Térmico SA 62 LRF
Se puede montar en un rifle o utilizar como un monocular térmico convencional

Térmico SA 62 LRF

Compacto, ligero, fácil de poner a tiro y con un sensor de imagen térmica capaz de detectar pequeñas diferencias de temperatura, el SA 62 LRF es un visor “inteligente” multi-retícula de altas prestaciones diseñado para montarlo en un rifle, aunque también se puede utilizar desmontado del arma, como un monocular térmico normal.


La doble utilidad del aparato protagonista de estas notas tiene una especial importancia en un país como el nuestro en el que las normas son diferentes dependiendo de donde se resida o se cace, vaya usted a saber por qué. Y es que, como supongo que muchos lectores saben, el uso de los aparatos de visión térmica y los de visión nocturna en general no están autorizados en algunas CC.AA y muy pocas permiten utilizarlos montados en armas.

Concretamente, según Jaime Valladolid, abogado especializado en caza y amigo de este autor, solo se pueden usar montados en armas en la Comunidad de Murcia, Comunidad Valenciana y en Cataluña (aunque en esta última con restricciones).

Por tanto, antes de ir a la armería a comprar el aparato que os presento, es importante que comprobéis dónde se puede utilizar para cazar acoplado al rifle o incluso como monocular.

Digo antes de ir a la armería y creo que digo bien, pues estoy seguro de que cuando leáis estas notas os darán ganas de comprarlo, sobre todo si, como me sucede a mí, os gusta la tecnología pues se trata de un visor de alta gama.

Lo produce PARD, que es uno de los fabricantes de óptica de visión térmica y visión nocturna más avanzados del mundo.

Sus productos los distribuye en España la empresa Outdoorstocks y engloba varias gamas de dispositivos de precios muy variados.

En concreto, Outdoorstocks, S.L. comercializa, entre otros dispositivos, visores térmicos (y nocturnos) diseñados para montar en armas, cuyos precios oscilan entre los 2.299 euros de los modelos más básicos a más de 4.500 en los de mayor gama, siendo el SA 62 LRF su modelo más avanzado: tiene un P.V.P de 4.699 euros que puede parecer elevado, pero en realidad no lo es si se tiene en cuenta sus características y se comparan con el de otros visores similares.

El visor junto con algunos de sus accesorios: bolso de transporte con correa para el hombro, guardapolvo de tela, cable tipo C para el puerto USB-C; accesorios para montarlo en el rifle (montura Picatinny, llaves Allen, dos calzos para equilibrar el montaje, si es necesario y tornillos). Además se entrega con 1 batería y con manual del usuario en inglés, que no aparecen en la foto.

Visor térmico SA 62 LRF

Es muy compacto (solo mide 185 x 75 x 55 mm) y ligero (455 gramos) porque su armazón es de aleación de aluminio de alta calidad anodizado en negro. Y también es resistente al retroceso de grandes calibres (6.000 J) y es impermeable (IP67).

Posee un ocular con concha de goma tipo fuelle que tiene la doble misión de impedir que entre luz a la pantalla (sellarla para que se divise totalmente nítida) y de amortiguar un posible impacto del ocular en el ojo a causa del retroceso. Es decir, impedir que nos “fundamos un plomo”, lo que de noche puede suceder fácilmente, sobre todo si usamos calibres potentes.

Con el equipo se entrega la batería 18650 marca PARD, de color negro, que se aprecia en la foto, pero, como es corriente, se pueden usar otras compatibles de otras marcas. Cuando se descarga se puede reemplazar fácilmente en el campo y sin hacer ruido porque la tapa es silenciosa.

Además, delante de la concha del ocular posee una rueda moleteada que, al girarla, permite regular las dioptrías entre -/+5, que es un valor muy alto que asegura que podamos ver nítida la pantalla (una OLED 1.024 x768).

En el objetivo encontramos dos detalles de diseño interesantes. Posee una lente (de 45 mm en el modelo probado, pero también se puede adquirir con lentes del 25 y de 35 mm) que, como sucede con la mayoría de los térmicos, es necesario ajustar para poder enfocarla y ver nítido el blanco. Ahora bien, el enfoque no se realiza girando el objetivo con la mano, sino con una palanca que lleva en un lateral y que se puede plegar sobre el armazón para que no sobresalga cuando no se utiliza. Con la ayuda de esta palanca no solo se consigue un enfoque más preciso sino que se evita el riesgo de tocar con los dedos la lente del objetivo, lo que es fácil que suceda cuando se usa de noche o con poca luz. Y por otro lado, la tapa del objetivo que no es de goma, sino rígida (de material sintético), encaja a presión en su alojamiento y queda unida al armazón, por lo que no se puede perder.

