandíbula inferior

"Tuve la fortuna que en su regreso a su lugar de encame eligió un camino que le puso a tiro de mi rifle de la marca Tikka del calibre .270W. En su caminar se detuvo en varias ocasiones para buscar alimento en la tierra hasta que se situó a 50 metros del cañón de mi arma. Bajo la luz de la luna, acaricié el gatillo del rifle con la mala fortuna que en ese justo momento el cochino me venteó y trató de escapar a la carrera.

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La pezuña deforme del jabalí.

El primer disparo como consecuencia de ello no impactó en el lugar que yo había elegido. A pesar de ello, el jabalí se derrumbó en su huida en varias ocasiones para volver a reincorporarse en su intento de ocultarse en la vegetación. Un disparo certero en el codillo acabó por tumbarlo definitivamente".


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