¿Se salvará el urogallo cantábrico?
El declive del urogallo cantábrico fue descrito por primera vez en 1975 por el biólogo y gran estudioso de la fauna ibérica, Javier Castroviejo, y ha continuado desde entonces. La falta de hábitat y la fragmentación del mismo han sido identificadas como factores clave que subyacen a ese declive. Pocos iconos de la fauna ibérica llaman tanto al debate sobre las estrategias para su conservación.
El urogallo cantábrico es una de las 12 subespecies de esta ave que habita en varias zonas del norte del continente europeo (Escandinavia, Países Bálticos, Rusia, Polonia, Escocia…) y su distribución más meridional se localiza en las penínsulas Ibérica (Cordillera Cantábrica y Pirineos) y Balcánica. En España es la especie con mayor riesgo de extinción del reino de las aves.
La población del urogallo cantábrico está estrechamente vinculada a los bosques montanos caducifolios de la cordillera Cantábrica, a diferencia del hábitat de coníferas que alberga mayoritariamente a la especie en el resto de su área de distribución.
Según los censos llevados a cabo en las últimas cuatro décadas, la población de urogallos se encuentra en un periodo de intenso declive demográfico, víctima fundamentalmente de la deforestación y fragmentación de las masas boscosas donde habitan. Es algo que tiene su lógica si se tiene en cuenta que el urogallo es una especie forestal, y la deforestación ha afectado a los bosques de robles, hayas, abedules, etc., en beneficio de otras actividades.
Problemas del declive
El urogallo cantábrico ha perdido el 70% de sus poblaciones durante los últimos 30 años. Es decir, es una especie animal que no tiene el viento a su favor. En los años 80 se hizo el primer censo y se contabilizaron 582 machos en toda la cordillera cantábrica en un total de 334 cantaderos. En la actualidad, se va a hacer un nuevo censo, aunque se calcula que puede haber de 200 a 300 machos. El objetivo ideal a conseguir en los próximos años para que la especie no desaparezca, es que se alcance la cifra de 800 machos o un mínimo de 5 individuos por cada cantadero.
Los problemas de su declive se deben principalmente al fraccionamiento del hábitat, que a su vez provoca el fraccionamiento de sus poblaciones; a la deforestación, es decir, la desaparición de los bosques caducifolios en los que habita; la existencia de depredadores y la competencia con otros herbívoros, como el zorro, la marta, el jabalí o el ciervo. El problema de los depredadores se trata de un fenómeno natural, al darse el cambio de usos del territorio que ha provocado cambios en la estructura de las masas forestales que ha favorecido el desarrollo de predadores generalistas. Otros impactos importantes que han repercutido en las poblaciones del urogallo cantábrico han sido las instalaciones de parques eólicos y los vallados ganaderos peligrosos.
Concretamente, en Castilla y León, en plena zona urogallera están instalados seis parques eólicos, en el que en uno de ellos, el de Peña de Gato, en los municipios de leoneses de Villagatón, Igüeña y Torre de Bierzo, el Tribunal Superior de Justicia de dicha región anuló la autorización administrativa en octubre de 2013 porque no se valoró la existencia de ejemplares de urogallo cantábrico, y se ignoraron informes emitidos por los técnicos de la Administración en los que se reconocía la presencia de la especie y la importancia de estos terrenos para su supervivencia. Hay otros dos parques eólicos en funcionamiento, que han sido recurridos, y que están pendientes de su posible anulación.
El proyecto Life+Urogallo cantábrico
Debido a su declive, y a diferencia de otros países, como los de la península Balcánica en los que está permitida su caza, en España, desde 1979 se ha vedado la caza de esta especie, y desde 1986 tiene la catalogación de especie protegida aunque esto no ha supuesto un incremento en la población hasta el momento.
El urogallo cantábrico fue declarado en 2005 como En peligro de extinción en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, con la consecuente obligatoriedad por las administraciones implicadas —Junta de Castilla y León, Principado de Asturias, Xunta de Galicia y Gobierno de Cantabria— de redactar planes de recuperación que frenasen el declive.
Posteriormente, en octubre de 2010, se inició un proyecto europeo Life titulado Programa de acciones urgentes para la conservación del urogallo y su hábitat en la cordillera Cantábrica, con la pretensión de detener el declive de esta especie mediante actuaciones relacionadas con la gestión y mejora del hábitat, el control de depredadores, y el centro de cría y reserva genética.
