Pájaro Moscón
Las aves de España

Pájaro Moscón


Con frecuencia se dice que las aves no actúan inteligentemente: el Pájaro Moscón podría hacer dudar de esta afirmación. En efecto, el macho de esta especie no tiene igual para escoger una horquilla terminal de una rama flexible de taray, de sauce o de chopo y sujetar en ella su original nido. Una vez terminado el anillo inicial que forma la base, el acabado exterior es una verdadera maravilla. La hembra, hasta entonces invisible, es finalmente atraída por los incesantes gritos del macho, que recuerdan los del Escribano Palustre. Releva entonces a su pareja y termina la construcción del nido con un revestimiento interior mullido. Luego echa al macho y desde ese momento toda la responsabilidad de la reproducción recae sobre ella. En España, el Pájaro Moscón anida en todo Levante y valle del río Ebro. Tras la época de la reproducción, se observan congregaciones medianas que vagabundean durante el otoño-invierno, y se alejan de aquellas zonas hasta 200-300 kilómetros, por lo que aparecen en áreas muy distantes de las de cría. Después, en primavera, regresan a los lugares habituales de nidificación.

Familia:Páridas
Nombre cientifico:Remiz pendulinus
Orden:Passeriformes
Caza:Especie Protegida
Longitud:10.5
Habitat:Sotos
Identificación:Pequeño; partes superiores rojizo vivo; cabeza gris, con anchas bandas negras en la frente y los ojos (en adultos); partes inferiores castaño y crema. Pico corto muy puntiagudo. La hembra tiene dorso y pecho más claros.
Nidificación:Nido construido generalmente cerca del agua, con fibras animales o vegetales, telas de arañas y semillas plumosas de plantas, sobre todo acuáticas, en forma de huevo y una entrada tubular, suspendido de unas ramitas; puesta, de abril a mayo, de 5 a 8 huevos, blanco mate; incubación, sólo por la hembra, de unos 14 días; los pollos, alimentados principalmente por la hembra, vuelan tras 15 ó 20 días.
Alimentación:Insectos, arañas y algunas semillas.

No por ser poco conocido es menos interesante el Pájaro moscón Remiz pendulinus, uno de los más curiosos pájaros de nuestra avifauna, sobre todo por los extraordinarios nidos que construye. En plumaje nupcial la cabeza es gris ceniza pálido, así como la nuca y el cuello. En ella se destaca netamente un antifaz negro que nace en la base del pico y cubriendo los ojos llega hasta bien detrás de ellos. Su anchura es variable, más estrecho al principio y más ancho al final. Aquí puede medir entre 8-12 mm. en los machos y 5-8 mm. en las hembras. La frente también es negra con los bordes ligeramente marrones. El dorso es castaño rojizo y las primarias y secundarias de las alas son de color marrón grisáceo ribeteadas de un matiz blanquecino. Los hombros son muy oscuros, marrones y el obispillo pardo claro. La cola, relativamente larga, es pardo gris con bordes blanco amarillentos en las rectrices. Las partes inferiores son pardo rojizas en el vientre y flancos y váriables en el pecho, en general, también con tonos pardo rojizos o acastañados. El pico es fino y de forma cónica, de color gris oscuro por encima y blancuzco amarillento debajo. Las patas son grises.

Las hembras poseen un plumaje en general algo más apagado, pero sobre todo tienen un antifaz más estrecho como ya se indicó. Además, éste, que es de color negro en los machos, resulta marrón oscuro en las hembras, aunque también en aquellos si se miran con buena luz en la mano se observa un tinte marrón en muchos, más en los bordes. Las hembras tienen la oscura banda frontal más estrecha y parte de ella está sustituida por punteado castaño.

Los jóvenes del año carecen de antifaz oscuro que se les desarrolla paulatinamente durante el otoño, lo mismo que los tonos pardo rojizos del dorso y partes inferiores. En septiembre los pájaros moscones, nacidos en el año, son casi grises con tonos parduzcos. En noviembre todavía pude observar muchos con el plumaje incompleto y algunos sin apenas trazas de antifaz.

Para muchos naturalistas españoles el estudio de las costumbres de este pájaro constituido un trabajo verdaderamente apasionante. Los ornitólogos aragoneses Aragüés y Lucientes han realizado una investigación muy completa en el valle del Ebro, su principal área de reproducción en la Península Ibérica. A ellos se sigue en lo fundamental de esta exposición.

