Cernícalo Vulgar
Como todas las aves de presa, el Cernícalo Vulgar está protegido por la ley durante todo el año, pero a diferencia de muchas otras no hay una necesidad desesperada de protegerlo. Se le considera un ave útil contra los ratones, ratas, topillos e insectos dañinos. Debido en parte a su facilidad para adaptarse a diferentes clases de biotopos, el Cernícalo Vulgar se ha convertido en una de las aves de presa diurnas más comunes, pues puede encontrársele tanto en tierras cultivadas como en eriales, brezales y variedad de acantilados. En su vuelo característico, al que debe el nombre, el ave se cierne con la cola extendida en abanico y fuertes aleteos mientras vigila el suelo en busca de presas, lo cual es frecuente observar a lo largo de nuestras carreteras. En nuestro país, esta ave vive principalmente en el campo, mientras que su próximo pariente el Cernícalo Primilla es un habitante de las poblaciones, caracterizándose ambos sobre todo por su distintivo grito y por tener las uñas negras, mientras que las del Primilla son blancas. La nota principal del Cernícalo Vulgar es un penetrante «hi-hi-hi», aunque no se oye muchas veces a menos que las aves estén «jugando» o el macho persiga a la hembra.
Familia: | Falcónidas |
Nombre cientifico: | Falco tinnunculus |
Orden: | Falconiformes |
Caza: | Especie Protegida |
Longitud: | 34 |
Habitat: | Matorrales y campos baldíos |
Identificación: | Alas puntiagudas y cola larga; el macho tiene cabeza obispillo y cola gris azulada, con ancha banda negra cerca del final de la cola; la hembra tiene cola barrada, también con banda negra; es característico el cernirse en vuelo. |
Nidificación: | No construye nido; huevos dejados en borde de rocas, edificios altos, agujero de árbol o nido abandonado; pone, de abril a junio, de 3 a 5 huevos blancos con manchas rojo-acastañadas; incubación, de unos 28 días, principalmente por la hembra; los pollos, alimentados por ambos padres, vuelan tras unos 30 días. |
Alimentación: | Principalmente ratones, topillos y ratoncillos; también ranas, lombrices e insectos; gorriones y otras aves. |
El más popular y abundante de los halcones europeos es, sin duda, el Cernícalo vulgar Falco tinnunculus. El macho adulto tiene la cabeza, nuca y lados del cuello de color gris azulado y la cera del pico y el anillo ocular amarillo limón. Como otros halcones, tiene también un mostacho o bigotera negra a ambos lados de la cara. El dorso de las alas y la espalda son de color acastañado rojizo claro, profusamente marcados con puntos negros en forma de gotas, más pequeños en la parte superior. El obispillo o rabadilla y la cola son gris azulado como la cabeza, pero en la mayoría de los cernícalos aún más azul. La cola tiene una ancha banda subterminal negra y las puntas de las rectrices son blancas. Las primarias y secundarias de las alas son marrón negruzcas. El mentón es blanquecino y destaca poco del resto de las partes inferiores, que son pardo amarillentas rayadas longitudinalmente y punteadas de negro. Los ojos son marrones, el pico azulado y las patas y pies amarillos. La cola por debajo, además de la banda subterminal oscura muy conspicua, tiene otras, más estrechas que en la parte superior, y ambas no siempre son visibles.
El plumaje de la hembra es de color diferente, careciendo del gris azulado de la cabeza y cola que lleva el macho. La cabeza y la nuca son castaño claro rayadas de marrón oscuro. El mostacho o bigotera apenas es perceptible. La espalda y el dorso de las alas acastañado rojizas. están densamente rayadas o moteadas de negro. La parte baja de la espalda tiene a veces un tinte gris azulado, lo mismo que el obispillo o rabadilla. La cola es castaño claro con ancha banda subterminal oscura y otras más estrechas de color marrón negruzco. Las primarias de las alas son marrones negruzcas y las secundarias rojizas rayadas de marrón. Las partes inferiores, como en el macho, pero siempre más densamente rayadas. Las hembras son también de mayor tamaño que los machos y cuando se ven de cerca es imposible confundirlos.