La montura Picatinny se suministra desmontada. En caso de utilizarla es importante que quede firmemente unida al armazón del visor y todo el conjunto visor-montura al carril del rifle.

Mandos y accesorios

Sobre la parte superior posee cuatro mandos de presión (teclas) en línea que permite manejarlo y programarlo tras acceder al menú (pulsando la tecla más cercana al ocular, que tiene 24 opciones principales nada menos), así como un led de estado “camuflado” entre las dos últimas teclas más cercanas al ocular para que solo se vea la luz si se mira desde arriba. Además, las teclas no hacen ruido ni tampoco lo hace ningún otro mando del visor ni la tapa de la batería.

El compartimiento de la tarjeta de memoria- conexiones se localiza en el costado derecho del visor, cerca del ocular. Utiliza tarjetas de memoria tipo TF de hasta 128 GB, como máximo.

A la derecha de los mandos lleva un compartimento circular con tapa roscada en el que encontramos el alojamiento de la “microtarjeta” de memoria (usa las tipo TF con capacidad de 128 GB máximo) y dos puertos para datos y recarga de la batería, operación que se puede hacer también (y de hecho es más recomendable) con un cargador externo. Y, delante de este compartimiento, una base Picatinny para poder acoplarle accesorios compatibles.

En el costado izquierdo lleva el telémetro con alcance de 1.200 m y, debajo, una práctica linterna de 100 lúmenes.

A la izquierda del cuerpo se encuentra el botón de conexión (que está, por tanto, separado de los mandos principales para que no se pueda oprimir por error: otro detalle interesante de diseño) y, superpuestos, tres elementos, todos con forma de tubo: un telémetro con alcance de 1.200 metros y de 1.000 m cuando se utiliza asociado al calculador balístico, que más adelante trataremos. Debajo del telémetro lleva el alojamiento de la batería que se introduce en su interior desenroscando una tapa que no hace ruido. Y en el extremo opuesto del alojamiento de la batería lleva incorporada una práctica linterna de 100 lúmenes.

En la parte superior se aprecian las cuatro teclas que permiten seleccionar y operar con todos los modos y funciones del visor. Y debajo, rodeado por un círculo de color azul, el botón de conexión/desconexión, bien separado de los demás mandos para que no se pueda pulsar por error. Delante de las teclas se aprecia plegada la palanca del objetivo.

Y debajo, es decir, en la base del visor se encuentran cinco orificios roscados en los que se fija una montura Picatinny que se entrega como accesorio para poder acoplar el visor a un rifle con carril (base) compatible.

También se entregan con el visor los siguientes accesorios: manual del usuario en inglés, bolso de transporte con correa para el hombro; guardapolvo de tela tipo terciopelo; cable tipo C para el puerto USB-C; accesorios para montarlo en el rifle (además de la montura Picatinny: llaves Allen, dos calzos para equilibrar el montaje si es necesario y tornillos para fijarlo) y 1 batería marca PARD tipo 18650 de 3,7 V (que es una batería corriente y se puede conseguir fácilmente, así como los cargadores externos para recargarla).

La foto permite apreciar el diseño de la tapa basculante del objetivo, que es rígida y permanece unida al visor. No se puede perder. El objetivo es ajustable y se gira con la ayuda de la palanca que se aprecia en la parte superior.

Características como visor

El SA 62 LRF se podría definir como un monocular térmico de alta gama al que se le ha añadido un sistema de puntería muy avanzado que posee un detector de imagen térmica de alta resolución (640x480/12μm) y sensibilidad térmica menor o igual 25 mK, así como una montura desmontable para poder acoplarlo a un arma.

Como monocular térmico tiene algunas características muy interesantes, como por ejemplo un modo escena, seleccionable por el usuario, que optimiza la imagen cuando el aparato se usa en la ciudad, en el campo o lloviendo. Además, comparte con otros monoculares de su precio muchas otras singularidades. Por ejemplo, la función PIP, que amplía la imagen central en la parte superior de la pantalla o la Hot Track, que marca y sigue en la pantalla los objetivos calientes. También posee numerosas paletas de color (seis, lo que permite que el usuario pueda ver con seguridad el blanco bajo cualquier fondo o paisaje), un telémetro capaz de medir distancias hasta 1.200 metros; un zoom digital potente (1x-2x-4x-6x-8x) y hace fotos, graba videos (mp4) con sonido, tiene función WI-FI, etc.

