Control de depredadores

Tras una larga tramitación, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha aprobado el documento titulado ‘Directrices para la captura de especies cinegéticas predadoras: homologación de métodos de captura y acreditación de usuarios’. En este documento se fijan una serie de condiciones y requisitos para la utilización de ciertos procedimientos homologados para el control de depredadores.


Sin lugar a duda se trata de un importante avance en el conflictivo asunto del control de depredadores, y es el resultado de un largo proceso en el que vienen trabajado desde hace años distintas administraciones estatales y autonómicas en colaboración con los cazadores. Como cabía esperar, varios grupos ecologistas se han opuesto a su aprobación, argumentado que especies como el lince, lobo y otras protegidas corren el riesgo de caer en estas trampas. Afortunadamente, el proceso de homologación de estos procedimientos ha dejado bien claro que se trata de métodos selectivos y no masivos, de forma que permiten liberar a las especies que caigan en ellos sin daño. De lo que no se dan cuenta los grupos ecologistas opositores es de que el control de depredadores oportunistas (fundamentalmente zorro y urraca) es beneficioso para las especies protegidas, ya que al cazador se le permite hacer un necesario control de los predadores que diezman las piezas de caza menor de sus cotos, con unos procedimientos perfectamente controlados, evitando que se utilicen otros métodos no selectivos que antes sí ponían en peligro a las especies protegidas. En todo caso no podemos olvidar que el control de depredadores se viene realizando en todos los países con una normativa mucho más permisiva que la actualmente aprobada. Como pudimos comprobar durante el I Congreso Mundial sobre Trampeo organizado en 2008 por la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, y al que asistieron expertos de distintos países de la Unión Europea, así como de Estados Unidos, Rusia y Canadá, en otros países se permite la utilización de unos procedimientos y la captura de una serie de especies que aquí sería impensable proponer. La aprobación del documento con las Directrices para la captura de especies cinegéticas predadoras constituye sin lugar a duda un importante hito que demuestra que con voluntad se pueden hacer muchas cosas. Ahora nos toca a los cazadores demostrar que somos capaces de asumir la responsabilidad que implica la utilización de estas trampas.
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