Los cernícalos inmaduros se parecen extraordinariamente a las hembras y su plumaje difiere sólo en que es aún más rayado. Los machos jóvenes tienen el nacimiento de la cola de color grisáceo y todos ellos muy ancha la banda subterminal oscura. Las variaciones individuales en la coloración del plumaje de los cernícalos son muy grandes, pero no están sujetas a un patrón determinado. A veces sorprende observar cernícalos con un plumaje extraordinariamente claro. Muchos que se ven en la meseta castellana poseen una coloración terroso pálido que contrasta mucho con los que se acostumbran a ver en los roquedos de la Cordillera Cantábrica, muy oscuros.
El plumaje de adultos lo adquieren a la edad de dos y medio a tres años. El cambio más destacado en las mudas que gradualmente transforman el plumaje, es la adquisición del color gris en la cabeza y cola en los machos. Sin embargo, el Cernícalo vulgar ya es maduro sexualmente al cumplir el primer año y puede criar en plumaje de subadulto. En realidad una gran cantidad de los cernícalos que se reproducen normalmente aún no han alcanzado el plumaje completo.
Al volar, el Cernícalo vulgar tiene una silueta y maneras características que únicamente pueden ser confundidas con las del Cernícalo primilla Falco naumanni. Sus alas son largas y puntiagudas y la cola es también notablemente larga. De este último se distingue sobre todo por una casi inapreciable mayor corpulencia, con alas ligeramente más anchas y cola menos delgada y estrecha, redondeadas en el extremo y con menos forma acuñada.
El vuelo de la especie es bien conocido. Bate las alas rápidamente, intercalando planeos, giros y caídas repentinas, y su silueta es inconfundible en el cielo cuando se le ve cernirse sobre campo abierto, o en la cima de una colina, una duna o borde de acantilado, con las alas bien desplegadas y batiéndolas rápida, pero someramente y teniendo a la vez la cola desplegada en abanico. Aprovechando las corrientes de aire o la fuerza del viento, el Cernícalo vulgar puede permanecer largos ratos como inmóvil y suspendido en el espacio con las alas y la cola quietas y su cabeza doblada hacia abajo hasta llegar a formar con el cuerpo un ángulo de 45°, escudriñando atentamente el suelo bajo él.
La confusión entre las dos especies de Cernícalo que viven en Iberia puede producirse frecuentemente. Sin embargo, aparte del menor tamaño, el macho del Cernícalo primilla no tiene el dorso de las alas y espalda moteados de negro, su cabeza y cola son mucho más azules y en las plumas secundarias tiene una mancha azulada. Cuando se pueden estudiar en la mano, las dudas se disipan en seguida, porque, además de estos caracteres, el Cernícalo vulgar tiene las uñas negras y el primilla casi siempre blancas. Las hembras y los jóvenes son más difíciles de distinguir y debemos atender a los caracteres generales de ambas especies y sobre todo a su conducta en el campo. Así, el Cernícalo vulgar vive en parejas o solitario, mientras el primilla es ave colonial que forma casi siempre grupos numerosos. También este último se cierne menos frecuentemente.