La copa del ocular, tipo fuelle, impide que entre luz a la pantalla y protege al ojo. Delante se aprecia la rueda estriada que, al girarla, permite compensar las dioptrías entre -/+5.

Sin embargo, como visor térmico es aún más completo y útil porque, además de todas las características como monocular de alta gama posee: 

– Seis tipos de retículas a elegir con o sin subextensiones para corregir el viento, que se pueden visualizar en cuatro colores: rojo, blanco, amarillo y verde para que se distingan bien con cualquier fondo o paleta de color. Además, se pueden desconectar para dejar “limpia” la pantalla si se desea utilizar el aparato como un monocular térmico convencional.

– Un inclinómetro que indica en la pantalla si el rifle está ladeado para que no falle por este concepto, sobre todo si dispara sobre objetivos a grandes distancias.

– Un giroscopio (que hay que calibrar siguiendo las instrucciones del manual) que detecta el ángulo de tiro.

– Sofware de cálculo balístico (una calculadora balística) integrado con el telémetro láser que calcula y corrige el punto de impacto hasta los ¡1.000 metros!

Para utilizarlo solo hay que entrar en el menú en el apartado “Calculadora balística” y añadir los datos del proyectil que se va a utilizar (coeficiente balístico, peso y velocidad inicial, así como la distancia de puesta a tiro (el “cero”), la altitud (porque la trayectoria de la bala se ve influenciada por la densidad del aire), etc. Luego se graban estos datos, se conecta la calculadora y ya está.

– Fácil puesta tiro: básicamente se realiza disparando un tiro a una diana, que en teoría debería bastar para centrar la retícula y de hecho PARD asegura que su visor se puede poner a tiro con un solo disparo.

En efecto, una vez disparado el primer tiro se congela la imagen (lo que se hace pulsando al mismo tiempo dos teclas marcadas con el símbolo + y –) y luego se desplaza la retícula hasta el punto de impacto, se graba la información y ya estaría centrado en teoría.

Secuencia de montaje del visor en un rifle Bergara con carril Picatinny. Es importantísimo que quede bien alineado con el eje del cañón y muy firme para que no se mueva a causa el retroceso. Con el visor se suministran dos calzos que no aparecen en la secuencia porque no fue necesario utilizarlos.

Sin embargo, para poder hacer esto bien es necesario ver bien en la pantalla dónde ha impactado el primer tiro y, por supuesto, “superponer” la retícula de forma totalmente precisa sobre el impacto y esto no es tan fácil porque estamos utilizando un aparato de visión térmica, sobre todo si la puesta a tiro se realiza a una distancia considerable.

Puesta a tiro ¡a 100 m!

Lo ideal sería disparar a 50 metros y con unas condiciones de luz y temperatura adecuadas,  pero también se puede hacer a más metros e incluso con unas condiciones poco aptas para usar un visor térmico: a plena luz del día, con el sol iluminado de lleno el blanco y a 100 metros de distancia tuve la oportunidad de probar y de poner en tiro con ayuda el visor que aparece en las fotos.

La ayuda me la proporcionó Jesús García Lara, director comercial de la empresa que lo distribuye en España (Outdoorstocks, S.L.) con el que me desplacé a mi campo de tiro (Club Deportivo Centro Madrid) para montar y poner a tiro por primera vez el SA 62 LRF que aparece en las fotos, en un rifle Bergara calibre 6,5 Creedmoor.

Aunque después de esa jornada he tenido la oportunidad de probar durante días el visor, en aquel momento no conocía sus características por lo que, mientras lo montábamos en el rifle, Jesús me explicó como seleccionar las paletas de color, el zoom, etc.

Jesús García de Lara, director comercial de Outdoorstocks, S.L, se encargó de realizar las correcciones de la retícula durante la puesta a tiro.

Una vez montado, apunté al centro del círculo negro de la diana, comprobé que el inclinómetro (que se divisa en la parte inferior izquierda de la pantalla) marcaba cero y disparé un primer tiro que, por fortuna, impactó fuera de la zona de puntuación del blanco, en la parte inferior.

Digo por fortuna, porque si se llega a salir del blanco nos hubiera costado muchísimo ponerlo a tiro: otra razón por lo que es importante hacer la puesta a tiro más cerca.

Pero entró, por lo que Jesús pudo congelar la imagen y superponer de nuevo la retícula y dejarme la mira lista para realizar un segundo disparo que entró centrado en altura, pero a la derecha entre el 3 y el 4.

Otra nueva corrección y por fin quedó centrado: el tercer tiro impactó debajo del nueve, por lo que dimos por finalizada la prueba.