Sin embargo, algunas de estas medidas han sido cuestionadas por diferentes expertos y por la Asociación para la Conservación del Urogallo (ACU). Así, en cuanto al manejo del hábitat propuestos en el proyecto europeo Life+urogallo cantábrico consistentes en medidas como la realización de extensas rozas de matorral sobre áreas muy extensas y la apertura de claros en el bosque para restaurar el hábitat de la especie, se han considerado como acciones inútiles a la luz de los conocimientos disponibles sobre la biología de la especie, y a las que se están asignando importantes partidas presupuestarias.
Algunos datos
• Distribución: El urogallo cantábrico es una subespecie endémica de la Península Ibérica que se distribuye actualmente en un área inferior a 2.000 kilómetros cuadrados en la cordillera Cantábrica.
• Población: El urogallo cantábrico ha perdido el 70% de sus poblaciones durante los últimos 30 años. Los últimos datos indican una población de 200 a 300 machos. machos. El objetivo ideal a conseguir en los próximos años para que la especie no desaparezca, es que se alcance la cifra de 800 machos o un mínimo de 5 individuos por cada cantadero.
• Estado: En España, desde 1979 se ha vedado la caza de esta especie, y desde 1986 tiene la catalogación de especie protegida aunque esto no ha supuesto un incremento en la población hasta el momento.
• Razones del declive de esta especie: Son varios los motivos que han provocado que el urogallo ya no viva en Galicia ni Palencia y que haya desaparecido en un 70% de los lugares que habitaba hace 30 años. Por un lado, está el fraccionamiento del hábitat, que provoca a su vez un fraccionamiento de las propias poblaciones, y, por otro, la deforestación, es decir, la desaparición de los bosques caducifolios en los que habita. A ello se suman los problemas ocasionados por la interacción con actividades humanas, como puedan ser las instalaciones de parques eólicos y los vallados ganaderos peligrosos.
• Su sonido en el bosque: El urogallo (Tetrao urogallus) es la mayor de las gallináceas españolas que recibe su nombre por el sonido que emite durante su celo, parecido al del "uro", antepasado salvaje de los bóvidos domésticos.
A juicio de especialistas en la materia, el urogallo no depende de especies arbóreas concretas o dominantes. Más importante parece ser la existencia de suficiente cobertura forestal y conectividad entre los parches de bosque que permitan movimientos entre las aves, así como una estructura que facilite la diversidad de hábitats y alimentación.
En este sentido, y en contraposición, se considera que hay que apostar por la recuperación de hábitats naturales. Y esto se puede llevar a cabo simplemente frenando la degradación, venga esta del fuego o del propio manejo del hábitat. En lugar de promover acciones que representan una perturbación del ecosistema, como las rozas o el ramoneo por ganado, los proyectos de restauración forestal podrían funcionar mejor si se centran en apoyar la regeneración natural.
Otro tema controvertido y con posturas a favor y en contra ha sido el control de depredadores —martas, ciervos, zorros y jabalíes—, pero que al final en el marco del proyecto LIFE+ urogallo cantábrico se recomendó no actuar sobre ellos, porque no iba a suponer una mejora en las poblaciones de urogallos, tal como se planteó desde la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM). Por el contrario, sí que la actividad humana a través de la instalación de parques eólicos y la electrocución y colisión con algunos tendidos eléctricos, han causado la muerte a varios urogallos.
Por otra parte, y a la luz de los resultados habidos, no ha supuesto un avance importante, a diferencia por ejemplo del nacimiento en cautividad y posterior liberación del lince ibérico en zonas de centro y sur peninsular, la construcción de las instalaciones de cría en cautividad de Sobrescobio (Asturias), inauguradas en 2004 como centro de referencia del urogallo cantábrico. Diez más tarde, en 2014, se realizó la primera experiencia de liberación de tres hembras del centro de cría al medio natural, en la zona de Riaño, pero sobrevivieron solo dos meses. En mayo de este año, dos hembras de urogallo cantábrico procedentes de Sobrescobio han sido liberadas en un cantadero de la provincia de León, habiendo fallecido una de ellas por causas que se desconocen hasta el momento.
Si bien, es cierto que un problema muy serio que ataca su supervivencia es la elevada mortalidad infantil de esta subespecie. Las estadísticas muestran que para conseguir un pollo sano se necesitan las puestas de seis a ocho huevos de tres hembras diferentes.
Vistas así las cosas, parece que se va agotando el tiempo para la mayor de las gallináceas españolas, a pesar de que desde algunas instituciones se considera que se van cumpliendo los objetivos marcados en el proyecto Life+Urogallo cantábrico.