Cotos auditados
La primavera es la estación de la esperanza, verde esperanza, pues es tiempo de cría. Si hay suficiente ‘madre’, habrá ese necesario renuevo poblacional, esencial para una nueva y positiva temporada de caza. También es tiempo de cambiar de coto, si el que tenemos no nos satisface o simplemente caducó el alquiler y su gestor no quiere renovarnos. Y es en este asunto donde quería detenerme y reflexionar.
Cada vez hay más cazadores que renuncian a tener un coto y prefieren, llegada la temporada, pagar determinadas cacerías en función de sus gustos y bolsillos, dada la oferta existente. Pero la mayoría preferimos tener un coto, generalmente con los amigos y cuadrilla de siempre. Lo normal es coger un coto por varios años que cumpla nuestras expectativas y nos dé tiempo a mejorarlo. En la elección de un coto influyen muchos aspectos, pero lo primero que nos interesa es que tenga caza, o que, aunque no tenga mucha, con un poco de gestión, la pueda tener en un par de años, de ahí la importancia de un alquiler largo.
Si hay caza, el coto será más caro, y si podemos pagarlo será la mejor opción. Si el coto está esquilmado, su precio será bajo, pero si tiene posibilidades y el alquiler es largo, por ejemplo 5 años, con un poco de sacrificio e invirtiendo en gestión, en dos o tres años podemos llenar el coto de caza. Pero es aquí cuando surge el problema de siempre. El dueño del coto ve que sus tierras están llenas de caza y se frota las manos. Y piensa que cuando acabe el alquiler, va a subirlo por lo menos un cincuenta por ciento. Pero los socios del coto, como se huelen la jugada, el último año de alquiler cazarán intensamente y entregarán el coto machacado, como lo recibieron. Esto es lo que suele pasar en los cotos españoles.
Sin embargo, creo que existe una solución para esto pero exige predisposición y buena fe por las dos partes, dueño y arrendatarios. Hoy día es posible, por diversas técnicas de conteo, saber aproximadamente las piezas de caza que puede tener un determinado territorio. Pues bien, a la hora de alquilar un coto, técnicos cualificados nos dirán el número aproximado de animales que tiene el coto que queremos alquilar, una auditoría en toda regla. Y ese número de animales cuesta tanto, o sea, el alquiler del terreno durante 5 años más equis especies cuesta, por ejemplo, 12 mil euros, siendo el valor de las especies cinegéticas, seis mil euros, 30 euros por perdiz, 18 por el conejo y 25 por la liebre.
La última temporada de arrendamiento, si el dueño no quiere arrendar o quiere subir la cuota, se vuelve a censar la caza, por supuesto en la misma época. Si hay más caza, el propietario deberá dar a los arrendatarios la cantidad que sea, pero si hay menos serán los arrendatarios los que paguen. «Eso es imposible», diréis casi todos. Posiblemente, pero hoy es una opción justa y posible, porque de la otra manera no es justo que un ecosistema se venga abajo por los intereses de uno o de otros.