Un cazador salva a su perro del ataque de una víbora
Extrmadura

Un cazador salva a su perro del ataque de una víbora

El cazador acudió a echar de comer a sus perros cuando se dio cuenta de los graves síntomas que el perro presentaba, sobre todo con la cabeza muy hinchada.


Después de una primavera de lluvias, el campo permanece por el momento con suficiente pasto que sirve de refugio a cantidad de animales. Garrapatas y culebras son ahora mismo los principales enemigos de los perros, tanto de caza como los que no se utilizan para la actividad. En cualquier momento, teniendo en cuenta que el pasto aún está alto durante meses como mayo y junio, las víboras permanecen escondidas por lo que pueden sorprenderte fácilmente sin ser vistas y atacar a tu perro. Esto fue lo que se encontró un cazador al ir a ver a su perro. No te pierdas las imágenes.

Así encontrarás a tu perro si le ataca una víbora

El cazador extremeño como cualquier tarde, entró a ver a sus perros, ambos de raza jack terrier. Estos permanecen en una nave con un patio donde hay pasto, pero a la hora de dormir, los guarda en las perreras que hay en su interior.

Esa misma tarde, una vez allí, sacó a los perros un rato para que pudiesen disfrutar del campo y correr tranquilamente, algo que hace día tras día y que parecía ser una tarde normal.

El día siguiente, cuando acudió de nuevo para hacer lo mismo, se encontró al perro en condiciones demasiado extrañas y con unos rasgos físicos impropios. El macho de jack terrier tenía la cabeza hinchada por completo como si algún insecto le hubiese picado o algo le hubiese dado alergia.

Ante la intranquilidad que esto le produjo, a pesar de que todavía hay quien asegura que los cazadores no cuidan de sus perros, este cogió el coche por la noche para acudir al veterinario más cercano y averiguar qué le había pasado al animal.

 

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El jagd terrier presentaba una notable inflamación en hocico y cabeza.

 

La consulta veterinaria revela lo que le sucedió al animal

Una vez allí y tras poner diferente mediación al can, la veterinaria cuestionó al cazador si en la zona donde estaba el animal, era habitual encontrar víboras. El cazador ante esta pregunta respondió que sí, aunque no acostumbraba a verlas.

La profesional de la clínica de urgencias aseguró al cazador que las lesiones que el animal presentaba procedían de la mordedura de una víbora y que, de no haber reaccionado con tal rapidez, el perro hubiese fallecido.

Posteriormente, el cazador acudió junto a su perro en diferentes ocasiones a la clínica para hacer un seguimiento del estado del animal que había estado recibiendo cuidados médicos.

Esto es un claro ejemplo de la importancia que tiene vigilar este tipo de situaciones y del cuidado que hay que tener ahora mismo en el campo con estos reptiles, pero, sin embargo, lo que es evidente es que los cazadores, se preocupan las 24 horas del día por sus animales cuidando que nada malo les pase.

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