El desastre agrícola y ganadero que se avecina si se paraliza la caza

Hemos hablado con algunos ganaderos y representantes de agricultores de diferentes provincias de la comunidad castellanoleonesa, como la Unión de Campesinos de Burgos, para conocer en primera persona cuáles serían, desde su punto de vista, las consecuencias de no cazar en la comunidad de Castilla y León en una temporada.


Carlos Blanco, criador de cerdos blancos en Salamanca, nos manifiesta su máxima preocupación ante las posibles consecuencias de la paralización de la Orden de Caza.

Una catástrofe ganadera

«A nivel ganadero tenemos la sombra de la peste porcina africana (PPA) sobre nosotros. Paralizar la caza del jabalí supone una preocupación ante el correcto control de la enfermedad. Mientras las poblaciones de jabalíes han estado controladas, en teoría, ese foco de infección ha estado controlado, que ahora se deje de cazar, creemos que no pasará nada, suponiendo que sea un mes, el problema sería si se alarga la prohibición. Si pasa más tiempo los animales se empezarán a mover, habrá parideras nuevas, etc., lo que aumentaría las probabilidades de que la peste pueda llegar a España, sea bien a través del jabalí, bien sea a través del transporte, esto supondría una catástrofe ganadera y económica.

Que se deje libre todo este tipo de animales salvajes puede suponer una ruina para la agricultura y la ganadería

»Tenemos la amenaza, el miedo está ahí. Francia está haciendo las cosas muy bien y gracias a Dios tenemos ahí un tapón que bloquea las posibilidades de que la peste porcina africana llegue a nuestras ganaderías. Mientras en Francia estén cazando, tenemos una oportunidad de salvación», argumenta Blanco.

En España la producción ganadera supone el doble del consumo nacional, si hubiese un cierre de fronteras a consecuencia de la llegada de la peste porcina africana (PPA), las pérdidas económicas para el país serían incalculables.

Jabalí, corzo, ciervo, lobo…

Los ganaderos de porcino están asustados. No quieren ver al jabalí cerca de sus ganaderías, pero también otros tipos de ganaderías extensivas temen las consecuencias del descontrol poblacional de otras especies salvajes, como el ciervo, el corzo o el lobo, tanto por su relación con otras enfermedades como la tuberculosis, la sarna sarcóptica o garrapatas —salir a pasear al campo supondría un auténtico riesgo para la salud de mascotas y personas— , como por las pérdidas sufridas por culpa del gran depredador, quien prefiere presas fáciles, domésticas, a cazar ciervos o jabalíes. Hay quien no entiende que el problema del lobo no es únicamente la oveja o la vaca que mata, sino la repercusión que tiene el ataque, por ejemplo las ovejas que abortan.

«Los ganaderos y el mundo rural en conjunto seremos quienes paguemos las consecuencias de esta broma pesada que es la prohibición de cazar. Tanto asociaciones como administración debería controlar las poblaciones salvajes», añade el ganadero.

Los accidentes de tráficos se multiplicarán

El jabalí se acerca cada vez más al hombre, deambulando por las zonas urbanas, donde encuentran alimentos en la basura, jardines frescos que hozar. Se moviliza cada vez más, cruzando carreteras, lo que provocará un aumento en los accidentes. Si la prohibición se alargar más de la cuenta en el tiempo, los seguros, llegado el momento, excluirán de sus pólizas este tipo de siniestros, por ser algo habitual.

Durante la última década, según se muestra en el informe de Subdelegación del Gobierno, el número de accidentes de tráfico con animales se ha incrementado hasta convertir a Burgos en la provincia de Castilla y León con más accidentes de este tipo. El año pasado se produjeron 2.323 siniestros, la mayoría fueron causados por corzos (1.595). Aún ejerciéndose una presión cinegética sobre estos ejemplares, actualmente ha supuesto ser el causante de hasta el 95 % de los accidentes de tráfico.

Pérdidas millonarias en agricultura

Los datos aportados por Agroseguro son rotundos, manteniendo la actividad cinegética, en tan solo un año (2017-2018) las indemnizaciones de daños causados por conejos en los cultivos de Castilla y León se han multiplicado por cuatro, pasando de 204.858,65 euros en 2017 a 1.004.176,78 euros, en 2018.

Los agricultores burgaleses también tuvieron que tomar medidas drásticas ante la superpoblación de corzos que arrasan sus cultivos.

Susana Pardo, de la Unión de Campesinos de Burgos, comenta a Club de Caza cómo podría afectar esta decisión de no caza del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León a la agricultura.

La invasión del conejo si no se caza

«Respecto a los seguros relacionados con el daño provocado por plaga de conejos en fincas, cuando empiezas a dar parte por daños durante mucho tiempo seguido, la cobertura sale fuera del seguro, con lo cual cada agricultor tendría que hacer frente a las pérdidas de su propio bolsillo. Estamos hablando que entre un 10 y 20 % de los cultivos sufren daños hoy en día, por plaga de conejos, teniendo en cuenta que se caza. Si prohíbes la caza y dejas que se reproduzcan libremente ¿qué podríamos esperar? Tenemos sobrepoblación con caza, sin caza ¿qué tendríamos?, ¿invasión?

Si tenemos sobrepoblación con caza, sin caza ¿qué tendríamos?, ¿invasión?

»El jabalí también arrasa. Para la agricultura y la ganadería que se deje libre todo este tipo de animales salvajes puede suponer una ruina. El daño económico que se puede hacer a muchísimos municipios y juntas vecinales es incalculable ¡salvaje! Tenemos un gran problema de despoblación en el medio rural. El ingreso más importante que tienen muchas pedanías suele ser el coto de caza, sin ese tipo de ingresos cuál sería la solución ¿cobrar impuestos a los habitantes, que encima de que son pocos, corres el riesgo de que se puedan ir? Económicamente hablando, viene mucho dinero de la caza y, gracias a Dios, a la Administración y a la población no nos está costando nada. Ese ingreso existe porque hay muchas personas que tienen como deporte favorito la caza. Vivimos unos de otros, no puedes dejar rienda suelta a todos los animales, porque al final los que nos tenemos que marchar del medio rural somos las personas.

»¿Todas esas pérdidas económicas quién las asume? ¿Si desaparece el agricultor, de qué comemos? ¿Qué podría suponer que el medio rural, que es el que está alimentando al urbano, despareciese? ¿Y cuántos puestos de trabajos directos e indirectos perderíamos?».

Los cambios en la naturaleza de los animales

Vacas, ovejas, ciervas… están siendo atacadas durante las parideras por buitres —que se suponen son necrófagos—, debido a los cambios sufridos en la naturaleza a raíz de tanta intervención humana. «Antes, cuando se moría el ganado podías tirarlo en el campo para que estos animales comieran, ahora tiene que venir un camión, llevárselo, pagar un seguro… al final estás llevando la enfermedad de ese animal que ha muerto por todas las carreteras. Estamos rompiendo la cadena, nos estamos olvidando que unos animales tienen que controlar a otros, es algo que ha existido de toda la vida… Los pocos restos cinegéticos que quedan en el monte ayudan a estas especies, si se deja de cazar, ¿qué ocurrirá?», reflexiona Susana Pardo.

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