Cazamos grandes jabalíes en el norte con grifón azul de Gascuña
Acompañamos al cazador navarro Sergio Arza, propietario del afijo Salbonekoa y a su espectacular cuadrilla de perros, en sus batallas contra jabalíes en el corazón de los bosques de Navarra.
Hace más de una década, el perrero comenzó un idilio con esta raza de perros originaria de la región francesa de Gascuña. Se enamoró de las cualidades de la raza el día que asistió a una cacería con sus amigos Manuel Garci y Javier Arizcuren. Desde ese día únicamente caza acompañado con perros de esta versátil raza, con grandes cualidades para la caza menor y mayor
Sergio Arza junto a sus perros de rastro tras una batida de jabalíes.
Apasionado de la caza de jabalíes con perros de rastro
Sergio Arza es un perrero navarro de 46 años. El cazador es propietario de una jauría de perros hace más de tres décadas. Se inició en la caza de la mano de su padre, José Luis, en la modalidad de caza de zorros con perros de rastro.
En los años 90 abatió su primer cochino, se trataba de una jabalina de 40 kilos, mientras cazaba con su padre. Desde ese día quedó prendado de la caza de la especie de tal manera que se hizo con un equipo de perros especializados en su caza. Los primeros canes que formaron parte de la cuadrilla eran perros de rastro, fruto del cruce de diferentes razas.
Espectaculares colmillos de los jabalíes cazados por estos perros de rastro.
A estos le sucedieron sabuesos españoles hasta que hace doce años Manuel y Javier le regalaron perros de la raza grifón azul de Gascuña. A partir de estos ejemplares y de adquisiciones de los mejores criadores, ha creado una línea propia.
Grifón azul de Gascuña
Los perros del afijo Salbonekoa se caracterizan por su tenacidad, una gran pasión por la caza, por su valentía a la hora del desencame del jabalí. Presentan un carácter muy equilibrado y una enorme capacidad de trabajo en equipo.
Esta era Lira, del afijo de Garci de la Boriza, una perra valiente y de gran tesón en el trabajo tras los jabalíes. A la derecha, Jolie de Garci de la Boriza, una de las preferidas por el cazador.
En el transcurso de esta temporada ha logrado cazar gracias al gran trabajo de sus perros un impresionante jabalí de 120 kilos y una notable boca. A los 18 años cazó un cochino del mismo peso en una mancha de roble de un certero disparo de su escopeta semiautomática de la marca Browning. Su trofeo preside el salón de su casa. Ambos ejemplares son las mayores capturas de su vida.
Al preguntarle durante la entrevista realizada por Club de Caza por los perros que han marcado su trayectoria cinegética, le cuesta contener la emoción al hablar de Lira de Garci de la Boriza. La excepcional perra falleció este año debido a una enfermedad. Su tesón junto a su gran capacidad de trabajo y su valentía la convertían en una perra de caza inigualable. Otra de las perras que ocupan un lugar en el corazón del cazador es Jolie de Garci de la Boriza. La hembra hace un año que está jubilada y permanecerá junto al perrero hasta el fin de sus días.
El padre de Sergio le acompaña junto a sus grifones tras los jabalíes navarros.
La caza del jabalí con perro de rastro
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