La importancia de tirar con los dos ojos abiertos

De las múltiples preguntas y consultas que recibimos hay una que se repite casi a diario, clara prueba del interés y preocupación que despierta entre los cazadores y tiradores de nuestro país; me estoy refiriendo a la inquietud que provoca en el tirador el hecho de tirar con los dos ojos abiertos o con uno cerrado.


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La aplicación de la visión binocular en los últimos tiempos parece que es un punto técnico del tiro que está de moda a tener en cuenta por el interés que despierta entre los tiradores; en muchas ocasiones recibimos cartas de cazadores a los que algún amigo o tirador les ha formulado la siguiente pregunta ¿tú tiras con los dos ojos abiertos?, porque si no lo haces no tienes nada que hacer como tirador. Esta afirmación me parece totalmente fuera de lugar, primero porque no es cierta, ya que han existido auténticos campeones de tiro en distintas disciplinas los cuales disparaban con un ojo cerrado y en segundo lugar como veremos más adelante, no se le puede dar de forma arbitraria a todo el mundo el consejo de que tire con los dos ojos abiertos, ya que no todos los tiradores están preparados para ello.

¿Tú tiras con los dos ojos abiertos?

En nuestro comportamiento de la vida cotidiana podemos observar como para apuntar o señalar cualquier objeto con nuestro dedo nunca se nos ocurre cerrar un ojo para apuntarlo correctamente, cosa que no ocurre en cuanto cogemos una escopeta en nuestras manos. Esta costumbre está provocada normalmente por los consejos que hemos recibido al realizar nuestros primeros tiros, en los que siempre se nos ha dicho: «cierra un ojo apunta bien y dispara».

En los sondeos que he realizado intentando encontrar el origen del porqué cerrar un ojo, una de las causas más convincentes que he encontrado proviene de la época que se tiraba con escopetas de chispa (avancarga) en la que se solía cerrar un ojo para protegerlo de la pólvora del disparo y de esa forma una vez que se producía la explosión abrirlo para poder ver dónde caía la perdiz o el conejo abatido, cosa que no se podía hacer con el ojo con el que se había disparado ya que en muchas ocasiones éste quedaba cegado por la explosión de la pólvora del disparo.

Si este es el verdadero origen parece mentira que todavía sigamos cerrando un ojo, o aconsejándolo hacer a los que empiezan, teniendo en cuenta las características de las armas actuales.

Todos los comentarios que haremos a continuación están enfocados para tiradores diestros, los tiradores zurdos deberán interpretarlos al revés.

