Podenquera, le pese a quien le pese
A pesar del acoso sufrido en redes sociales por parte de animalistas y el boicot en su tienda online de venta de ropa, esta cazadora ha seguido pregonando a los cuatro vientos su gran pasión por la caza.
La podenquera como muchas otras compañeras cazadoras, ha sido víctima de acoso y amenazas por parte de colectivos animalistas. Pero lo más grave de todo es que la han obligado a cerrar su página de venta online ante el boicot de la mayoría de su clientes al enterarse de que era cazadora.
Con Martín, su novio.
Una apasionada del podenco andaluz
Rocío Bazalo es una joven podenquera malagueña nacida en la localidad de Campanillas hace 20 años. Es una gran apasionada de la caza y del podenco andaluz. La pasión por la caza se la ha transmitido su novio Martín.
Juntos comparten ambas pasiones, pese al mal momento que está pasando el conejo debido a las enfermedades en muchos puntos de la geografía andaluza. Se inició en la caza con 16 años acompañando a su pareja como morralera. A los 18 años obtuvo el permiso de armas. Durante esta temporada abatió su primer conejo en una cacería en Ciudad Real. Uno de sus podencos andaluces, de nombre Perdigón, lo mostró en una carrasca.
A la derecha, con Flow.
La cazadora y su perro Flow forman un binomio inseparable y perfecto
De todos los perros que forman parte de su cuadrilla de podencos tiene especial predilección por Flow, un macho de 2 años. A ambos les une un vínculo especial. Rocío logró salvar su vida al enfermar de pavorvirosis cuando contaba con escasa semanas de existencia. La temporada pasada la podenquera le abatió su primer conejo en un coto de la provincia de Cádiz.
Con Perdigón, al que le abatió el primer conejo.
La pasión por la caza y el podenco andaluz, de Rocío y Martín, les hizo crear hace 2 años un canal de YouTube dedicado a la caza con podenco andaluz. El canal se llama Podencos El Patilla.
Así caza la podenquera:
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Podenquera ante todo
Desde pequeña, vivió la caza en casa, pero las circunstancias de la vida no hicieron posible que pudiera ser cazadora. Sueño que pudo hacer realidad el día que conoció a su pareja.
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Cazadora, le pese a quien le pese
Es hija de cazador, hija de cazadora y nieta de cazador. Su abuelo fue quien le metió el veneno de la caza en la sangre. De él aún conserva con orgullo el primer peluche que le regaló, un oso vestido de cazador que lleva siempre en su coche.
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