Crónicas de caza

Caza un jabalí de 170 kilos con sus dogos argentinos

Un largo y duro rastreo con sus dogos argentinos precedió a una peligrosa lucha con un jabalí de 170 kilos. No te pierdas cómo consiguieron dar caza a este impresionante ejemplar.



Estos cazadores argentinos son capaces de enfrentarse en ocasiones con animales que superan con creces los 200 kilos. Y lo hacen únicamente con el auxilio de sus perros de la raza dogo argentino o el cruce de estos con galgos. Esta es la caza extrema de grandes cochinos a cuchillo en la Pampa Argentina.

En esta ocasión, la pieza abatida después de dos días siguiendo su pista en unas condiciones climatológicas de intensa lluvia es un ejemplar de más de 170 kilos. En abril en la misma finca abatieron otro imponente animal de 230.


Destrozos ocasionados por los cochinos en la zona, junto con las huellas del jabalí.

Caza de jabalíes gigantes con dogo argentino

El viernes por la mañana, estos cuatro amigos argentinos, Mauricio, Marcelo, Timo y Pablo, recorrieron, junto a sus perros, los 250 kilómetros que les separan de su ciudad de origen de la finca de un amigo ubicada en la provincia de San Luis, dispuestos a disfrutar de un apasionante fin de semana de caza.

Su objetivo era abatir un enorme jabalí al igual que habían logrado ver en anteriores ocasiones.


Los perros de caza, dispuestos para el trabajo. A la derecha, impresionante el tamaño del jabalí comparado con el cazador o su perro.

Dos días tras las huellas de un gran jabalí

El sábado por la mañana iniciaron la jornada de caza bien temprano. El día se presentó lluvioso y con fuertes rachas de viento. En un primer momento examinaron el terreno para buscar el rastro de algún gran ejemplar. Una vez detectadas unas impresionantes huellas soltaron los perros e iniciaron la búsqueda del jabalí.

Durante más de 90 minutos los canes de las razas dogo argentino y cruce de estos con galgos siguieron el rastro del cochino. Un impresionante aguacero les hizo detener la cacería y regresar empapados al vehículo.


Cazadores orgullosos por su gesta contra el enorme cochino.

La climatología no les permitió hasta bien entrada la tarde, a las 19horas, retomar la jornada en el lugar donde habían visto por última vez las huellas del jabalí. La intensa lluvia había borrado toda huella y los perros no eran capaces de volver a coger su rastro. Los cazadores justo antes de que anocheciera decidieron rodear una extensa mancha de monte en la que pensaban que el cochino se había guarecido de la lluvia para comprobar si aún se encontraba en su interior. Efectivamente no había rastros que delataran que había salido de ella por lo que decidieron iniciar en esa zona la cacería la mañana siguiente.


Si es necesario, el cazador carga con el cuerpo del jabalí abatido.

Siguieron más de tres horas el rastro del jabalí

Nada más amanecer buscaron las huellas del jabalí. Las encontraron a dos kilómetros de distancia en la cara opuesta de la mancha de vegetación en la que habían perdido su rastro el sábado por la mañana. Los perros rápidamente detectaron las emanaciones que había dejado el cochino. Siguieron su rastro durante más de 3 horas hasta el momento que lo detectaron en su lugar de encame. Desde ese instante todo sucedió muy rápido. Los valientes dogos argentinos se enfrentaron a la bestia entre la vegetación.

Los cazadores corrieron hacia el lugar para rematar al imponente jabalí a cuchillo. Marcelo no lo dudó un instante y se abalanzó sobre el cochino, de más de 170 kilos, para salvaguardar la vida de los perros. Clavó su cuchillo en el codillo del animal para poner fin a un apasionante lance que difícilmente podrán olvidar.


Impresionantes colmillos los del jabalí cazado.

Volver al coche, un duro trabajo

Una vez abatido el gran jabalí, arrastraron su cuerpo durante más de 5 kilómetros hasta el lugar en el que se encontraba el vehículo para así aprovechar su carne.

Aunque resulte difícil de creer, no se trata del mayor ejemplar abatido por el cazador argentino Mauricio Szostak a lo largo de su trayectoria venatoria. Ha capturado varios ejemplares a la espera o auxiliado por sus perros que han superado los 300 kilos de peso.

No te lo pierdas: gigantescos jabalíes argentinos

Un dogo argentino se niega a soltar el jabalí que acaba de apresar

La fuerza de sus mandíbulas, con una presión de mordida de 500 PSI, impide que su propietario consiga que abandone la pieza abatida. El cazador llega a levantar al can del suelo junto al jabalí pero este permanece aferrado con su boca a la jeta del cochino.

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Caza de jabalíes gigantes con dogo argentino

Estos cazadores argentinos son capaces de enfrentarse con animales que superan con creces los 200 kilos . Y lo hacen únicamente con el auxilio de sus perros.

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