A pesar de su abundancia, el Cernícalo vulgar es un pájaro que vive muy diseminado por la campiña y las parejas están unidas durante la reproducción, pero el resto del año vagan solitarios, permaneciendo en esta época mucho tiempo posados en las ramas secas de los árboles, en los postes de una cerca y sobre todo en los hilos del tendido eléctrico o sus castilletes siendo raro verlos en el suelo a no ser cuando se le sorprende en el momento de capturar una presa. Habitan preferentemente campos, praderas recién segadas zonas de monte bajo, páramos, acantilados marinos, cortados de montaña, sobre todo los roquedos aislados en el campo y cuya altura no es muy grande. Su presencia se detecta en seguida, pues aunque no se los vea en vuelo inmediatamente, sí puede observarse en las paredes del cortado rocoso al pie mismo de una repisa o hueco la característica mancha blanca arroyando por la pared y producida por las deyecciones de los jóvenes cernícalos. Normalmente, la fuerza del viento determina su modo de cernirse y, si hay calma, para mantenerse quieto en el aire debe batir constantemente las alas. Se calcula que de cada ocho veces que se cierne una termina en descenso al suelo, presumiblemente para intentar capturar una presa. En realidad no es un pájaro de vuelo excesivamente rápido, no superando mucho los 70 km. por hora, aunque en vuelo normal no suele pasar de 30 ó 40 kilómetros por hora.
No es necesario insistir mucho sobre la voz del Cernícalo vulgar. Su grito característico emitido en tono alto y querelloso, podría expresarse como «¡¡kii-kii-kiikii... !!», cuando está alarmado, o más breve «¡¡kik-kik!!» en vuelo normal. Cuando los pollos están en el nido y la pareja vuela en las proximidades, ambos lanzan un agudo y muy repetido «¡¡ki-yiyi !!». Otros menos oídos son más ásperos y cortos y en general expresan ansiedad o son llamadas cerca o en el interior del nido.
El Cernícalo vulgar se alimenta de pequeños mamíferos que coge entre la hierba, lanzándose en cortas caídas después de cernirse. También captura pequeños pájaros, sobre todo especies que anidan por el suelo o que tienen tendencia a posarse en él. Normalmente alondras, bisbitas, escribanos y acentores. Rara vez especies de vuelo ágil. De forma ocasional se ha visto cómo capturaba pequeños limicolos a los que sorprende en arenales y orillas fangosas, pero para ello tiene que realizar un considerable esfuerzo para matar y transportar estas presas. También pequeños reptiles como lagartijas, culebrillas, etc., y ranas. Los insectos, aunque no en peso, lógicamente, sí constituyen una abrumadora mayoría en la cantidad de presas. Escarabajos como el de San Juan Melolontha melolontha, Ciervo volante Lucanus cervus, libélulas Cordulegaster boftoni, Aeshna spp. y Anax ímperator, mariquitas Coccinella spp., abejorros Bombus spp., etc., y en general numerosas larvas de coleópteros completan la amplia dieta de esta especie. Se ha llegado a estimar que un 65% de ella está formado por pequeños mamíferos, roedores y musarañas fundamentalmente, 14,5 % de pequeños pájaros, 16,5 % de insectos, 2,5 de lombrices de tierra y un 1 % de ranas (Gran Bretaña). En el centro de Europa la dieta incluye fundamentalmente también muchos pequeños roedores y en menor proporción aves. Los insectos no son allí tan abundantes como en el sudoeste de Europa y esto se hace notar en la alimentación de la especie. Las egagrópilas examinadas pertenecientes a posaderos habituales y nichos situados en el norte de Iberia, incluían gran cantidad de restos quitinosos de insectos, variables las especies según la época del año, pero predominando fundamentalmente entre mayo y julio el grillo campestre Gryllus campestris y las libélulas. A partir de julio los restos de ciervos volantes estaban presentes en muchas egagrópilas y también restos de Bombus spp., que son muy comunes en el norte durante todo el año. Pero desde el mes de junio, en que comienza la siega de la hierba, quedan al descubierto los nidos esféricos del Ratón de campo Apodemos sylvaticus y las pequeñas musarañas Suncus y Croccidura. Las egagrópilas recogidas en los nidos contienen una alta proporción de restos óseos de estos animales. También pequeños luciones Anguis fragilis son fáciles de capturar en las praderas recién segadas. Los saltamontes Omocestus y Tettigonia son presas normales del Cernícalo vulgar en el Norte. Bannerman (1956) cita el caso de un Cernícalo que seguía al arado con el objeto de ir capturando los ratones de campo de cría, que quedan desamparados al deshacer sus nidos. Sobre la proporción en que el Cernícalo captura pequeños mamíferos se han realizado gran número de estudios cuya simple enumeración haría interminable este relato. Unicamente como detalle curioso se cita la estimación realizada para Escocia por el naturalista Seton Gordon, en quien no se puede escatimar un profundo conocimiento de las aves de presa. Este consideró que un solo Cernícalo permaneciendo 210 días en una zona podría destruir no menos de 10.395 ratones. Naturalmente, es necesario aclarar que estas cifras serían potenciales, puesto que al matar una pareja de ratones el Cernícalo destruía la posibilidad de reproducción, durante el período estimado, de una gran cantidad de parejas de roedores.
