Caza extrema de jabalíes en los bosques gallegos: 100 kilos y unos afilados colmillos
Vamos de caza y abatimos un jabalí de más de 100 kilos con unas peligrosas navajas gracias al gran trabajo de los perros de una cuadrilla de cazadores de jabalíes de Orense. Un emocionante lance que podrás vivir en primera persona gracias a la cámara GoPro de uno de los rehaleros.
La caza del jabalí con perros es una modalidad de caza apta unicamente para valientes cazadores capaces de poner en peligro su vida para salvaguardar la de sus perros si la situación lo requiere. Hablamos con Felipe, un perrero de Orense que cada jornada de caza se enfrenta junto a su recova de perros de la raza podenco a los colosos que habitan entre el tojo de los montes gallegos.
Caza de jabalíes con podencos en Galicia
Felipe es uno de integrantes de un grupo de cazadores de jabalíes de Orense. El cazador participa en las batidas que organiza cada domingo la cuadrilla de jabalineros junto a su equipo de perros de la raza podenco andaluz y fruto del cruce de esta con perros de rastro. El perrero a principios de noviembre vivió un emocionante lance que ha querido compartir con todos nosotros. En la grabación realizado por el cazador podemos apreciar la bravura y la maestría con la que trabajan en lo más intrincado del monte sus podencos.
Un enorme jabalí planta cara a los perros
Una vez detectado un macho de más de 100 kilos en el encame los perros necesitaron más de siete minutos para hacerlo salir de su ocultación y ponerlo a tiro de la escopeta semiautomática Winchester SXP Defender del cazador. En el transcurso de este tiempo se sucedieron las carreras en la espesura pero el macho se resistía a salir. Plantaba cara a los podencos poniendo en peligro su integridad con sus cortas pero afiladas navajas. La boca del cochino no era merecedora de su tamaño, hasta el punto que Felipe pensó en un primer instante que se trataba de una cochina.
Durante la batalla entre canes y el suido el macho abandonó durante unos segundos la vegetación para embestir a uno de los perros. Felipe aprovechó la oportunidad y de dos disparos hirió de muerte al cochino. En estos lances, según el orensano, hay que abatir el jabalí, si se trata de un macho, con presteza para evitar un peligro innecesario para los cánidos. Un lance de infarto de esos que erizan la piel de cualquiera de los apasionados de la caza al cochino con perros.
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Javier Fernández