En la región aragonesa se da al Pájaro moscón los nombres de «pialero», «botijero» y «bolsero». El primero probablemente alusivo a el nombre de «pial» que se dá a los calcetines que se hacen de una sola pieza y los otros dos en relación con la curiosa y complivada forma del nido que construye. Vive con preferencia durante la época de la cría en riberas arboladas, en especial donde abunden los álamos blancos Populus alba, que parece ser su árbol favorito para la nidificación. Pero también frecuenta en esta época zonas marismeñas y pantanosas con abundantes carrizos de Phragmites y Typha. Una vez concluida la reproducción se forman grupos que cuanto más avanza el otoño van siendo más numerosos y se dispersan todos por marismas y carrizales. En ellos es donde pasan la mayor parte del invierno y allí se unen a otros pequeños pájaros, a los herrerillos Parus caeruleus, que también en el otoño se congregan en gran número en los carrizales. Revolotea por entre los árboles y pasaría muy desapercibido ya que a menudo se mantiene a gran altura, si no fuera porque su piído lastimero, un ¡¡tsiiií!! o ¡¡tssiíi!! lo descubren en seguida. Remiz pendulinus es realmente un pájaro acrobático que se mueve con gran agilidad por entre las ramas de los árboles del modo como lo hacen los páridos entre los que, con frecuencia, se les clasifica. Se cuelga de ellas y mueve la cola arriba y abajo continuamente.

Su canto, habitual a partir de segunda quincena de marzo, pero más corrientemente en abril, es un conjunto de notas líquidas, emitidas con claridad y limpieza desde las copas de los árboles todavía sin hojas.

A partir de abril los machos, además de cantar con insistencia, comienzan a construir los nidos. Se va a seguir la información que facilitan Aragüés y Lucientes, quienes después de examinar más de un centenar de nidos poseen una considerable experiencia.

Cada macho parece que empieza a construir el nido tratando con ello de atraer a una hembra. Si ésta no llega, un macho puede hacer tres nidos seguidos. Cuando la hembra acude y el emparejamiento se produce, entonces ella colabora en la terminación del nido, pero es bien cierto que al no acudir las hembras muchos de ellos quedan incompletos. También se ha comprobado que pueden reconstruir uno del año anterior, que los vientos y la lluvia del invierno no hayan destruido completamente e incluso sucede con frecuencia que los machos utilizan material de nidos viejos para hacer los nuevos. El nido es situado normalmente sobre una rama delgada y flexible que baja en dirección al suelo, pero también en una horquilla o entre las ramillas flexibles de un Sauce (Salix). Aragüés (1964), de 80 nidos encontrados en varias localidades del valle del Ebro, 54 estaban situados sobre Alamo blanco Populus alba; 19 sobre Chopo Populus nigra, y los demás en carrizos, sauces, tamarises y cañaverales. También en Castilla la Nueva utiliza para criar las ramas de los álamos blancos que crecen a las orillas de los ríos Tajo, Henares y otros.

El Pájaro moscón recoge todas las hilachas de esparto y otras fibras vegetales que encuentra en el campo o las de lana de oveja que quedan enganchadas en los matorrales. Con ellas en el pico comienza a enrollarlas en la parte superior de la rama, para en la inferior hacer una como especie de armazón que luego rellenará con más lana y que en realidad parece un pequeñísimo cesto colgado, bien forrado también con amentos de los chopos o inflorescencias de los carrizos. En el valle del Ebro parece indiscutible la relación que existe entre el nacimiento de los amentos y el comienzo de la construcción del nido. Si no hay amentos y malas condiciones meteorológicas pueden retrasar su aparición, no se empieza a construir el nido hasta finales de abril e incluso más tarde. La estructura de lana o fibras bien enganchada en los brotes y rugosidades de las ramas y es capaz de soportar la fuerza del viento y de la lluvia. El pájaro comprime bien con el pico los materiales entre la lana, bien sean amentos o flores secas de carrizos, volviendo a tejer la lana o fibras sobre ellos, de manera que comenzando la tarea de abajo arriba pronto queda la bolsa o cesto completo y muy sólido, con un embudo de salida en la parte superior. Esta es una parte muy curiosa, por cierto, del nido. El Pájaro moscón lo construye de manera que su elasticidad resulte muy duradera, cerrándose cada vez que el pájaro entra en el nido y abriéndose cuando sale. Su longitud varía de 3 a 8 cm. y el diámetro es de 3 cm. Un macho de Pájaro moscón tarda en construir un nido de 8 a 16 días, pero hay que tener en cuenta que en los últimos días es ayudado por la hembra que es quien en realidad realiza todo el trabajo de forrar y acondicionar el fondo. Este es macizo y suele corresponder a la tercera parte de la altura total del nido. El peso medio de éste es de 32,5 gramos y la altura oscila entre 135-145 mm. con una anchura de 75 a 85 mm. El fondo es, naturalmente, la parte más pesada, dos terceras partes del total y, puesto que está colgando de la rama, el centro de gravedad queda muy bajo con lo que el equilibrio es perfecto y su movimiento oscilante con fuerte viento muy pequeño. El nido está tan bien calculado y enganchado en la rama, que puede soportar vientos hasta de 80 km. por hora. Según los estudios de los ornitólogos aragoneses, el material de los nidos obtenidos por ellos en Zaragoza era de un 21 % lana, el 77% amentos de chopo y el resto otras fibras vegetales. El deshacer estos nidos es una tarea difícil por lo entretejidos que están. Así se explica que permanezcan con frecuencia de un año para otro.

