La caza en los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas

El Desarrollo sostenible de la caza está enmarcado, dentro de los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el n.º 15 (Vida de ecosistemas terrestres).


Buena parte de los ambiciosos objetivos iniciales de los ODS han sido ya incumplidos, en lo que a sus fechas de obtención se refiere; aunque, si bien se ha avanzado poco en su desarrollo práctico, sí se ha avanzado en su conocimiento y aceptación, siendo a cada vez mayor el compromiso social y la fuerza imperativa de los propios ODS, a través del compromiso de buena parte de los gobiernos mundiales, España entre ellos. Las razones por las que no han podido ser alcanzados los ODS son múltiples. Indudablemente las deficiencias tecnológicas tienen un protagonismo significativo en este retraso.

Pretendemos contribuir al logro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, proponiendo un Modelo general para el Desarrollo Sostenible (ODS 14 y 15), que expondremos ahora desde la perspectiva de la caza. La ausencia de un Modelo general para el desarrollo sostenible conduce globalmente.

1º/ A la insostenibilidad del manejo de muchos espacios y a la quiebra en ellos del desarrollo sostenible.

2º/ Al incumplimiento del Principio de precaución, de obligado cumplimiento en la Unión Europea.

3º/ A actitudes sociales poco comprensivas con el manejo racional de los espacios naturales, y no digamos ya de los cotos de caza…

Las estructuras ambientales en la Tecnología de la sostenibilidad

Todas las ingenierías comparten un mismo Modelo general de diseño y cálculo de sus estructuras físicas. Dentro de ellas, la ingeniería de la sostenibilidad se ocupa del manejo de los espacios más o menos naturales; por esto, al diseño y cálculo de las estructuras físicas de sus propias obras civiles (de naturaleza más bien rural), y al conocimiento de las estructuras más puramente ecológicas (ecosistémica), debe añadir el diseño y cálculo de las estructuras ambientales sobre las que actúa. Para ello debe dar respuesta conceptual y numérica a los tres componentes básicos del genuino Desarrollo sostenible.

  • Lo social: evaluación del empleo y el recreo generados, directa o indirectamente, por el manejo de los beneficios generados; por ejemplo, por la caza.
  • Lo ecológico: resistencia de las estructuras biológicas frente a los esfuerzos antrópicos soportados, y garantía de su convergencia constante hacia el diseño del espacio modelo ideal pretendido; por ejemplo, por la caza.
  • Lo económico: valor generado y valor gestionado, diseño de costes y rentas, marco presupuestario, viabilidad, rentabilidad y financiación; por ejemplo, por la caza.

Ninguna ingeniería alcanza su plenitud, hasta que no se dota de un modelo de diseño y cálculo, normalizado y común, para las estructuras que le conciernen; de aquí la necesidad de dotar a la ingeniería del desarrollo sostenible con un Modelo general para el diseño y cálculo de sus estructuras ambientales. La ausencia de este es el problema social, ecológico y económico central de la caza en nuestros días.

Modelo general para el desarrollo sostenible

Modeliza una tecnología para el manejo conceptualmente única, y aplicable a todos los espacios, valores, usos y recursos naturales de manera similar o cuando menos paralela; y por tanto a la caza: un valor, uso y recurso rural de importancia indiscutible. En cualquier espacio natural, no estamos llamados a manejar sectorialmente un desguace de sus elementos (valores, usos y recursos por separado), sino a manejarlos lo más integradamente posible (lo más a la vez que sea posible).

Para la integración de los valores, usos y recursos a manejar en un espacio cualquiera, la búsqueda de las sinergias existentes entre las intervenciones a ejecutar (por acción o por omisión) y la previsora huida ante el riesgo de posibles efectos interactivos negativos e incluso perversos, forman las actitudes básicas rectoras de cualquier manejo sostenible e integrador. Ninguna de estas cuestiones puede abordarse técnicamente, sin establecer y aplicar un Modelo general único, aplicable a cualquiera de las estructuras ambientales afectadas, y por tanto también a la caza.

En el marco del aforismo ecologista Piensa en global, actúa en local, nuestro Modelo general se compone de un Protocolo global y de un Algoritmo local. Con el establecimiento de ambos, pretendemos aportar una propuesta cualitativa y cuantitativa global para la conciliación local entre la Naturaleza y el Hombre.

  • Protocolo global. El Protocolo global se refiere al desarrollo sostenible de cualquier espacio más o menos natural del Planeta Tierra, continental o marino, protegido o no; por tanto: a la programación de las intervenciones a efectuar localmente (Ordenación) y a su posterior aplicación, supervisión, control y seguimiento (Gestión). En nuestro caso, al desarrollo sostenible de cada coto.
  • Algoritmo local. Forman un algoritmo los pasos establecidos (definidos, ordenados y finitos) para resolver un problema cualquiera. Todo algoritmo tiene tres componentes o fases: los datos de entrada (información), el proceso a seguir a partir de los mismos (pasos) y los resultados a lograr (soluciones). Porque el problema tecnológico central del Desarrollo sostenible es en nuestros días su cuantificación, nuestro Algoritmo local se refiere al diseño y cálculo de sostenibilidad de las estructuras ambientales afectadas; por ejemplo, las estructuras cinegéticas.

Avanzar hacia el progreso

¿Bajo qué Modelo, bajo qué Protocolo, bajo qué Algoritmo, se está manejando (ordenando y gestionando) hoy la caza en nuestra querida España? ¡Así nos va! Nuestros gobiernos firman en la ONU lo que haga falta; pero después ni se mojan ni gestionan ¿Qué hay del ODS 15? ¿Qué hay de la caza?

Nuestro Modelo general se refiere a la sostenibilidad del manejo aplicado dentro de un coto, en cada coto. Este manejo, a la vista de los resultados numéricos del algoritmo, puede resultar ser más o menos sostenible e integrador, y puede estar hoy más o menos alejado del estado de desarrollo ideal pretendido. Intencionalmente hablamos de la sostenibilidad del manejo mismo de un espacio, del verdadero camino hacia el Desarrollo sostenible. Hablar de sostenibilidad en otros sentidos (sostenibilidad de cualquier valor, uso o recurso, sostenibilidad de la caza, sostenibilidad económica, social…) suele ser un mero trampantojo.

El empleo abusivo del término sostenibilidad, por parte de quienes se apuntan siempre a la moda, sin crearla nunca, ha terminado vaciándolo de su auténtico contenido. El problema ahora es recuperar su genuino sentido y desarrollar su propia tecnología; ir desde lo cualitativo (pensamiento y dialéctica) hasta lo cuantitativo (cálculo, obra y experimentación), para contribuir a alcanzar el desarrollo sostenible pretendido: establecer una verdadera tecnología de la sostenibilidad al servicio del campo, al servicio de nuestros agrobiosistemas reales y de sus gentes. La caza debería recentrarse, con seguridad en sí misma, y sin ceder ante trampantojo alguno; la sociedad, la ecología y la economía exigen una profunda renovación en sus perspectivas dialécticas que, día a día, están quedándose a cada vez más obsoletas. Necesitamos gentes jóvenes, con empuje y generosidad, a los que hay que urge abrir la puerta de par en par.

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