La caza y los medios de comunicación: José Ignacio Ñudi

Nuestros compañeros de Cazaworld publicaron el pasado diciembre un espléndido trabajo en el que, después de contactar con diferentes responsables de medios de comunicación cinegéticos, hablan sobre la imagen que la caza tiene en la sociedad actual. Lo que viene a continuación es la entrevista a José Ignacio Ñudi, exdirector de Trofeo.


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—¿Cómo cree que ha evolucionado el medio que dirigió y cómo lo definiría?

—Trofeo nació en 1970 como revista especializada en caza, pesca y otros deportes al aire libre como el golf para ese público emergente que demandaba información especializada de su actividad. En 1993, Trofeo se dedicó en exclusiva a la caza, tanto nacional como internacional. Evolucionó como toda la prensa de la época, o sea, páginas a todo color, mejores fotografías y una información cada vez más especializada en todas sus materias: armas, legislación, gestión, puesto que el lector de caza estaba cada vez más preparado.

—¿Qué valoración cree que tiene la sociedad actual de la caza?

—Muy negativa.

—¿Cree que la imagen que tiene la sociedad de la caza ha cambiado? Si es así, ¿cuáles podrían haber sido los motivos?

—Es cada vez más negativa porque la sociedad es cada vez más urbanita y alejada del verdadero mundo rural, visto ahora como una postal idealizada y sacralizada que el cazador perturba matando a los animales por puro placer.

—La imagen de la caza que se da por las redes sociales (RRSS), ¿cómo la valoraría en términos generales?

—Las redes sociales, quizá por el anonimato y su fácil acceso, se ha llenado de radicales que critican, siempre con el insulto y nunca con argumentos, cualquier cosa que se salga de lo políticamente correcto, y como la caza está denostada por nuestra sociedad, las críticas que recibe son demoledoras.

—¿Cómo valoraría la imagen que se transmite a través de medios tradicionales como son los impresos?

—A priori, los medios impresos deberían ser menos agresivos contra la caza porque son más proclives al debate y la reflexión, pero no es así. En general, los medios impresos, ahora en crisis, son los que, con noticias sensacionalistas, falsas, fuera de contexto y malintencionadas, han contribuido a través de muchos años a que la caza sea una actividad retrógrada e injustificable.

—La imagen que tiene la sociedad de la caza y del cazador, ¿cree que es producto de lo que se ofrece a través de las RRSS y los medios tradicionales? Si no fuera así, ¿a qué cree que se debe esa imagen?

—Por supuesto, ese bombardeo constante en los medios tradicionales, intensificado ahora por las redes sociales, ha conseguido que la caza no esté bien vista.

—¿Cree oportuna una defensa activa de la caza o no es necesaria?

—Es oportuna pero muy complicada porque la sociedad es cada vez más urbana complica modificar su imagen para bien.

—La imagen de la caza en la sociedad, ¿puede llegar a convertirse en un concepto ampliamente respetado? ¿Cómo podría lograrse esto?

—Es difícil y complicado porque la vida en la ciudad, en el asfalto, hace muy difícil entender una actividad que consiste, según la imagen de ese ciudadano, en que un hombre, que no necesita la carne animal ni a los animales para sobrevivir, los mate por puro capricho y diversión.

—Cualquier valoración que quiera añadir sobre los conceptos caza, imagen, sociedad, medios de comunicación, etc.

—Los medios de comunicación se erigen como auténticos jueces y critican todo aquello que ellos mismos han desautorizado. Es la pescadilla que se muerde la cola. Y así es muy complicado imponer otro discurso. Además, la caza es una pasión inexplicable y muy personal, que implica la muerte de animales, hoy sacralizados por muchas razones. Quizá peco de pesimista, pero veo complicado luchar contra esta tendencia anticaza. Por muchas razones que demos, al final el urbanita, cada vez más abundante, no entiende que un hombre armado vaya por ahí matando animales, o toros, sin estar en juego su supervivencia. Por mucho que lo expliquemos, no lo entienden porque les falta ese contacto real con el campo y esa pasión por cazar que muchos tenemos. En su prólogo al libro Veinte años de caza mayor, Ortega dijo que la caza fue la primera ocupación del hombre. El urbanita dirá que sí, pero que ya no es necesaria para la supervivencia, y por tanto debería prohibirse. Y nunca aceptará, porque no es cazador, que la caza sea una pasión que además ayuda a conservar la naturaleza. Y todo este proceso comienza por respetar lo que siente otro semejante, y eso cada vez pasa menos, por mucho que presumamos de demócratas respetuosos.

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