Por la información que Aragüés y Lucientes dan sobre la especial conducta de los machos de Remiz pendulinus al comenzar la época de cría, creo que estamos ante un pájaro que desarrolla una actitud en cierto modo parecida a la del más conocido Chochín Troglodytes troglodytes. Los machos de este comienzan en marzo y sólo ocasionalmente antes, a construir nido. Normalmente no hacen más de tres. Cuando la hembra elige no es aparentemente atendiendo al canto del macho o a su celo, sino que visita uno por uno los nidos y al fin se decide a arreglar el que más le agrada. Lo rellena y forra por dentro con muy diversos materiales, sobre todo plumas y musgo. Esta podría ser la actitud de la hembra del Pájaro moscón. ¿Es posible que la habilidad del macho para la construcción y su sentido artístico sean el mejor señuelo para atraer una hembra? A partir de abril pueden comenzar las puestas. Normalmente consisten en 5-7 huevos, pero también de forma ocasional se encuentran de 8, 9 y 10. Son blancos, alargados y lógicamente muy pequeños. Aragüés y Lucientes dan un promedio de 14,7 x 9,3 mm. Hay máximos de 14 x 10 mm. y 18 x 11,3 mm. La altura a que anidan estos pájaros no permiten que las observaciones sean fáciles, pero se sabe que la incubación suele durar entre 14 y 16 días. La salida del nido se produce a los 15-18 días y en los últimos momentos los pequeños pendulinus asoman al embudo para ser alimentados allí por los adultos. Se dice, sin embargo, que sólo la hembra los ceba (Geroudet, 1954). Mientras dura la incubación el macho va con frecuencia al nido para alimentar a la hembra, pero parece claro que él no incuba.

El éxito en la reproducción es bueno, puesto que el nido al permanecer cerrado está al abrigo de depredadores y en cuanto las hojas de los árboles han brotado queda completamente oculto o disimulado. Los huevos, blancos traslúcidos, apenas son visibles entre el fondo de lana y amentos que resulta un colchón mullido y caliente donde la incubación se mantiene, aunque la hembra se ausente por mucho tiempo. Normalmente hacen dos puestas cada temporada y en cuanto los pollos salen del nido vuelan en compañía de los adultos, formando pequeñas bandadas que se distribuyen por zonas pantanosas y sobre todo por carrizales donde continuamente picotean las semillas de la Espadaña Typha y del Carrizo Phragmites. Parece, pues, que estas semillas forman una parte muy importante en su alimentación durante el otoño e invierno, pero también comen pequeños gusanos e insectos que encuentran entre la vegetación palustre. Los estómagos examinados de pendulinus capturados en la marisma de Playaundi (Fuenterrabía) en 1967 y 1968 estaban completamente llenos de semillas del Carrizo común Phragmites communis. También había unos pequeñísimos coleópteros y alguna oruga verde muy pequeña. Los mayores enemigos que tiene el Pájaro moscón parecen ser los córvidos, que, en opinión de Aragüés, destruyen muchos nidos, en especial las urracas Pica pica. Su caza no es difícil, porque cuando se mueven entre los carrizos, parecen completamente ajenos a la presencia del hombre y permiten un relativo acercamiento sin huir. También los carrizales son sus dormideros favoritos y en el otoño e invierno se forman allí buenas concentraciones de estos pájaros.

