¡Nada es imposible!

Iván Laguía es un joven conquense de 25 años y un gran apasionado a la caza, tanto mayor como menor, además de un deportista nato que compite a nivel nacional en padel en silla de ruedas.


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¡Nada es imposible!

«Cuando nací me diagnosticaron un problema en los nervios de la espalda, lo cual me hace no haber desarrollado los músculos de los gemelos y eso conlleva la necesidad de tener férulas en ambas piernas. Este problema me acarrea además una desviación de 48 grados en la espalda».

La caza siempre ha sido su mayor afición

«Soy de Los Hinojosos, en Cuenca, un pueblo de 800 habitantes, donde las opciones de ocio siempre han sido limitadas, tenía que intentar practicar cualquier deporte que me mantuviera activo así que empecé a jugar al fútbol sala como portero. Pero la caza, como deporte, siempre estuvo ahí presente, con tres años ya tenía mi primera escopeta de perdigones y en cuanto la ley me lo permitió me saqué el permiso de armas».

¡Nada es imposible!

Mi dificultad para caminar no me frenó

«Siempre me ha gustado la caza menor, porque en mi zona hay bastante, me gusta salir con mis perros y verlos cazar. Mi dificultad para caminar no me frenó nunca». Iván nos cuenta, tomándose las cosas con mucho humor, que la afición le puede tanto que es capaz de andar hasta 7 kilómetros cazando al salto con sus perros, despacito y como puede.

«Tengo una braca de 13 años, Xena. Siempre me ha gustado cazar más con hembras que con machos», señala Iván. «Con ella he vivido lances únicos, como un día que fui con unos amigos a cazar conejos cerca de un vertedero. Xena no dejaba de saltar y dar vueltas y vueltas en un sitio concreto. Finalmente me acerqué a ver qué ocurría y al llegar vi que había un fregadero viejo bocabajo y la perra no dejaba de dar vueltas sobre él, lo levanté y ¡salió un conejo por sorpresa! Con la suerte añadida de que le pude tirar y abatir. Cazo siempre con una Beretta semiautomática, porque es más ligera, lo cual me beneficia.

»También tengo hurones. Una temporada llegué a cazar hasta 400 conejos en un mes».

¡Nada es imposible!

Las limitaciones existen, será difícil pero no imposible

A Iván no se le resiste ninguna jornada cinegética. Sale habitualmente con una cuadrilla de cazadores algo mayores que él y también va de montería con su novia.

Nos comenta que caza con un Bergara B15 semiautomático, en calibre 30.06, y que aunque es zurdo, desde pequeño se ha acostumbrado a tirar con armas de diestro ¡y se le da fenomenal!

¡Nada es imposible!

«La caza es una forma de vida para mí, me hace desconectar de la realidad, me hace olvidarme de la discapacidad y de los problemas de la vida cotidiana, además me aporta pensamientos positivos, y me hace sentir libre.

»Me gustaría animar a todas las personas que se encuentren en una situación parecida a que luchen por sus aficiones. Somos conscientes de nuestras limitaciones, y por ello actuamos con más precaución, seguramente, que muchos otros cazadores. Las limitaciones existen, lo sabemos, y será difícil muchas veces, pero no imposible».

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