Si interesantes son los datos aportados por ornitólogos europeos en sus respectivos países y los ya citados para el norte de la Península Ibérica, tanta o más importancia tienen para conocer bien los componentes de la dieta del Cernícalo vulgar los estudios efectuados por los ornitólogos españoles a lo largo de nuestra geografía. Así, Bernis (1973), encuentra en nidos en la provincia de Cáceres: Lagartija de prado Psammodromus algírus (1), Lagarto ocelado Lacerta lepida (2 juv.), Pinzón vulgar Fringilla coelebs (1 juv.), Estornino negro Sturnus unicolor (1 pul¡.), Triguero Emberiza calandra (1 juv.). El mismo ornitólogo realizó observaciones en el campo de cómo un Cernícalo acometía a una Tarabilla común Saxicola torquata sin éxito, e insiste en que la consumición de acrídidos y locústidos en el suelo es fácil de observar.
Valverde determina más de 1.000 presas de Cernícalo en Valladolid y Almería, entre las que destacan los Ortópteros, señalando siempre el marcado carácter insectívoro de los cernícalos españoles frente a los europeos, que se nutren fundamentalmente de micromamíferos.
Araujo (1973), que ha estudiado bien la especie en cierto lugar del Guadarrama igualmente considera la importancia de la alimentación entomófaga de los cernícalos vulgares. Pero también determina un buen número de otras presas. Así: Rodentia indet. (3), Ratón de campo (3), Lagarto ocelado (3), lacértido pequeño (2), alaudidae (2), Totovía Lullula arborea (1), Terrera común Calandrella cinerea (1), Pardillo común Carduelis cannabina (1), Gorrión molinero Passer montanus(1).
Garzón (1973), para una amplia zona de España centro-occidental estudió el contenido de 12 estómagos que le permitieron determinar las siguientes presas: (Insectos), Tettigonidae (4), Locustidae (23), Ephippigeridae (1), Gryllotalpa (2), Gryllus (8), Scarabeidae (55), Carabidae (6), Apidae (2), Lepidoptera (4 larvas), Manos religiosa (1); (Mamíferos): Ratón de campo (1), Pitymys (1). El mismo Garzón en un nido examinado en la Sierra de Gata (Salamanca-Cáceres) determinó presas de Lagartija de arenales Acanthodactylus erythrurus y en una egagrópila obtenida había exclusivamente escamas de lacertidae.
Castién, Elósegui y Gónzalez en tres nidos observados en zona media de Navarra y en egagrópilas encontraron Lacerta spp. (1), Codorniz Coturnix coturnix (1). Lución (1), Ophidia indet. (1), Topo común Talpa europaea (1 ), Ratón de campo (1), Musaraña común Crocidura russula (2), Topillo oscuro Pitymys savii (2), microtinae spp. (1), Ratón casero Mus musculus (1 ), paseriforme pequeño (1) y coleópteros.
