Dos jóvenes cazadores liberan una cierva enganchada a una alambrada
Huelva

Dos jóvenes cazadores liberan una cierva enganchada a una alambrada

El animal había quedado atrapado por la cabeza en un vallado el pasado jueves por la noche. La intervención de los jóvenes cazadores salvó la vida de la cierva.


José Antonio y David demuestran con su acción que los cazadores son los principales defensores de los animales cuando estos más lo necesitan. Los cazadores onubenses rescataron a la cierva mientras proporcionaban alimento a los animales que pueblan el coto que gestionan.

Los cazadores, los mayores defensores de la naturaleza

José Antonio Bogado y David son dos monteros de la provincia de Huelva. El jueves por la tarde nada más finalizar su jornada laboral se dirigieron al acotado que gestionan en la localidad de Alosno, municipio de la provincia de Huelva situado en la comarca del Andévalo, con la intención de proporcionar agua y grano a la fauna silvestre y realizar labores preventivas contra el furtivismo.

Una vez revisados los comederos y bebederos distribuidos estratégicamente por la finca, onubense recorrieron con su vehículo los caminos del interior del acotado.

Así rescataron los cazadores a la cierva que encontraron atrapada a una alambrada

Gracias a un monocular térmico pudieron observar como tres ciervas se comportaban de una manera atípica. Los tres ungulados no se movían del mismo lugar. El hecho de estar situadas junto a la valla que delimita el coto les hizo pensar que alguno de los ejemplares había sido presa de un lazo de acero colocado por los furtivos. José Antonio y David se dirigieron al lugar en el que se encontraban las hembras.

Cuando se encontraban a escasa distancia de la alambrada, pudieron oír un animal golpeando repetidamente con su cuerpo los alambres. Una cierva había quedado atrapada por el cuello a la valla. Había que actuar rápido, la vida del ungulado corría peligro.

José Antonio se abalanzó sobre la cierva mientras que David intentaba liberarle la cabeza. Transcurridos unos interminables minutos lograron sacar su cabeza de la valla. Se trataba de un joven ejemplar acompañado de dos ciervas adultas.

David pudo ver con su monocular térmico cómo los dos ejemplares adultos esperaban a la joven cierva a menos de 100 metros de los alambres. José Antonio liberó al ungulado que sujetaba con sus brazos en el coto vecino para que regresara junto a sus congéneres.

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