Sí, somos muchos cazadores

La cita era en Atocha, de modo que cogí un tren de cercanías. Llegué a la estación de Atocha y nada más bajar del tren me encontré con un bullicio muy grato.


Cientos de cazadores ataviados con ropa de caza y sobre esta un peto naranja de alta visibilidad o una gorra del mismo color se movían hacia la salida de la estación de trenes, rumbo a la glorieta de Atocha y frente al ministerio de Agricultura, donde se iniciaría la marcha, Castellana arriba hasta llegar a Nuevos Ministerios, donde se encontraba el otro ministerio, el de Transición Ecológica, presidido por la ministra Teresa Ribera, tan anticaza como su ministerio.

Antes decidí tomar café en una caferería de la estación llena también de cazadores. Mientras hago cola se me acerca una mujer de mediana edad y me pregunta quién se manifiesta hoy. Le digo que los cazadores y me responde: «No sabía que hubiera tantos».

Su respuesta me hizo reflexionar. Creo que nuestra sociedad urbana, mayoritaria, que vive en esa cárcel de asfalto que es cualquier ciudad, no sabe casi nada de los cazadores, y lo que saben lo es a través de lo que dicen de nosotros ecologistas y animalistas, cuatro monos que hacen mucho ruido y que sólo hablan de nosotros para criticarnos y tacharnos de asesinos y mala gente.

En este contexto es normal que los urbanitas en general no sepan quiénes somos realmente y por supuesto que seamos tantos. Por eso fue muy importante la manifestación de Madrid, donde el mundo rural y sobre todos los cazadores, nos hicimos visibles, aunque después los medios de comunicación nos ignorasen y dijesen que quienes tomaron Madrid, en una manifestación tan multitudinaria, festiva y pacífica fueron agricultores y ganaderos.

Por supuesto que los había, dada la capacidad de movilicación que tiene ASAJA y otras organizaciones agrarias y ganaderas, pero la mayoría de los asistentes eran cazadores. Pero claro un gobierno que ningunea la caza y por supuesto la persigue no podía permitir que sus ramificaciones mediáticas, bien subvencionadas y adoctrinadas, dijese que medio millón de cazadores, procedentes de toda España, manifestasen en Madrid su hartazgo ante tanta persecución y acoso y que sin duda va a tener repercusión en las próximas elecciones.

Éxito total del mundo de la caza que a través de sus asociaciones varias, principalmente la Real Federación Española de Caza y Artemisan, supieron movilizar y organizar esta gran manifestación, pacífica y festiva, por el centro de Madrid. Pero esto sólo debe ser el principio.

Creo que sería importante y muy necesario, aprovechando este éxito, que todos los años, en fechas parecidas, organicemos en Madrid el Día de la Caza, como hacen otros colectivos que piden visibilidad y respeto, un día reivindicativo y festivo en el que el mundo de la caza demostremos al mundo urbano que somos muchos, pacíficos y que sólo pedimos respeto y que nos dejen cazar en paz.

De este modo la señora de la cafetería y miles de urbanitas malinformados comprobarían que en España hay muchos cazadores, que somos pacíficos y que somos muy importantes en la conservación y mantenimiento del medio ambiente.

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