El Cernícalo vulgar es un pájaro muy agresivo que ataca las presas con gran vigor sin a veces medir las consecuencias de su propio esfuerzo. A este respecto son muy numerosas las observaciones efectuadas por ornitólogos de los que perecen cuando cazan en medios acuáticos Glue (1971) demostró que de 632 cernícalos anillados recuperados muertos durante el período 1910-1969 en Gran Bretaña, diez murieron ahogados por inmersión, en barriles, tanques, pozos, estanques, etc. Como el Cernícalo no caza sus presas exclusivamente en medios terrestres, algunas de estas muertes podían haber sido ocasionadas mientras pájaros jóvenes se bañaban o bebían (Holliday, 1972), y otras se debían sin duda a la natural agresividad del Cernícalo en la persecución de sus presas. Así, el inglés Beven (1966) pudo observar cómo uno de ellos quedaba preso en el fango cuando se lanzó sobre un grupo de Andarríos chicos Actitis hypoleucos.
La defensa de la zona que ocupa para reproducirse es efectuada con gran firmeza. Sobre esto Witherby describe cómo en la Sierra de Gredos observó un Aguila real Aquila chrysaetos que fue expulsada del lugar en un mes de junio por un macho de Cernícalo extraordinariamente agresivo. Este se precipitó repetidas veces sobre la cabeza del Aguila, que llegó a acobardarse ante tanta osadía. Con frecuencia Cernícalos y alcotanes que coinciden en un mismo hábitat, juntan fuerzas y atacan a la vez a los ratoneros comunes Buteo buteo y águilas calzadas Hieraaetus pennatus, a cuyas dos especies el Cernícalo parece tener una gran animadversión.
En la zona donde anualmente observo los cernícalos, conviven Halcón común Falco peregrinus, Alcotán Falco subbuteo, Ratonero común, Halcón abejero Pernis apivorus, Aguila culebrera Circaetus gallicus, Gavilán Accipiter nisus y Aguilucho pálido Circus cyaneus, entre las aves de presa, y Cuervo Corvus corax y Corneja Corvus corone. Los nidos de estas especies están a no mayor distancia unos de otros de 1.000 m. en línea recta. Pues bien, los ataques de los cernícalos (2 parejas) sólo se dirigen hacia el Ratonero común. Dos hembras de Aguilucho pálido están presentes en la zona y sus nidos son sobrevolados por la pareja de cernícalos sin que haya observado el menor indicio de animosidad o estos pájaros se muestren agresivos unos con otros.
Los cernícalos son sexualmente maduros, y ya pueden reproducirse, en su primer año de vida. Los vuelos nupciales son menos espectaculares que los del resto de los halcones; sin embargo, observando atentamente los pájaros no puede subestimarse la representación efectuada por los machos, que vuelan continuamente en círculos sobre el posadero de la hembra calándose a intervalos en rápidos y cortos picados, a cada uno de los cuales sigue una ascensión.
Cuando la hembra vuela, la representación no se interrumpe y en pleno vuelo se vuelve de espaldas y presenta las garras al macho cuando éste se aproxima. Estos vuelos comienzan generalmente en el mes de abril, pero pueden variar las épocas en función del hábitat, puesto que las parejas establecidas en cortados de zonas altas, comienzan la reproducción con notable retraso respecto a las demás parejas de cernícalos. La realidad es que los vuelos nupciales u otros muy similares difíciles de separar, pueden ser observados durante todas las épocas del año en zonas donde la pareja es residente y no se aleja de su lugar de reproducción. En abril los cernícalos vuelan por su territorio, buscando el lugar adecuado para establecerse. Cuando anidan en un cortado rocoso no construyen nido, sino que efectúan la puesta en un pequeño hoyo de 15-20 cm. de diámetro en el suelo de un entrante, nunca en el interior de un agujero. Todos los nidos que he observado en el norte de la Península Ibérica estaban en roquedos o en cortados de montaña; sin embargo, en otras regiones pueden usar viejos nidos de otras especies situados en árboles e incluso en ruinas y edificios. En numerosos países extranjeros y en zonas de campo abierto, los cernícalos eligen con frecuencia para anidar: cajas nido colocadas sobre un poste a no excesiva altura del suelo.
