Italia

Una nueva enfermedad para el corzo: encefalitis transmitida por garrapatas

Se trata de una zoonosis viral aguda del sistema nervioso central que se transmite principalmente mediante las picaduras de garrapatas ya infectadas.


  enfermedad corzos garrapatas
enfermedad corzos garrapatas

Un grupo de investigadores italianos ha diagnosticado por primera vez un caso de encefalitis que ha sido transmitido por garrapatas (TBE, Tick Borne Encephalitis) en un corzo, concretamente en la provincia de Belluno en Italia, una zona donde además la enfermedad es endémica. Los profesionales destacan que por el momento no se han notificado casos clínicos del virus en cérvidos. Te contamos los detalles.

Zona vigilada

En este caso, además del interés por el diagnóstico de la enfermedad, a los profesionales les llama la atención por la importancia de la vigilancia epidemiológica de la zoonosis en un entorno de constante cambio.

Esta enfermedad consiste en una zoonosis viral aguda del sistema nervioso central que se transmite principalmente mediante las picaduras de garrapatas ya infectadas. En el caso de Europa los principales vectores de la enfermedad son las garrapatas Ixodes ricinus.

Los investigadores aclaran que hasta ahora hay cinco subtipos virales, clasificados filogenéticamente y que se caracterizan también por su diferente distribución geográfica, así como la severidad de la patología inducida en los humanos.

Factores de transmisión

El ciclo de la TBE depende de diferentes factores interrelacionados como el clima, territorio, densidad de garrapatas y animales huéspedes en los que se llegan a alimentar.

Por tanto, los animales competentes para transmitir el virus de las garrapatas, como pequeños roedores y otras especies como ungulados salvajes tienen un importante papel en la TBE.

Los ungulados salvajes, aunque no cuentan con una competencia para transmitir el virus tienen un papel importante al garantizar la supervivencia y abundancia de las poblaciones de garrapatas.

Es por eso que los diferentes brotes de TBE presentan una distribución irregular que crece de escasos metros cuadrados a kilómetros cuadrados.

Desde Diario Veterinario se explica que, aunque tal hallazgo no debe interpretarse como una alerta “destaca la importancia de la vigilancia de la salud animal y su ubicación en el contexto ecológico, ya que señala por primera vez la posibilidad de un impacto clínico de la infección en rumiantes salvajes”.

Presencia en corzos

En la misma línea de trabajo, pero en un estudio diferente, se ha determinado que existe prevalencia de varios patógenos transmitidos por vectores en corzos en Países Bajos.

En este caso los autores del nuevo estudio señalan los diferentes datos de prevalencia en corzos:

A. phagocytophilum 77,9 %, Bartonella spp. 77,7 %, Babesia spp. 17,4 %, Rickettsia spp. 3,3 %, B. burgdorferi sensu lato 0,2 %. Además, se hallaron varias coinfecciones, de las cuales A. phagocytophilum y Bartonella spp. (49,7 % de los corzos infectados) y A. phagocytophilum, Bartonella spp. y Babesia spp. (12,2 % de los corzos infectados)” siendo estos los más frecuentes según señala el estudio.

En base a esto, los autores señalan que hay una alta prevalencia de A. phagocytophilum, Bartonella spp.y Babesia sppque hace más que evidente el papel del corzo como reservorio de estos patógenos.

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