Pese a estar disparando a 100 metros a plena luz del día, el visor se centró con tan solo tres tiros: el primero impactó a la derecha de la parte inferior del blanco, fuera de la zona de puntuación; el segundo en la línea que separa el 4 del 3, a la derecha, y el tercero debajo del 9.

El resultado me impresionó porque, aunque el inclinómetro es de gran ayuda, lo que ves es una imagen térmica que no te permite apuntar con la misma precisión que con un visor convencional, porque no ves con la misma nitidez el centro del blanco. Es más, pienso que si hubiera utilizado un visor óptico de alta gama y con mandos de ajustes muy precisos no sé si hubiera logrado centrarlo al tercer tiro, teniendo en cuenta donde impactó el primero.

Y quizás por este resultado y porque he hecho muchas pruebas de día y de noche con el visor y con todas sus funciones, he llegado a la conclusión de que si yo necesitara un visor térmico de caza, que no es el caso, no me importaría en absoluto comprármelo.

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Especificaciones

Visor térmico PARD SA 62 LRF

Tipo de aparato: Visor térmico compacto multi-retícula para caza con montura para carril Picatinny con telémetro incorporado. Se puede utilizar sin la montura y con la retícula desconectada, como si fuera un monocular térmico.

Detector: De alta resolución 640 х 480/12μm

Pantalla: OLED 1.024 x 768.

Sensibilidad térmica: NETD menor o igual 25 mK

Diámetro del objetivo: 45 mm (versión probada). También se fabrica con objetivos de 25 y de 35 mm.

Zoom digital: 1x-2x-4x-6x-8x.

Alivio ocular: 30 mm.

Ajuste de las dioptrías: -/+ 5.

Campo de visión grados: 9.7 (horizontal); 7.3 (vertical).

Distancia de detección (*): A personas: 1.800 m. A Vehículos: 3.300 m.

Dimensiones: 185 x 75 x 55mm

Peso: 455 gramos (existen una versión sin telémetro que pesa 425 g).

Características destacables:

Resiste el retroceso de grandes calibres (6.000 j). Silencioso: los mandos y la tapa del alojamiento de la batería no hacen ruido. Seis tipos de retículas a elegir en cuatro colores: rojo, blanco, amarillo y verde (la retícula se puede desconectar si se desea utilizar el aparato como un monocular térmico convencional). Telémetro incorporado con alcance de 1.200 metros. Sofware de cálculo balístico (calculadora balística) integrado con el telémetro láser hasta los 1.000 metros.

Tres modos de escena: Ciudad, Bosque y Lluvia (Selva Tropical). Seis paletas de color: White-Hot; Black-Hot; Red-hot: Iron-hot; Edge y Sky mode. Función PiP: al activarla se ve ampliada la imagen de la zona central de la cruceta en la parte superior de la pantalla (sin necesidad de utilizar el zoom). Función Hot Track de seguimiento de objetivos: indica en la pantalla los puntos calientes. Hace fotos (JEPG) y video (conectividad de audio y video completa con grabación en HD. Wi-Fi y aplicación para ver desde el móvil la imagen. Función Autograbación: cuando se activa, el visor detecta el proceso de disparo y comienza a grabar antes de que el tirador dispare con el fin de grabar el lance. Giroscopio e inclinómetro incorporado que, respectivamente, tiene en cuenta el ángulo e indica si el rifle está inclinado (para evitar errores de puntería por este concepto).

Linterna incorporada (100 lúmenes). Funciona con 1 batería de iones de litio (“normal”, fácil de encontrar en el mercado) reemplazable, tipo 18650 de 3,7 V que se pueda cargar dentro del aparato o externamente. Duración de la batería: depende del uso; unas 5 horas como máximo. Almacenamiento: Tarjeta de memoria TF 128 GB máximo. Puerto USB-C. Armazón de aleación. Compensacion de píxeles ciegos: compensa automáticamente los píxeles que ya no responden a la luz y también reduce la distorsión de la imagen. Construcción resistente a los golpes, protegido contra el agua y el polvo (impermeabilidad IP67), no se empaña y funciona entre -20 y + 60 grados centígrados.

Se suministra con: 1 batería 18650; bolso de transporte con correa para el hombro; guardapolvo de tela. Cable tipo C para el puerto USB-C; accesorios para montarlo en el rifle (montura Picatinny, llaves Allen, dos calzos para equilibrar el montaje, si es necesario y tornillos) y manual del usuario en inglés.

P.V.P. recomendado: 4.699 euros.

Más información: http://outdoorstocks.com/es/

(*) El fabricante no indica cuál es la distancia de identificación. Según el distribuidor es, aproximadamente, del orden de la mitad de la de detección.