La fidelidad que guardan los cernícalos a una determinada zona es verdaderamente extraordinaria. Probablemente de las mayores entre todas las aves de presa. La misma pareja, si sobrevive, puede habitar año tras año el mismo nicho en una pared rocosa, pero no necesariamente ocupar el mismo nido.
Araujo (1973) obtuvo copiosos datos de nidificación y puestas de cernícalos en una zona del Guadarrama y en la que las cornejas y urracas son las especies constructoras de la totalidad de los nidos que son usados por ellos. Las especies arbóreas que los sustentan son: Pino negral Pinus pinaster, Pino silvestre Pinus silvestris, Saúco Sambucus nigra, Majuelo Crataegus monogyna y Roble melojo Quercus pyrenaica.
Las primeras puestas son efectuadas después del 15 de abril. Fechas anteriores no son infrecuentes en numerosos lugares de la Iberia cálida, pero las normales caen en la segunda quincena de abril. En zonas de alta montaña la reproducción se retrasa considerablemente y Araujo registró la mayor parte de las puestas en el Guadarrama en los diez primeros días de junio. Más tardías no abundan, pero posiblemente algunas son reemplazo de otras perdidas o depredadas.
La puesta oscila entre dos y seis huevos, siendo lo normal cuatro-cinco huevos de color marrón rojizo, descubriendo a intervalos un fondo blanco, rosado o amarillento. Algunos son totalmente marrón rojizo y otros, muy raros, blancos sin marca alguna. Son puestos con intervalos de dos a tres días y algunas veces hasta cuatro. Brown y Amadon dan medidas para 300 huevos que arrojan un promedio de 39,2 por 31,3 mm. Jourdain, para 100 huevos obtenirlos en Gran Bretaña, halló un promedio de 39,7 x 31,7 mm. Araujo en España para 37 huevos obtuvo un promedio de 40,7 x 30,5 mm.
La incubación efectuada por ambos adultos puede ya empezar con la puesta del primer huevo, pero normalmente no se inicia hasta el segundo o tercero. Parece que la hembra realiza el mayor trabajo, pero el macho también se ocupa en gran medida de incubar. Existen variadas opiniones al respecto. Sin embargo, como en otras aves de presa, el macho es el que aporta la mayoría de las presas para la alimentación de la hembra mientras está en el nido. Cada vez que aquél llega a las proximidades del nido, la hembra sale de él y recoge la comida. Es entonces cuando se puede ver al macho sentarse sobre el nido. No obstante, muchas veces he visto a hembras que estaban incubando, abandonar el nido para cazar independientemente e incluso a veces hacerlo en compañía del macho. La eclosión de los huevos se produce después de 28 días de incubación, aunque existen ligeras variaciones dependientes de la iniciación de la incubación, variable como se ha visto y a veces difícil de determinar por la costumbre que tiene la hembra del Cernícalo de sentarse en el nido, aun varios días antes de comenzar la puesta. Normalmente los pollos nacen simultáneamente, de lo que se podría deducir que el comienzo de la incubación no sucede hasta la puesta del último huevo. Sin embargo, hay muchos nidos en los que también se puede comprobar una notable diferencia en el tamaño de los pollos.