Remiz pendulinus se reproduce en Europa, además de en España, localmente en el sudeste de Francia, en Italia y desde el este de Francia, a Dinamarca, Austria, Hungría, Alemania, Polonia, Estados Bálticos, Balcanes y Rusia. En gran parte de su área es divagante en el invierno, parcialmente sedentario y, desde luego, una buena proporción de pájaros moscones del centro y este de Europa emigran hacia el Sur y Sudoeste, llegando en buen número hasta la Península Ibérica, como ahora el anillamiento ha puesto al descubierto para un pájaro que siempre se estimó como netamente sedentario. Parece ser una especie en franca expansión, no sólo en España como luego se verá, sino en el resto de Europa donde se ha notado que esporádicamente cría más al Norte y Oeste de su normal área de reproducción.

En España criaba antes fundamentalmente en el valle del Ebro y localmente en determinadas zonas de Levante. Pero desde hace unos años su expansión hacia el Oeste y Sudoeste ha sido grande. Nuevas colonias se han descubierto en las cuencas de los ríos Tajo, Jarama, Henares y otros del centro de Iberia. Las provincias de Toledo, Guadalajara, Madrid y posiblemente ya Cáceres y Badajoz, aunque para estas dos todavía no se dispone de datos seguros, se han incorporado a Navarra, Rioja, y Levante. Fundamentalmente usan también en las zonas colonizadas recientemente, el Alamo blanco para anidar, pero se ven nidos en chopos, no sólo los que crecen en las orillas de los ríos, sino en colas de embalses y también a más baja altura sobre sauces. Sin embargo, la mayor concentración está aún en las arboledas de las orillas del río Ebro. Muchos son los nidos que, observando detenidamente los álamos, se ven durante el invierno pendientes a gran altura, normalmente entre 4 y 15 metros. Puede estimarse como altura media la de 8-9 metros. También ocasionalmente se encuentran nidos a 2 metros de altura y estos casi siempre sobre el agua del río.

La dispersión otoñal comienza, como ya se ha dicho, en seguida que los pequeños pendulinus dejan el nido. Se alejan paulatinamente de sus lugares de nidificación y se establecen por carrizales y zonas húmedas de gran parte de Iberia. Su área de invernada llega ahora ya hasta las provincias de Cáceres y Badajoz por el Oeste y más al Norte en la provincia de Zamora (Villafáfila).

Los pájaros moscones aragoneses y navarros que a fin del verano recorren en grupos familiares las orillas de los ríos del valle del Ebro se ven incrementados por los que prodecen de otros países europeos. Ha habido ya una recuperación de uno anillado en Polonia y otro que lo había sido en La Alfranca, Pastriz (Zaragoza) por ornitólogos aragoneses en noviembre, fue capturado en Alemania, nada menos que a 1.600 km. al Nordeste en mayo del siguiente año, cuando ya se preparaba para anidar.

La emigración se nota ahora bien en los países europeos donde la especie se reproduce. Remiz pendulinus de Austria han sido recuperados en Yugoslavia e Italia, lo que supuso recorridos de hasta 800 km. en diversas direcciones, pero el record debe ser ahora el pájaro anillado en Zaragoza que se cita arriba. Ya se han encontrado restos de nidos en la costa del Mar del Norte y en otoño e invierno se realizaron capturas en la costa altántica francesa.

En la Península Ibérica, aparte de las numerosas observaciones que los ornitólogos españoles han dado a conocer (Bernis, Fernández-Cruz, García-Rúa, etc.) ha sido visto en primavera en algunos lugares del río Duero y, sobre todo, en determinados ríos de la provincia de León. Una buena zona es Carrizo de la Ribera (León), donde el pájaro es visto con frecuencia en invierno. Toda la comarca posee un biotopo típico para la invernada y reproducción del Pájaro moscón y me parece que no tardará en ser allí nidificante habitual. Como ya se han encontrado nidos en la Rioja alavesa, no debe ser, pues, extraña la presencia de este pájaro en Guipúzcoa. En el Museo de San Telmo en San Sebastián se conserva naturalizado un conjunto de dos pájaros y nido obtenidos en Milagro (Navarra).

En España se han anillado ya más de 500 Remiz pendulinus y la misma cifra en La Camarga (Francia). La repetición de capturas de pájaros de esta especie anillados puede darnos pronto una idea más concreta sobre sus movimientos, que incluso han llegado a ser en algunos casos verdaderas invasiones como sucedió en Alemania y otros países europeos. Los movimientos dispersivos de Remiz pendulinus son normales, pero su expansión con intentos de nidificación y colonización de nuevas áreas de cría comenzaron hace aproximadamente 20 años, quizá se ha empezado a apreciar bien esto en 1950.

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