El epagneul bretón
El más extendido de una variada familia de epagneuls, el bretón reúne todas las virtudes que se puedan nombrar en cuanto a la caza de la codorniz. Con un equilibrio excelente entre su velocidad en galope y su capacidad para localizar a esta pequeña gallinácea, destaca por ser un perro muy efectivo a la hora de encontrar caza.
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Estamos ante un can trabajador, que demuestra una gran constancia en esas jornadas en las que las capturas escasean y en las que se hace más necesario que nunca un buen perro encontrador de caza.
Con una búsqueda ordenada y adaptada a su entorno, fiable y seguro en las muestras y con una capacidad de cobro excelente, siempre intentando agradar a su propietario, el bretón logra contagiar esa alegría que le caracteriza a quien disfruta de su trabajo en el campo.
Manuel del Névalo, enamorado del bretón desde hace más de 40 años, comparte a continuación con nosotros esa experiencia acumulada a través de décadas cazando, criando y adiestrando bretones.
40 años junto a bretones
Manuel del Névalo
El epagneul bretón hace gala de un movimiento eléctrico, muy plástico, que contagia esa manera de disfrutar de su trabajo a todo aquel que lo contempla. Mantendrá esa búsqueda alegre aun cuando lleve mucho tiempo sin tocar emanación alguna, y eso es lo que me cautivó de la raza. Fue mi abuelo quien me regaló una bretona cuando yo era un niño. Cuando vi cazar a esa perra, la alegría con la que se movía, quedé cautivado por el bretón. Hace ya más de 40 años de aquello.
Me gustaría comenzar hablando de la raza. No podemos destacar las cualidades de un edificio sin conocer cómo ha sido construido y con qué materiales. Estamos ante una raza de origen francés, pero que se ha ganado el afecto y el reconocimiento de los cazadores de todo el mundo debido a su carácter dulce y afable, que demuestra tanto hacia su propietario como con el resto de la familia y con otros perros.
Originario de la Bretaña francesa, el bretón nació como perro de caza de conejos, especie abundante en la zona, pero pronto se especializó en la caza de aves, sobre todo de la becada.
Adaptable a cualquier entorno
A su difusión internacional también ha contribuido que se trate de una raza fácilmente adiestrable. Es equilibrado y de temperamento muy tranquilo cuando está en casa. Con un adiestramiento adecuado, le convertiremos en un gran perro en cualquier terreno en el que cacemos. Hablando de media veda y de la codorniz, cuenta con unas aptitudes excelentes para cazar en rastrojos, en lindazos, en monte. Con un buen entrenamiento, el bretón se adapta a cualquier terreno en el que le metamos a cazar.
Enérgico y elegante tras la codorniz
En el acercamiento a la caza se convierte en un perro muy eficaz. El bretón es muy inteligente, y llevará a cabo siempre una búsqueda de una manera metódica. No es un perro mecanizado. Esto le lleva a adaptarse al entorno que pisa para cazar de una forma muy efectiva. En la búsqueda, su porte de cabeza estará por encima de la línea dorsal para que le lleguen las emanaciones directamente, buscará la correcta dirección del viento, retomándola para entrar a la emanación contra ese viento que le llega.
Ante la codorniz, el bretón es un verdadero espectáculo. Demuestra una toma de vientos muy eléctrica. Pasa de un galope enérgico y continuo, con ese alternar rapidísimo de movimientos recogidos y ese elegante porte de cabeza alto, a una muestra inmóvil, con todos los músculos tensos, temblando por esa enorme tensión.
Llega el momento de la guía. Aquí debemos haber completado un buen adiestramiento para, cuando se lo pidamos, ya sea con la voz, un chasquido de dedos o con un leve toque en la espalda, el perro avance de manera cautelosa hacia el origen de esa emanación: la codorniz. Cuando la cercanía con la pieza es ya crítica, el perro no avanzará más, y aquí, como criador y como adiestrador, siempre recomiendo que, sobre todo ante perros jóvenes, seamos nosotros los que levantemos la codorniz. Pisamos con cuidado el pasto, el lindazo o la mata para provocar su vuelo. Si no se levanta, volvemos a ordenar la guía, porque el ave habrá apeonado.
Crono I del Névalo.
Hinca del Névalo.
Un ave que solo vuela como último recurso
Es algo que me gusta mucho de la codorniz en media veda. Suelen apeonar muchísimo, poniendo en verdaderos apuros a los perros, que deben echar mano de sus mejores cualidades para resolver algunos de estos lances. Por eso siempre digo que la codorniz en media veda es la mejor escuela para los perros jóvenes. En el rastrojo, se moverá entre los cañones cortados de paja con gran agilidad y a buena velocidad. De igual manera se escurrirá en los ribazos. Marcará lugares con su olor tras haberse inmovilizad en ellos, confiando en su capacidad de mimetismo, porque para la codorniz, el vuelo es el último recurso de huida.
Luz del Névalo.
Volga I del Névalo.
El tamaño, otra ventaja de la raza
Esta raza se ha convertido en una de las mejores opciones para el cazador actual. Parece diseñado para la vida de ciudad moderna. Su reducido tamaño y su carácter alegre le están llevando a convivir con cazadores de incontables ciudades del mundo.
En los machos, el estándar exige una altura a la cruz de entre 48 y 51 centímetros, con un centímetro menos en las hembras. Su cuerpo tiene forma de cuadrado, con un físico armonioso, osamenta sólida. Su imagen es la de un perro robusto, compacto, a la vez que elegante, con una expresión viva e inteligente.