La Ronda (II)
De Ronda en la sierra de Murcia con Pulsar Accolade XP50
Actualizado
Después del profundo e interesantísimo reportaje que describía, con la magistral y exquisita pluma de Alfonso Marín, la tradicional modalidad de caza conocida como ronda, y que publicamos el pasado jueves, hemos aprovechado la excepcional oportunidad que nos ha brindado este experimentado cazador de acompañarle en una de estas fascinantes noches de caza al jabalí con perros y cuchillo.
Para documentarlo de la mejor manera, nos pertrechamos con nuestras habituales cámaras de vídeo, pero Makers&Takers, sabiendo que la noche en el monte se caracteriza por una falta total de luz, nos ofreció la opción de equiparnos con su binocular térmico Accolade XP50, la última apuesta de la contrastada firma especialista en tecnología térmica Pulsar.
Como pudimos leer en el artículo citado, la ronda es una caza de oído. Lo comprobamos nada más realizar la suelta de los impresionantes perros que Alfonso eligió para esta noche de caza. La vista no recibe ningún tipo de información de lo que nos rodea. Incluso resulta Harto complicado caminar sin tropezar con lo que el monte va poniendo a nuestro paso.
En cambio, el oído nos avisa de todo. Ya nos lo adelantaba el cazador cuando nos dirigíamos al cazadero: «Hace una noche estupenda para rondar. No sopla viento, la temperatura es fresca. Si hace mucho viento, mejor no salir. No oyes las ladras, los perros no se oyen entre ellos, ni te escuchan cuando los llamas para recogerlos».
Nada más cierto. Pocos segundos después de comenzar la cacería, Alfonso detiene el paso y nos apremia a hacer lo mismo. «Escucha, ¿lo oyes?». Al principio nos cuesta, pero pronto llega a nuestros oídos el leve sonido de una ladra. «Han dado con una piara», nos avisa Alfonso. «Vamos a esperar a que separen a los jabalíes». Esto resulta de gran relevancia. Las hembras y los jabalíes más grandes harán piña ante los 13 perros que los cazadores han soltado.
Perros blancos, valientes y que cazan en equipo
Todos ellos tienen varios elementos morfológicos en común, pero uno que se percibe nada más observarlos: la predominancia de un manto de color blanco debido a una preferencia personal del cazador, que también es veterinario.
Este cazador especializado en la caza del jabalí sin armas considera prioritario contar con perros completos. Nos comenta que conseguirlos resulta más complicado: «A mí, lo que más me agrada es tener perros completos. Es más difícil llegar a tener perros completos que perros especialistas. El resultado puede ser igual de bueno, pero el perro completo te ofrece más registros. Por ejemplo, si solo tenemos un perro especialista de los conocidos como «punteros», si le ocurre algo antes de la caza, la jornada se acaba antes de haber comenzado, porque de poco servirá salir tras los jabalíes. O, de la misma manera, si cuentas con excelentes perros especializados en el agarre, que no se separan de ti durante la ronda, por sí mismos no van a llegar al jabalí».
Preguntamos a Alfonso qué entiende por perros especialistas. La conversación va adquiriendo más y más interés a medida que avanza: «El perro especialista es aquel que tiene un cometido y que lo hace bien: por ejemplo, encontrar caza, ese es el perro puntero. Sin ellos no hay ronda, porque son los encargados de localizar al jabalí, avisar que está localizado y hacer todo lo posible para pararlo. Los punteros son perros que localizan, pero que no agarran. El puntero que no agarre es el mejor perro especialista que puede existir. No lo va a herir ningún jabalí.
»De igual manera, tenemos a los perros de agarre. Estos perros, si no se dedican a localizar, a recorrer el monte, cuando llegan al jabalí lo hacen descansados, con la fuerza necesaria para cumplir en el agarre. Y qué decir de esos perros que forman el equipo perfecto, es decir, que según van llegando al agarre, van mordiendo una parte del cochino determinada hasta inmovilizarlo.