Su primer plumón es blanco, corto y fino; el segundo, más largo y grueso, rosado o pardo pálido y grisáceo por encima. A los 10 días ya apuntan las plumas, que comienzan a salir a los 12 días francamente y a los veinte ya están casi cubiertos aunque conservan el plumón en varias partes del cuerpo. En esta edad son extraordinariamente agresivos, probablemente más que los pollos de Aguilucho pálido, dándonos aletazos y tratando en golpes rápidos de alcanzarnos con sus garras, apoyando para ello la espalda contra la roca cuando se intentan coger. A veces lo hacen con tanto ardor, que, si no tienen detrás dónde apoyarse, con frecuencia dan una vuelta completa en el aire. A los 22 días ya comen solos las presas que los adultos les aportan, en especial el macho, que en los primeros meses del verano caza continuamente. Al mes de su nacimiento, efectúan su primer vuelo, que suele terminar de mala manera, quedando enganchados con las alas en las ramas de arbustos y árboles próximos. Cuando comienzan a volar con soltura, vuelven al nido para dormir y para pedir alimento a los padres. Antes de volar están muy gruesos y su aspecto es torpe, no pareciendo entonces los ágiles pájaros que serán pocos días después, en que su peso disminuye hasta quedar aproximadamente en los 200 gramos. Los primeros días, mientras conservan el plumón, la hembra a no se separa de ellos y los cubre con frecuencia. Cualquier anomalía cerca del nido, como nuestra presencia, inhibe a la hembra, que chilla alarmada desde cualquier lugar próximo. El macho es entonces el más atrevido y entra en el nido a cebar directamente.
Todos los nidos observados por mí tuvieron gran éxito en la reproducción y los jóvenes nacidos volaron sin novedad.
Sin embargo, en el conjunto de la nidificación de esta especie se estima que cada pareja obtiene como promedio no más de 2,5 pollos por nido y año. Después de dejar el nido, los cernícalos se agrupan y cazan insectos todos juntos. Coincide esta época con el verano, en que se recogen numerosas cosechas y los insectos voladores son muy abundantes.
Como es un ave de pequeño tamaño y de vuelo no excesivamente rápido, se ofrece como presa fácil a otras aves de presa más fuertes y rápidas, en cuyos nidos se encuentran con frecuencia restos de cernícalos, en especial en zonas donde éstos abundan.
Hoy es una de las especies más amenazadas, y de hecho ha disminuido en forma alarmante en toda la Península Ibérica. Primero fueron los cazadores desaprensivos que siempre dieron buena cuenta de ellos. Su costumbre de cernirse inmóviles sobre el campo los hace ser un buen blanco de aquéllos, que se divertían abatiéndolos. Extensas zonas del norte de Iberia están hoy totalmente despobladas de esta especie. Pero en los últimos años una nueva y parece ser que mayor amenaza se cierne sobre estos útiles pájaros. El creciente y masivo uso de insecticidas está afectando a la población ibérica en tal medida que produciría sorpresa leer las cifras que ahora se dan sobre lugares abandonados, que tradicionalmente eran ocupados por una o dos parejas. Garzón (1973) calcula que la disminución conjunta de las dos especies ibéricas de cernícalos puede alcanzar el 80 % en sólo 10 años (1963-1973). Por su especial biología y concentración es aún más espectacular la disminución de la especie Falco naumanni. Pero el Cernícalo vulgar que ocupaba antes prácticamente cada cortado de montaña, cada acantilado, o arboleda, es ahora un pájaro que se puede considerar como muy diseminado por la geografía peninsular.
El Cernícalo vulgar tiene una amplia distribución en Europa, siendo una de las aves de presa más comunes, y está, por lo tanto, entre las más numerosas. En Holanda se estima que existía una población de 2.000 a 4.000 parejas reproductoras (Rooth y Bruijns 1964), probablemente hoy muy mermada. También abunda en Escandinavia. Así, en Finlandia puede haber ahora algo menos de las 3.000 parejas. En Francia, Terrasse en 1965 estimaba más de 4.000 parejas reproductoras, pero estos pájaros sufrieron allí por las causas generales ya estudiadas una considerable reducción, hasta el punto de temer por su supervivencia. En Gran Bretaña (D. W. Snow, 1971) considera a la especie aún bastante numerosa, después de una disminución bien acusada, y calcula que la especie ha comenzado a aumentar y a anidar en áreas urbanas.
