Mientras los becaderos buscan por el norte, un perdicero caza becadas en la costa de Málaga

La captura de los dos ejemplares de becada por parte del cazador Jorge Escalante Pérez del Bosque ha causado sensaciones. Él según afirma fue el primero en no dar crédito a lo que había sucedido, sin embargo, los cazadores del norte son los primeros en fascinar ya que mientras ellos los buscan en su zona, donde debe haber más, las capturan en otras que no suelen verse. Te contamos los detalles.

Buscando perdices

Club de Caza ha podido hablar con el cazador que ha tenido la suerte de abatir las dos becadas. Jorge Escalante, afortunado de los dos lances nos ha contado la historia de cómo ha sucedido todo.

Las capturas han tenido lugar hace unos días cuando se abrió la veda en Andalucía. Junto a otros cazadores pusieron rumbo en busca de las perdices a partir de las nueve de la mañana en un gran coto de en torno a 700 hectáreas y muy seco por el tiempo que suele hacer en Málaga.

Se trata de un coto con vegetación de acebuche, grandes encinas, poco matorral, retama, esparragueras, además el cazador se queja de la dificultad del terreno al estar tan seco y es que desde verano hasta ahora tan solo 10 litros de agua han caído por allí.

Cazando de recogida

Jorge Escalante explica que al no dar con las perdices volvían de camino a la casa de un compañero cuando los dos bretones que llevaban se quedaron parados.

Uno de ellos era ya un veterano acompañado de una pequeña cachorra de tres meses.

A la más joven le dio el olor y se metió en una retama cuando se levantó una becada. El cazador pudo hacerse con ella en el segundo disparo. Afirma que fascinado comenzó a gritar “¡Es una chocha, es una chocha!”. Explica que no esta acostumbrado a tirar esta especie y que es la primera que abatía.

Estas son las dos becadas abatidas por el cazador malagueño. A la derecha, Jorge nos muestra orgulloso una de las becadas abatidas durante la jornada.

Segundo lance

De camino a la casa siguieron en busca de las perdices cuando vio algo moverse entre retamas. Se extraño ya que conejos en el coto no hay y comenzó a pensar que podría tratarse de otra becada.

De repente el animal arrancó a volar y de un certero disparo pudo quedarse con ella.

Explica que fue mucha suerte la que tuvieron sobre todo sin buscarla. El perro no levantó la segunda y eso quiere decir que debía haber gran densidad ya que tuvieron la suerte de dar con ellas.

Los perros no están acostumbrados a este olor, no las cobraban, las olían un poco sin más…

“Si las levantamos de suerte, qué no habría en el coto”, concluye.

La migración de la becada

Se trata de una especie catalogada como migratoria de corto recorrido si se tiene en cuenta que su límite meridional de invernada no pasa la franja presahariana. Por otro lado, cuenta con un patrón sobresaltante, esto es, las poblaciones norteñas invernan más al sur que las centroeruopeas teniendo en cuenta también que en alguna ocasión se ha descrito cierta variación en la latitud ya que las poblaciones noroccidentales invernan más al oeste que las nororientales.

Migración postnupcial

Esta comienza a detectarse en la Península concretamente a finales de octubre y finaliza la segunda mitad de diciembre por lo que actualmente ya ha comenzado. Es partir de estas fechas cuando se considera el periodo de invernada estricto.

En el periodo migratorio, se puede hablar de dos picos de abundancia, uno de ellos tiene lugar en la segunda quincena de noviembre correspondiéndose por tanto con las becadas de largo recorrido y formado a su vez por poblaciones más norteñas. Por otro lado, el segundo pico tiene lugar en el mes de diciembre con aves de origen centroeuropeo de corto recorrido.

En esta fase de la migración son los ejemplares jóvenes y las hembras quienes comienzan.

¿Cómo suelen viajar?

El viaje lo realizan de noche de forma individual en grupos reducidos de no más de diez ejemplares a una velocidad media de 80 o 90 kilómetros al día. Para esto realizan paradas intermitentes de unos días seguidas de unos desplazamientos nocturnos de unos 400 kilómetros.

Migración prenupcial

En el caso de la migración prenupcial, está establecida desde la segunda mitad de febrero y el mes de marzo en la Península y hay que tener en cuenta que los machos inician el viaje de regreso siendo además más rápido que en la migración postnupcial.

Estos datos se han podido recoger gracias a la recuperación de aves anilladas en la base de datos de EURING además de la caracterización de la extracción cinegética, unas 600 becadas controladas por CCB.

Según indica el Club de Cazadores de Becada, se han realizado y se realizarán estudios con técnicas cada vez más modernas y novedosas como el uso de marcadores genéticos.

Hay que destacar que el anillamiento ha demostrado también que la becada en sus migraciones muestra gran fidelidad por el lugar de nacimiento y por la zona de invernada.

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