»Para mí, lo ideal es conseguir un equipo en el que los perros cumplan con su cometido. Pero los peros, como seres vivos que son, no son máquinas».
En cuanto a razas, son muchas las que sirven para la caza del jabalí. Alfonso ha ido seleccionando sus perros desde hace muchos años. Nos lo resume: «La persona con la que empecé a cazar hace ya décadas, llevaba a sus galgos para correr la liebre. Pero cuando se hizo mayor y le operaron una cadera, los galgos los pasó a la caza del jabalí. Compró una pareja de dogos argentinos y comenzó un trabajo de cría con ambas razas. Aquellos perros se fueron cruzando con podencos, con otros cruces, y recuerdo que eran perros muy buenos.
»Con esos cruces vas obteniendo perros con unas cualidades y características propias. Por ejemplo, del cruce de galgo y dogo resultaban perros mudos. Es lo más normal, porque ambas razas no se caracterizan por latir cuando persiguen a las piezas para las que fueron creadas.
»Aquellos fueron los principios. A partir de ahí, el perro con determinadas cualidades se incorporaba a la línea de cría. Con eso, un dogo argentino y algunos cruces de esta raza, hemos ido formando el equipo de perros de ronda.
»Particularmente, opino que para la ronda y para la batida no se necesitan perros que cacen largo, que se alejen demasiado, ya que, por ejemplo, en la ronda, debes escuchar los sonidos de los perros para acudir cuanto antes al agarre».
Acudir cuanto antes al agarre
Alfonso continúa hablándonos de esta apasionante modalidad de caza: «Esto es algo imprescindible. Sobre todo, por asistir a los perros en el menor tiempo posible. Hay agarres que requieren una intervención rápida, ya que por estas sierras se han cazado ejemplares terroríficos, de más de 140 kilos y unas navajas enormes».
Alfonso recuerda una ronda que vivieron el pasado año, en la que un jabalí hirió mortalmente a dos de sus mejores perros. Aquel animal pesó 140 kilos.
Por eso a este cazador no le agradan demasiado los perros que se alejan mucho. Porque retrasan irremediablemente la llegada del cuchillo. Algo que no debe suceder pensando también en ahorrar sufrimiento al jabalí, pieza respetadísima por estos cazadores: «El jabalí es un animal extraordinario. Si no fuera por el abuso en su caza, las jaulas trampa, el carrileo, el furtivismo… disfrutaríamos de su caza de manera plena».
Todo esto lo pudimos comprobar durante las siguientes horas, en las que estos cazadores hicieron gala de unas piernas muy rápidas y ágiles, así como de una capacidad casi sobrehumana de moverse en una total oscuridad (aquella noche no había luna), solo guiados por el sonido de sus perros y, en contadas ocasiones, por los collares Gps que ese mismo día estrenaban tres de estos canes.
Alfonso no tiene armas de fuego. Caza sólo con perros y cuchillo. Este cazador murciano recuerda la primera vez que fue a cazar. Fue en una batida. Desde una zona alta pudo asistir a un agarre en sus mismos pies. Nos lo cuenta: «Fue una cochina buena de 80 o 90 kilos. Si te gustan los perros y tienes la oportunidad de ver esto, estás perdido. Aquella fue mi perdición».
Momento de callar, momento de cazar
Cuando llegamos al cazadero termina la conversación. Nos habíamos quedado en la primera ladra de la noche. Alfonso nos explicaba que los jabalíes estaban defendiendo a los más jóvenes de la piara, y los perros estaban trabajando duro para dispersarlos. Las ladras así lo delataban. Pocos instantes después, los ladridos se atenúan hasta prácticamente desaparecer, y pasamos a escuchar a un cochino. Es el momento de sacar todo el partido a nuestras piernas y pulmones. Intentamos seguir de cerca a los cazadores y en pocos minutos estamos en mitad de la escena de caza más intensa que hemos presenciado.