En la Península Ibérica tiene una amplia distribución, no faltando en ninguna región, pero siendo más abundante en la meseta castellana, donde además de reproducirse en cortados rocosos, utiliza también, corno hemos visto, nidos abandonados de otras aves en diversas especies arbóreas. Sin embargo, ahora que se ha prohibido y limitado el uso de algunos peligrosos pesticidas, probablemente en el Centro y Sur, donde estaba más amenazada, iniciará la recuperación.
Los cernicalos que se reproducen en Iberia parecen ser en gran parte sedentarios, en especial los que habitan localidades favorables por el clima que les proporciona abundante alimento todo el año A ellos se unen buen número de otros que proceden del resto de Europa y que invernan por los campos españoles.
Aunque no es una especie que canalice sus migraciones por los estrechos (Bernis 1973), en el censo efectuado en el verano-otoño de 1972, se censaron en paso por el Estrecho de Gibraltar no menos de 1.186 cernícalos migrantes. Esto da la pista de una importante cifra que pasa a Africa a invernar y que, probablemente, está nutrida fundamentalmente por cernícalos de Centro-Europa, aunque no faltará entre ellos buen número de ibéricos. Así, uno anillado como pollo en un nido en Segovia fue recogido tres meses más tarde en un buque en alta mar frente a la costa de Mauritania (Africa Occidental) a 2.600 km. al Sudoeste. En toda Europa se han realizado anillamientos de este pájaro y consecuentemente ha habido un buen número de recuperaciones, en especial en los países situados más al Sudoeste. En Iberia no faltan éstas de diverso origen. Francia es un extenso campo de invernada de cernícalos británicos y alemanes. Tampoco faltan los de origen escandinavo e incluso de Europa oriental. En Guipúzcoa se acusa mucho el paso en el mes de octubre y se ha realizado más de una captura de cernícalos anillados en Holanda. Pero la masacre que todos los años se producía en el sudoeste francés, en especial en terrenos de Las Landas, era para impresionar. Muchos caían abatidos a tiros cuando se cernían sobre los pinos o las arenas y otros capturados en las incontables redes pajareras instaladas a todo lo largo de las dunas y campos, cuando acudían a la captura de los pájaros enjaulados o a los cimbeles. La matanza de aves de presa que, como el Cernícalo, no causan el menor perjuicio al hombre, sino todo lo contrario, es un verdadero contrasentido que pone en evidencia y en duda si el hombre se comporta frente a la Naturaleza con la misma inteligencia que lo hace para mejorar su nivel de vida.
Moreau (1972) estima difícil dar con exactitud cuál es la zona de invernada de los cernícalos, que procedentes del Centro de Europa, llegan al oeste africano. Las recuperaciones de anillados centro europeos en Ghana, Nigeria y Liberia, confirman que parte de esta población puede cruzar el Sahara. En Senegal llegan tarde, siendo comunes solamente a partir de diciembre, frecuentando los campos de arroz, donde capturan saltamontes y pequeños roedores. Bernis estima que la mayoría de los cernícalos transaharianos proceden del nordeste europeo y Siberia, lo que es un notable viaje para esta especie, no tanto como lo que puede representar la captura en América de por lo menos tres cernícalos vulgares que atravesaron el Océano, aunque no debe descartarse la posibilidad de que ayudados en algún buque.
A partir de septiembre comienzan a llegar a la Península Ibérica los cernícalos de muchos países europeos, proporcionando numerosas recuperaciones de anillados, muchas de ellas en el Levante español. Las recuperaciones en Portugal proceden de países de muy al norte (Suecia, Finlandia) y de Holanda. Octubre, noviembre, diciembre y enero son los meses en que se han registrado la mayoría de las recuperaciones, lo que puede probar en buena medida el carácter de la Península como lugar de invernada de muchos cernícalos europeos.
Sobre la expectativa de vida de la especie puede ser un índice de sus posibilidades la recuperación en noviembre de 1972 de un Cernícalo en la provincia de Sevilla, que había sido anillado como pollo en el nido en otro lugar de la misma provincia, casi siete años y medio antes.