Una pareja de rehaleros se juega la vida por salvar la de tres de sus perros
Murcia

Una pareja de rehaleros se juega la vida por salvar la de tres de sus perros

Tres podencos campaneros se precipitaron en el interior de una sima de más de cinco metros de profundidad mientras perseguían un jabalí. Gracias a la perseverancia y la valentía de sus propietarios, los canes pudieron ser rescatados sin sufrir daño alguno.


Imágenes como estas desmontan las mentiras de los colectivos anticaza y demuestran el amor que profesan los rehaleros por sus perros de caza. El colectivo rehalero es uno de los más atacados dentro del mundo de la caza por parte de los colectivos animalistas.

A los perreros se les acusa injustificadamente de no cuidar adecuadamente a sus compañeros de caza y de considerarlos como una mera herramienta para lograr sus fines.

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Florentino y Andrea, los rehaleros que han rescatado con éxito a sus perros caídos y atrapados en una profunda cavidad.

En la caza nunca se deja a un compañero atrás

En el desarrollo de una batida de jabalíes en la Región de Murcia la tierra se tragó literalmente tres de los perros de la Rehala Finca Soriana con sede en el municipio de Totana, localidad murciana ubicada en la comarca del Bajo Guadalentín. Florentino Fernández y Andrea Sánchez, ambos propietarios de la rehala creada en el año 2006, estuvieron más de 24 horas buscando a los tres podencos en la zona de la mancha en la que los vieron por última vez.

Los aullidos de Blancanieves, hembra de siete años, Lola, de 6, y Pantera, un macho de 4, les permitieron localizar a los perros en el interior de una cavidad cuyas escarpadas paredes les impedían salir por sus propios medios.

Los tres perros habían caído en una cavidad de más de cinco metros de profundidad

La experiencia de los perreros y sus conocimientos de la orografía de la finca les hizo ir provistos de cuerdas y arneses. Este hecho agilizó el rescate de los canes. Florentino se descolgó por las paredes de la sima mientras Andrea sujetaba la cuerda. Ambos iban acompañados de su hija de corta edad, una futura relahera.

La niña permaneció en todo momento alejada de la grieta para evitar cualquier peligro. Uno tras otro, la perrera fue izando los perros hasta la superficie. Una vez rescatados los tres podencos, ayudó a su pareja a salir del hueco. Los tres perros fueron atendidos en un centro veterinario para comprobar su estado físico. Todos ellos se encontraban en unas condiciones de salud óptimas.

Dado el peligro que entraña el lugar en el que se precipitaron los campaneros, los rehaleros han dejado en el sitio del rescate las cuerdas que les permitieron el acceso al fondo de la cavidad por si algún excursionista o ciclista cae en ella.

Colaboración de Eusebio Ezquerra, administrador del grupo de Facebook Solo Jabalí.

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