Codornices de ida y vuelta

Hay una iniciativa de técnicos, científicos y cazadores que busca la caza sostenible. Aragón dispone para esta temporada un cupo de 14 codornices/cazador/día (BOA Nº 131 de 3 julio 2020).


Actualizado
Codornices de ida y vuelta

Pareje de machos (foto J. Manzano)

La Codorniz común o europea (Coturnix coturnix) es una migratoria transahariana que pasa el invierno en el Sahel y a principios del año viene subiendo por la costa atlántica de Marruecos para llegar a España en el mes de marzo a través del Estrecho de Gibraltar, haciendo en este viaje hasta la mitad de la península un desplazamiento de más de cuatro mil kilómetros. A primeros de mayo han invadido ya toda España y tienen en Castilla y León el principal asentamiento europeo. En ese mes entran en Francia repartiéndose por Europa. Finalizada la crianza, al inicio del otoño las poblaciones de codornices existentes en Europa regresan al Sahel por los mismos pasillos migratorios de llegada, haciendo otros tantos miles de kilómetros.

Codornices de ida y vuelta

Suelta de codorniz anillada (foto Leo de la Fuente)

Los científicos y expertos en codorniz consideran que a España llegaban cada año unas 450.000 pp. (Purroy F. 1997) (1). De estas parejas de codornices se aparean y anidan hasta el 80%.

«La codorniz es la más pequeña de las galliformes y única migratoria. El macho con 98 gr de peso medio es inferior a la hembra con 103 gr. Las hembras ponen una media de 12 huevos por nido y sacan solas adelante la pollada mientras que los machos, polígamos, se van a buscar otras hembras, por ello no están más de 15 días en un mismo lugar. Las hembras son poliandrias y pueden aparease con varios machos para resolver cualquier nido. La codorniz es un ave que hace gran esfuerzo en producir especie. El cociente puesta/peso hembra es 0"79, que es una ratio altísima que la define como estratega de la r. Esta especie tiene una mortalidad cercana al 70% y una baja esperanza de vida media de 11 a 15 meses; explota hábitats como el del cereal, de pocos meses de ciclo biológico, porque es una especie oportunista» (Lucio A. 1997) (1).

Codornices de ida y vuelta

Codorniz recién anillada a punto de volar (foto J.L. Garrido)

Proyectos de anillamientos de codornices

En España se capturaron y anillaron 16.338 machos durante diez años, 2002-2011, y en ese periodo se analizaron 27.198 muestras biológicas (alas y patas), todo dentro del proyecto de anillamiento de la codorniz macho patrocinado por FEDENCA-RFEC (Nadal y cols. 2012). A partir de 2011 iniciamos desde FEDENCA Anillamiento de codornices hembra que realiza y coordina también la Federación de Caza de Castilla y León y lo patrocina desde 2013 hasta esta fecha. El proyecto de anillamiento certifica que de las dieciocho provincias estudiadas en España las de la Meseta Norte (MN) conforman la zona biogeográfica con mayor número de reproductores (39%) y la más propicia para la cría de la codorniz, pues reúne cada año la mayor concentración española de codornices. El Valle del Duero (VD) es la segunda zona de mayor presencia de reproductores (29%) y el Valle del Ebro (VE) la tercera zona de España con el 18% de machos. Entre las tres zonas se concentran el 86% de los reproductores anillados en aquellos diez años. (2)

Las capturas que da el campo cada temporada dependen de estos factores: 1) del número de parejas que llegan a España, 2) el hábitat a explotar, 3) la meteorología, 4) de la fenología del cultivo y las maneras de cosechar que mantienen al cereal en pie hasta setiembre, 5) la crianza, 6) la depredación oportunista y 7) la intensidad de la caza en los territorios de concentración.

Habitualmente a esas zonas llegan las codornices desde abril hasta finales de agosto y vienen del sur utilizando un pasillo migratorio que pasa por el VD y acaba en la MN. Parece que hay otro pasillo que viene del sur y pasa por Guadalajara, Soria y Zaragoza que se junta con otra corriente que sube del arco mediterráneo por Teruel y coinciden en Zaragoza (Valle del Ebro).