Todo lo hablado se resumen en el agarre que tenemos frente a nosotros. Unos perros ladran sin agarrar, otros han ido colocándose en distintas partes del jabalí, mordiendo e inmovilizándolo. El cazador se apresura a rematar al animal con una presteza y habilidad encomiables. En apenas unos segundos, todo ha acabado.
Visión térmica: ver y grabar en la oscuridad
Durante la ronda, tuvimos muy poco tiempo para hacer uso de las cámaras de grabación. Los lances se produjeron en muy poco tiempo, como así exige esta modalidad. Además, la total oscuridad de una noche sin luna también limitó mucho nuestras posibilidades.
Pero haber podido hacer uso del Binocular Térmico Pulsar Accolade XP50 fue un factor que nos hizo aprovechar al máximo esos segundos en los que perros y jabalíes nos brindaron unos duelos irrepetibles.
Al echarnos el binocular a los ojos, el monte se nos revelaba como nunca antes lo habíamos contemplado. Elegir una entre las distintas opciones a la hora de calibrar la visión térmica responde a unas circunstancias concretas, pero también a cuestión de gustos. Nosotros grabamos y realizamos fotografías con varias de ellas, como el clásico White Hot, el Hot Black, muy indicado para el uso de detección de animales en la noche, como es el caso, el Monocromo Rojo, muy llamativo, el Sepia, que es el más aconsejado para observar a largas distancias, el Red Hot, Rainbow, Ultramarine y el Violeta. Un total de ocho opciones que es mejor que experimentes. Te dejamos este vídeo para que puedas hacerte una mejor idea de las posibilidades de las distintas opciones de visión.
Escudriñar lo que te rodea sumidos en una total oscuridad y distinguir matices en una resolución muy buena (640x480 píxeles) es algo que hay que probar por uno mismo. Destacamos detalles muy relevantes, como observar a los cazadores moviéndose por el monte, cómo los perros cruzaban por delante de ellos, o haber podido grabar la forma en la que los perros luchaban con los jabalíes a través de la visión térmica.
A pesar de que cuenta con un campo de detección de hasta 1.800 metros, no pudimos probarlos a distancias tan lejanas. Pero sí jugamos con los aumentos (de 2,5 hasta 20x), que se regulan de manera muy cómoda e intuitiva, al encontrar todos los mandos al alcance de los dedos índice y corazón de ambas manos, mientras que el resto queda libre para sujetar el binocular.
El grabado de vídeo e imagen (fotos) permite inmortalizar esos momentos mágicos, pero además podremos compartirlos en vivo en Internet gracias a la posibilidad que nos brinda de conectarlo al móvil o a una tableta. Con la aplicación Stream Vision podremos utilizar el móvil como control remoto del binocular.
Componentes electrónicos
- Frecuencia de cuadros: Hz 5.
- Resolución en píxeles: 640x48.
- Tipo de visualización AMOLE.
- Disponibilidad de grabadora de video incorporad.
- Memoria incorporada: 8 Gb
- Formato de video clip: .av.
- Formato de archivos de fotos: .jp.
- Resolución de archivos de fotos: 640x48.
- USB
- Módulo de Wi-Fi integrado
Características ópticas
- Ampliación: x 2..
- Zoom digital: x 2x; 4x; 8.
- Objetivo: F50 / 1..
- Pupila de salida: 5 mm
- Ajuste dióptrico: ± .
- Distancia de primer plano: 3 metros
- Rango de detección: 1.800 metros
- Fuente de alimentación: V 3.0 - 4..
- Tipo de Batería B-Pack (Li-ion.
- Duración de la batería: 7 horas
- Fuente de alimentación externa 5V - USB
Características físicas y operacionales
- Temperatura de funcionamiento: -25 +50 ºC
- Nivel de protección (según IEC 60529): IPX.
- Impermeabilidad
- Dimensiones: 164x130x64 mm
- Peso (sin pilas): 0.6 kg