Caza de becada con setter inglés: dos lances grabados en vídeo

Una de las becadas quedó enganchada en las ramas de unos laureles, arbusto o árbol perenne perteneciente a la familia de las lauráceas originario de la zona Mediterránea. Por esto, casi no consigue arrancar a volar. El becadero espera que logre zafarse de la vegetación para afrontar el lance y la abate de un certero disparo cuando sobrevuela un prado. Bora de Quercussetter culmina el gran trabajo de sus perras de la raza setter inglés con la recuperación del ave.

La apasionante caza de la becada con setter inglés

Las imágenes han sido grabadas durante una jornada becadera en el Coto El Sor en O Vicedo, municipio situado en la comarca de La Mariña Occidental, en la provincia de Lugo, ayer por la tarde.

Las protagonistas de estas imágenes, a parte de las becadas, son Eyra, Assia y Bora de Quercussetter propiedad de Juan Carlos Basanta, un cazador gallego que cada jornada que sale al campo con sus canes nos permite disfrutar de la apasionante caza de la becada en los bosques del norte peninsular.

Los setter muestran ante la becada.

Junto a las dos arceas que tras un espectacular trabajo de las perras logró abatir Juan Carlos localizaron dos sordas más. Ninguna de las dos aves pudo ser derribadas por el becadero, ya que se ocultaron entre la espesura una vez alzaron el vuelo.

En esta ocasión el cazador no consiguió cazar los tres ejemplares que marca como cupo la orden de vedas de la Xunta de Galicia, pero eso realmente que importa. Juan Carlos disfruta de la naturaleza y de la impresionante manera de desenvolverse sus perras en el campo cada vez que va de caza y no de la cuantía de la percha.

Muestra del setter inglés asistida por el patrón de los otros dos perros de muestra.

No te lo pierdas: caza de becadas en el norte

Una inolvidable jornada de caza de becadas: completa el cupo y guarda el arma para que las perras continúen disfrutando

Una vez abatida las tres piezas que establece como cupo la orden de vedas de la comunidad gallega, el cazador enfundó su arma y disfrutó de una jornada de ‘perreo’, en la que sus dos impresionantes perras de caza mostraron una becada más.

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Una becada enganchada a la mata y que casi no consigue arrancar a volar

Los perros le siguen el rastro. Cuando el cazador localiza los excrementos recientes de la becada, sabe con certeza que el ave acaba de estar allí. Es cuestión de tiempo y esfuerzo que los perros la localicen.

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