A la población propia de la MN se unen las oleadas de codornices criadas en España que suben por ese pasillo migratorio del VD y son empujadas desde él por las cosechadoras en el llamado movimiento trashumante. Además llegan a la MN codornices adultas (A2) europeas. Todas esas codornices concentradas en la MN regresan por el mismo pasillo de subida a finales de septiembre.

Codornices de ida y vuelta

Codorniz desgañitándose (foto J. Manzano)

La gestión de estas concentraciones finales de codornices en MN y VE es determinante sobre la población que regresa a sus cuarteles de invierno y de la que retornará al año siguiente. La prudencia en su caza con un cupo ajustado favorece un mantenimiento más sostenible de la especie y da autoridad a los cazadores para exigir el apoyo administrativo de la PAC para las medidas agrícolas indispensables para mejorar el hábitat y para que posibiliten el control de los predadores oportunistas de la codorniz, con todas las trampas y otros medios autorizados.

Que cada año cazamos menos codornices lo conocemos bien todos los cazadores. El asunto se certifica con los datos de capturas manejados en el texto de Las especies cinegéticas españolas en el siglo XXI entre las seis temporadas últimas: 2011-12 y 2017-18, donde se ha producido un descenso del 35% de las codornices cazadas en España. En Castilla y León, la comunidad más codornicera, en ese mismo periodo han caído las capturas más del 36% y en Aragón, la segunda, bajan el 38% en esos seis años. En Burgos, la provincia líder, han bajado las capturas el 34% y en Zaragoza, la segunda, el 31% en esos seis años controlados. Fluctuaciones anuales se han dado siempre, pero son más graves en la situación actual a la baja. (Garrido y cols. 2019) (3).

Conocido el declive de los últimos años, algunos hemos solicitado sin éxito en el Consejo de Caza de Castilla y León un cupo y periodo de capturas más ajustado y suficiente para recuperar a la especie y disfrutar de su caza sin resentir la población, pues es conocido que en los últimos diez años la percha media el primer día de caza en la mayoría de las provincias de esta comunidad no ha superado las cuatro codornices; dato publicado cada año en todos los medios por la mayoría de delegados de la federación. ¿Con qué argumento podemos defender 20 días y el cupo actual de 25 codornices en Castilla y León, si en seis provincias no lo consigue casi ningún cazador sumando toda la media veda? Solo se logra algunos años en puntos del norte de Burgos, Soria o Palencia. Hay una comunidad sin cupo concreto y eso es regalar el relato anticaza al radicalismo.

Codornices de ida y vuelta

Según la UICN el estado de conservación de la codorniz a nivel mundial es bueno, con tendencia descendente. Los datos sobre codorniz publicados últimamente por SEO-BirdLife: «En España se contabilizan apenas 225.000 ejemplares, habiendo sufrido un declive poblacional en los últimos 20 años del 74%, según los últimos datos de seguimiento», no se sostienen y menos conocidas las capturas del siglo entre 1.558.330 y 1.006.500 (3). Buscan que no cacemos la codorniz que traería la misma suerte que a esteparias, y otras, vedadas hace 40 años, todas en peligro de extinción.

1997, unas jornadas técnicas trascendentes

En mayo de 1997 el Servicio de Vida Silvestre de la Consejería de M. A. de Castilla y León organizó en Burgos unas Jornadas Técnicas con los ponentes más reconocidos para la codorniz, como Antonio Lucio, Carlos Otero, Francisco Purroy, José M. Montoya, Manuel Puigcerver, J. M. Boutín de la Oficina Nacional de Caza de Francia y Maghnouj Mohamed del Centro Nacional Forestal de Marruecos. Moderó las jornadas Javier Muñoz, Jefe del Servicio organizador.

De aquellas jornadas hay algunos datos interesantes, como los ya citados de Lucio y Purroy. En ellas Maghnouj comentó que en Marruecos la caza de codorniz se inicia del 1 de octubre a finales de enero. Los 30.000 cazadores marroquíes pueden cazar sábado y domingo y los extranjeros el fin de semana desde el viernes, con cupo de 20 codornices/día para todos los cazadores. Cada año se cazan en Marruecos 500.000 codornices. Según el técnico hay un 10% de codorniz sedentaria que inverna en Marruecos, país que se ocupa con las primeras que llegan y anidan, ya que las siguientes oleadas continúan hacia España. La puesta empieza a primeros de febrero y los primeros pollos nacen en Marruecos a finales de marzo; de adultos vienen desde junio a España.