Cuando cualquier persona señala un objeto como en este caso el objetivo de nuestra cámara lo hace con la mayor naturalidad manteniendo los dos ojos abiertos. Siempre que se pueda debemos hacer lo mismo cuando señalamos el punto sobre el que queremos disparar con el punto de mira de nuestra escopeta.
Todo parece apuntar a que el tiro de caza con armas de avancarga, fue el que indujo a la práctica del tiro de forma monocular, por la necesidad de mantener un ojo cerrado para preservarlo de la explosión de la pólvora y así poder mantener después del disparo la visión al menos de un ojo y poder observar donde caía la pieza abatida.
Es muy recomendable que desde pequeños acostumbremos a nuestros hijos a que practiquen el tiro manteniendo los dos ojos abiertos, siempre que previamente hayamos comprobado que su ojo director coincide con el pómulo de apoyo de la escopeta.
Entre las principales ventajas que podemos experimentar cuando tiramos con los dos ojos abiertos esta el no reducir nuestro campo visual, tener en cuenta que cuando cerramos un ojo estamos reduciendo nuestro campo visual en un 25% aproximadamente, porcentaje muy alto y que nos dificultará enormemente la posibilidad de hacer dobletes sobre todo cuando la segunda pieza se encuentre en la zona de la visibilidad aportada por el ojo cerrado.
Otra ventaja que nos ofrece la visión binocular es la de poseer la capacidad de medir distancias cosa que resulta imposible con un ojo cerrado. El cálculo de a qué distancia se encuentra la pieza que vamos a abatir es fundamental a la hora de calcular el adelanto sobre ella.
Otro factor importantísimo del que podemos ayudarnos en el tiro manteniendo los dos ojos abiertos es el emocional, pensar que el hecho de cerrar un ojo aumenta notablemente nuestra sensación de inseguridad y por lo tanto de estrés, terrible enemigo del cazador y del tirador en el momento de realizar sus disparos.
Con esta imagen vemos claramente la diferencia de perspectiva con la que se ve la escopeta desde el ojo derecho y desde el ojo izquierdo, cuando disparamos sobre la pieza nuestro cerebro ve las dos imágenes pero de forma instintiva utiliza la que su ojo director le manda.
En esta fotografía podemos observar la imagen dominante que ve una persona que tiene como el ojo director el derecho y que además es diestro, es decir, que apoya la escopeta en el hombro derecho. Como podéis comprobar el punto de mira señala perfectamente el lugar donde impactarán los perdigones una vez efectuemos el disparo, sin ningún tipo de desviación.
Por el contrario en esta imagen que es la que ve con mayor dominancia un tirador con el ojo izquierdo director siendo tirador diestro, podemos apreciar claramente cómo el punto que señala el punto de mira y el que indica la dirección de los cañones es diferente. Cuando esto ocurre los tiros siempre se irán hacia la izquierda con respecto al lugar señalado por el punto de mira.
Hay muchas formas de averiguar cuál es el ojo director de una persona pero una de las más sencillas es la que vemos en la imagen, es decir haciendo un agujero pequeño en una hoja de papel y con los brazos estirados hacia delante pedir a la persona que nos mire a través del agujero con los dos ojos abiertos, para saber cuál es su ojo director bastará con observar cuál de sus dos ojos vemos a través del agujero de la hoja y ése será su ojo director.
Otro sistema algo menos fiable es pedir al tirador que nos haga una foto con una cámara observando cuál de sus dos ojos acerca al visor, siendo por lo general su ojo director.
Para poder dar una solución a aquellas personas a las que descubramos que tienen su ojo director cambiado existen tres fórmulas: una la que vemos en la fotografía, pero que no es la más recomendable. Acepto para aquellas personas que no quieran disparar con una visión binocular y que es la más drástica, es decir, la de cerrar el ojo izquierdo por lo que automáticamente pasa a ser director el derecho, ya que es el único que mantenemos abierto.
Un remedio mucho más técnico y eficaz ya que éste sí nos permite el poder disparar con los dos ojos abiertos aunque el director esté cambiado, es el de situar un pequeño parche en nuestras gafas de tiro en el lugar por el que nuestro ojo izquierdo (no director) capte la imagen del punto de mira. De esta forma manteniendo los dos ojos abiertos sólo veremos un punto de mira, es decir, el que ve nuestro ojo derecho y será con el que midamos los adelantamientos sobre la pieza.
Otra fórmula es la de situar nuestro punto de mira en el interior de un tubo de tal forma que sólo podamos ver la luz de éste a través del ojo que se encuentre alineado con el tubo como es el caso del ojo derecho, mientras que de esta forma el ojo izquierdo sólo verá el lateral de un tubo negro pero en ningún caso la luz del punto de mira.
La marca de visores Burris posee un visor con punto rojo denominado Fast-Fire que tiene la ventaja de que sólo se ve el punto rojo con el ojo del apoyo de la culata, además permite ver dónde va dirigido nuestro disparo, aunque separemos ligeramente la cara de la culata. En estos momentos este punto de mira está siendo sometido a un exhaustivo estudio en nuestra escuela de tiro, es muy posible que sea de gran utilidad para aquellas modalidades de tiro en las que se puede disparar encarado, como es el caso del foso, pichón, codornices y palomas a tubo, hélices o compak- sporting. Como se trata de un producto que para el tiro con escopeta se encuentra en estudio, no queremos afirmar, ni negar su eficacia hasta que nuestros técnicos se manifiesten sobre él.
Es posible que muchos de los que intentéis disparar por primera vez con los dos ojos abiertos tengáis una sensación rara de doble imagen con la consiguiente dificultad para precisar vuestros disparos, esto es normal y mi consejo es que sigáis intentándolo dando más importancia a la decisión del disparo que a la precisión del lugar exacto donde sitúen el punto de mira y de esa forma veréis como poco a poco resultará más fácil y como el numero de capturas en jornadas de caza irán aumentando.

Espero que estos consejos sean útiles y cuando matéis vuestra primera perdiz con los dos ojos abiertos os acordéis un poco de nosotros.

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