Dos jabalíes medallables cazados el mismo fin de semana
Un cazador septuagenario abate dos jabalíes cuyos trofeos eran merecedores de medalla en un fin de semana que difícilmente podrá olvidar. El jabalinero ha compartido con Club de Caza su inolvidable experiencia.
Una vez medidos los colmillos y amoladeras de ambos ejemplares la puntuación obtenida por los cochinos fue de 112 puntos y 100. Estas cifras permiten a los jabalíes alcanzar las puntuaciones mínimas para ser acreedores de una medalla de oro y una de bronce.
Caza de grandes jabalíes al rececho
Rafael Dueñas, un veterano cazador cordobés, se desplazó a principios de junio junto a un grupo de cazadores andaluces, Manuel y Nacho Noguera y Moisés, más de 4000 kilómetros para enfrentarse con los enormes jabalíes turcos. El experimentado jabalinero había cazado cochinos en diferentes países europeos y Sudamérica pero nunca había visitado el país otomano. La experiencia ha cubierto con creces sus expectativas porque en dos apasionantes lances logró abatir dos jabalíes medallables en su corta estancia en Turquía. Todo ello ha sido posible a la gestión realizada por la empresa cinegética Kalifer 7 Safari en sus miles de hectáreas abiertas que tiene arrendadas única y exclusivamente para la caza.
Un jabalí de 180 kilos con unas navajas de 112 puntos
En la primera noche de caza el cazador detectó la presencia de un impresionante macho en un claro del bosque. Rafael acompañado del guía, amparados en la oscuridad de la noche, trataron de aproximarse al cochino. Ante la escasa vegetación de la zona decidieron dar un rodeo de más de un kilómetro para intentar poner al imponente ejemplar a tiro del rifle de la marca Remington del calibre 300. Un denso bosque de pinos les permitió no ser detectados por el macareno. La experiencia del recechista y los conocimientos del terreno del guía hicieron posible situarse al cazador a 100 metros del gran jabalí. A Rafael, un cazador curtido en mil batallas, no le tembló el pulso pese al tamaño del trofeo del solitario. Apoyó el arma en una de las ramas de los pinos para lograr su objetivo de derribar al solitario de un único disparo. La bala impactó en el codillo de la mole de modo que no fue capaz de desplazarse un centímetro del lugar del lance.
Un jabalí medalla de bronce de más de 120 kilos de peso
El ejemplar que puso el colofón a este inolvidable fin de semana de caza fue un macho de largas y afiladas navajas. Al igual que el jabalí medalla de oro también fue abatido al rececho en una noche de luna. El animal fue en esta ocasión visto por el guía a gran distancia. Su enorme silueta estaba iluminada por la luz del satélite en una pradera. El acercamiento al astuto animal no estuvo exento de dificultades. El solitario al percatarse de la presencia de los cazadores se dirigió hacia una mancha de monte cercana al lugar donde fue visto. A pesar de este hecho Rafael y el guía lograron en una veloz carrera disparar al cochino antes de que consiguiera ocultarse en la maleza. La falta de aliento y las elevadas pulsaciones del cazador no le impidieron derrumbar al magnífico ejemplar de un certero disparo.