En Francia, según estimaciones de la Oficina Nacional de la Caza, anidan alrededor de 200.000 codornices y se capturan unas 600.000. La caza se permite del 1 al 10 de septiembre en el sur.

Codornices de ida y vuelta

Hábitat propicio para codorniz (Foto J.L. Garrido)

En aquellas jornadas de 1997 hubo diferentes planteamientos de gestión de la especie. En los Consejos provinciales de Castilla y León de ese año las primeras propuestas de la administración fueron poner un cupo adecuado, apertura después del 20 de agosto y un máximo de 12 días de caza. Lo mismo que había propuesto José M. Montoya y en parte lo defendió también Manuel Puigcerver (Grupo COTURNIX) que aconsejó el 20 de agosto de apertura en la zona norte. (1)

En el tercio N peninsular recuerdo que la apertura histórica ha sido siempre por debajo del Camino de Santiago, hacia el 15 de agosto y por encima más tarde, incluso vedado, como en León.

Una iniciativa de cazadores y científicos que defiende a la codorniz

Recientemente se ha propuesto una iniciativa contando con asesoramiento técnico por parte de dos científicos y cazadores vinculados a la Universidad de León, Rafael de Garnica Cortezo y José Antonio Pérez Garrido, con unos objetivos que buscan unas prácticas de caza más sostenibles para la codorniz. Proponen acciones de seguimiento y censo, mejora y conservación de la población con cupo más adecuado y los días de caza unos con capturas y otros solo de censo con perros y sin armas. Piden que no se afronte la caza de la codorniz como una competición de cupos y que las que no emigren, se respeten durante el periodo hábil de caza menor, entre otras cosas.

La iniciativa de esos dos científicos ha sido refrendada por un grupo multidisciplinar de veinte técnicos y científicos reconocidos en España que se adhieren a la propuesta. Me han invitado a participar y a la vista del esquema que plantean, me he apuntado encantado porque los objetivos son compatibles con el espíritu histórico de conservar el potencial de la codorniz, tan importante en mi comunidad, que siempre he defendido, como es notorio. Con otras especies como la becada ya es posible la recogida informática e inmediata de datos por jornadas de caza o campeo para censos para el seguimiento de poblaciones de esta migratoria gracias a una aplicación para móviles y ordenadores desarrollada por el Club de Cazadores de Becada (CCB), y también sería aplicable a otras especies como la codorniz.

Codornices de ida y vuelta

Codorniz macho (foto J. Manzano)

Me recuerda la acción a otra de hace unos años cuando convenimos durante varias temporadas entre FEDENCA-RFEC y el CCB un proyecto conjunto de escaso coste que proporcionó para la fundación y la RFEC un torrente de datos y una imagen de buena gestión al organizar cursos con anillado y seguimientos de becadas vía satélite, que redundó a favor de ambas entidades.

Los promotores también han hecho una oferta de colaboración a los representantes de los cazadores y a científicos de la especie, lo que retrata una actitud encomiable de los impulsores del proyecto que aportará datos y compromisos de cazadores de toda la geografía española y una mayor aportación de muestras biológicas de codornices, también desde todo el territorio español.

Para informar mejor sobre esta iniciativa, los coordinadores de la propuesta han creado un blog público informativo. En la página principal de este blog hay una encuesta sobre la caza de la codorniz, muy sencilla de rellenar, que es importante para conocer la opinión de los cazadores; también piden el apoyo al manifiesto.

La mejor defensa para la caza de una especie migratoria como la codorniz es trabajar para que encuentre el mejor hábitat, intentar que la recolección le impacte lo menos posible, cazarla con ponderación, disfrutar del perro y aprovecharla gastronómicamente lo mejor posible, como hacemos la mayoría de los cazadores, especialmente los que queremos cazarla con respeto.

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