5.000 € por celebrar la muerte de Mel Capitán: ANATUR gana el juicio contra la animalista que insultó y se rio de Mel
Hoy es un día especial para la dignidad de un sector muy importante de nuestra España rural: el sector cinegético. Pero, y por encima de eso, lo es para la memoria y dignidad de una compañera que ya descansa en paz. Hoy es el día en el que podrá descansar viendo cómo su memoria y dignidad han quedado tranquilas y en paz.
Dos largos años han tenido que transcurrir para que una sentencia, a raíz de la denuncia presentada por Acción Natural Ibérica (ANATUR) (junto al permiso por escrito y beneplácito de su familia), haya servido de escarmiento a la falta de respeto y al acoso que la gente de nuestro sector (como en su día le ocurrió a nuestra querida Mel Capitán) llevamos sufriendo desde hace largo tiempo sin que a la Administración, los políticos, y a parte de las FyCSE parecieran darle la justa importancia y gravedad.
Dos largos años llevan sufriendo tanto Esperanza como Ruth, madre y hermana respectivamente de nuestra compañera Melania Capitán Tomás, viendo cómo en las redes sociales engendros despreciables se mofaban de ellas y de su pérdida, sin que estos inmundos actos conllevaran justas y merecidas consecuencias legales (penales y administrativas).
Pero gracias a Dios, al sentido común y a los que iniciaron la acción legal contra esto (ANATUR), ya se ha puesto «pie en pared».
Después de haber visto cómo se desestimaba o no se admitía a trámite una demanda por lo penal, a personas que, sin escrúpulos, decían y actuaban sin repercusión legal contra ellos, llegó el momento de ver una oportunidad en la que se podría salvaguardar la dignidad de Melania, la admisión a trámite de un juicio por lo civil, contra una de estas personas, la más virulenta de todas.
En el 2017, y con la venia de la familia de Melania Capitán Tomás, ANATUR decidió tomar cartas en el asunto interponiendo demanda a Eva Rodríguez Rodríguez, persona que (aunque parezca mentira) es una Guardia Civil (según ha declarado en juicio), animalista, que asevera ser «psicóloga canina» y que promovió una campaña en contra del bullying que decía «no pueden suicidarse ni niños ni adultos por el maltrato, la discriminación y el acoso».
Esta persona (sin calificativos suficientes en el idioma español para describirla) decidió hacer un vídeo en las redes sociales en el que se mofaba de la muerte de nuestra compañera, invitando a los demás cazadores a pegarse un tiro en la cabeza.
Brindaba por su muerte, sonreía y reía, se alegraba…
Estas imágenes y audio, que salieron en los medios de comunicación audiovisuales más importantes de España, eran de lo más deplorables.
La gota que colmó nuestro vaso de la paciencia, saturado de viles comentarios en redes sociales, fue observar cómo una Guardia Civil, deshonrando al Cuerpo, grababa (y posteriormente publicaba) un vídeo desde su casa mientras bebía cerveza y fumaba (lo que parecía un porro) acompañada por algún amigote con pinta de… que la animaba y reía las gracias que la susodicha iba vomitando a la cámara.
Ese fue nuestro punto de inflexión y donde comenzó esta cruzada de ANATUR contra estas personas que no merecen estar rodeadas de gente normal y civilizada, puesto que ellos no parecen serlo, ni actúan como tales.
Estos acosos sociales, que utilizan todos los medios existentes para hacer el mayor daño moral y personal gracias a la impunidad de nuestras leyes y normas, hoy ha tenido su merecida y justa consecuencia en los tribunales, en donde se ha dictado una ejemplar sentencia en favor de la dignidad de Melania Capitán y, en consecuencia, en la de todos nosotros, en la que taxativamente se señala que hoy en día no le van a salir las cosas gratis a las personas que se sienten en el derecho de mancillar el honor de su vecino, pensando que estos actos no le acarrearán consecuencias judiciales.
Este fallo judicial del juzgado de primera instancia de Badalona, demuestra que nadie tiene el poder ni el derecho de humillar a nadie que no tenga sus mismos ideales, sean de la índole que sean.
Esta sentencia sentará jurisprudencia, para que personas como la familia de Mel, Mel propiamente y toda la familia del mundo rural y cinegético, puedan descansar en paz viendo cómo se ha hecho justicia y otros sentirse orgullosos de disponer de un partido político como ANATUR que vela por sus intereses con resultados probados, no mera palabrería.
Una justicia que llega tarde (así son de lentos los procedimientos judiciales en España, aunque inexorable e inevitable), pero que al fin ha llegado, y que hasta su llegada no les ha permitido descansar en paz, por tener que pensar todos los días en «por qué si mi hija era una persona normal y feliz, por gustarle una actividad legal y regulada, ha tenido que sufrir el acoso de gente que en su vida la había visto ni sabido nada de ella, acoso que la ha terminado destruyendo a través de insultos, amenazas, acoso físico, intentando incluso destruir su vida laboral y sentimental…», cosas sin sentido que no deberían estar sucediendo hoy en día en nuestra sociedad, pero suceden.
Hoy ANATUR ha capitaneado un gran paso social hacia nuestra dignidad y respeto como colectivo, «una zancada, más que un paso», que pretende hacerle entender a nuestra sociedad que debemos tener respeto al mundo cinegético.
Todo el mundo tiene derecho y libertad (esto que algunos nos quieren quitar) de pasar su tiempo libre en la actividad legal que quiera y nadie debería de arremeter en contra de este derecho, más si cabe, cuando (como en el caso de la actividad cinegética) el ejercicio de este derecho conlleva un bien común como es la correcta gestión y sostenibilidad de nuestro medio ambiente a través de una herramienta tan fundamental como la caza sostenible y responsable.
Hoy quizás, la gente se pueda parar a pensar por un momento si de verdad merece la pena perder el tiempo en meterse con personas de su alrededor, cuando primero deberíamos solucionar nuestros problemas «no mirar la paja en el ojo ajeno cuando tenemos en el nuestro una viga».
Hoy quizás, la gente debería de pensar que probablemente es mucho más sensato ayudar al vecino, para ese día que tú lo necesites. Reciprocidad se llama.
Hoy seguro que D. Joaquín España y Mel Capitán estarán brindando (como lo hacía la animalista por la muerte de Mel) en el cielo porque ha triunfado el sentido común y la Justicia.
Daniel Núñez
Presidente ANATUR