El cruce de perdices se hizo mucho antes de lo que se dijo

En los años anteriores a la dictadura del militar Franco, los dueños de varias fincas importantes de España presumían de tener un sistema secreto para aumentar de manera monumental, pero artificial, las perdices de su coto.


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Unos y otros conseguían aumentar las producciones a base de robos descarados en los campos castellanos y otros que no sé y que estaban ubicados en toda España. Pero cuando el gran cazador Franco (dictador) tomó las riendas del asunto con inusitadas prisas, se compraron huevos en el extranjero sin desperdiciar los de las perdices robadas en toda España. Era un secreto a voces. Franco quería pulverizar todos los records del Mundo… y así fue… pero lo consiguió rapiñando perdices autóctonas en toda España y siendo el primer usuario masivo de la incubadora cinegética en toda Europa. No, no me atrevo a poner mundo debido a que tengo dudas, aun cuando si me refiero a la perdiz roja, seguro que acierto. Pero esas perdices autóctonas ya habían estado muy tocadas genéticamente utilizando las gallinas y los «hornos de adobe para tales menesteres» y he leído que en algunos conventos vendían gallináceas a punta pala. Dejémoslo aquí, que el tema no está documentado y tiene mucho intríngulis.

Pepe Lara, nacido en Madrid, comenzó su carrera en Jaén, allá por los años cincuenta, dentro del Patrimonio Forestal del Estado, trasladándose posteriormente a Quintos de Mora (Toledo), donde se le encomendó la repoblación forestal y una tarea especial: criar por primera vez perdiz roja en cautividad y en grandes cantidades con una prisa inusitada. Pepe reconocía la dificultad de aquel desafío:

«Realmente, sabíamos muy poco sobre la perdiz roja en aquellos momentos, porque en España nunca antes se había intentado criar perdices a la escala que se deseaba desde Madrid. Pero a mí no me asustaba nada y sólo pensaba en sacar a mi familia adelante».

Primero, se comenzó comprando en toda España huevos de nidos de perdiz y receptando: huevos, pollos y perdices silvestres cazadas con toda la sapiencia del furtivo, que es mucha y variada en lo que a la perdiz se refiere. Después, siguieron con métodos muy caseros, pero la solución consistía en matar depredadores y robar perdices en todas sus fases a través de la población rural para vendérselas a la dictadura, por lo que llevaron al campo la introgresión que después fue santo y seña. Pero el dictador pudo cumplir su sueño de matar en una partida 4.601 perdices. La matanza tuvo lugar en 1959 en Ciudad Real. Con esta matanza superó todos los records del mundo. EL PLURAL. L. RODRÍGUEZ Domingo, 7 de mayo de 2017.

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Origen de la perdiz roja

El origen de la perdiz roja se encuentra en el continente europeo, siendo la variedad más representativa en España, probablemente consumida ya desde época romana, según muestra el gastrónomo itálico Apicio en su libro de recetas De re coquinaria, escrito en el siglo I d.C.

En la Región de Murcia el consumo de esta ave queda reflejado en diferentes textos medievales recogidos en los trabajos de numerosos especialistas. Entre los más destacados se encuentran: El medievalista Juan Torres Fontes, Catedrático Emérito Honorífico de la Universidad de Murcia, que, en su artículo Estampas de la vida en Murcia en el reinado de los Reyes Católicos, hace referencia al valor que se le daba a las perdices con el siguiente comentario: «La perdiz debía de considerarse como alimento más selecto, porque cuando llegaba algún huésped distinguido a la ciudad, se le obsequiaba con gallinas, perdices, carneros, pan, vino y fruta». Así se hizo con doña María Hurtado, esposa de don Alonso Fajardo, hijo del adelantado Alonso Yáñez Fajardo, o durante la estancia en Murcia de Boabdil, el último monarca granadino, para quien tuvieron toda clase de atenciones».

También el profesor Torres Fontes, en su obra Ornitología medieval en Murcia, hace referencia al encargo que, durante el siglo XV, se le hizo a Pedro de Soto. Encargo de responsabilizarse de la guarda de «francolines y perdices en todo el reino de Murcia». Vicente Montojo, en su artículo El cuerpo de los pobres: solidaridad y discriminación, habla de los regalos que se otorgaron a comienzos del siglo XVI a las personas que acudieron a La Mesta entre marzo y junio de 1506: «A los que acudieron se les dio 3 arrobas de vino, 2 de harina, pescado, naranjas y pimienta; 4 arrobas de pan, 7 de vino, 2 arreldes de tocino, 11 y 1 libra de carnero, pimienta, cebollas, 1 arroba de manzanas, 22 conejos, 1 queso, 5 perdices y 2 pollos a las 9 personas que realizaron la visita de mojones en junio del mismo año».

Ángel Luis Molina, en La vida en Murcia a finales de la Edad Media, retrata una sociedad en la que la caza constituía la actividad necesaria para el consumo de ciertos animales. Así comenta que «la importancia de la caza es la venta de carne salvajina en los mercados murcianos, con precios controlados por el concejo, igualmente también es frecuente la venta de ciertas especies de volatería en los mismos lugares como palomas, palomas torcaces y perdices».

Otra referencia sobre perdices en la Región hace mención a la Isla del Barón en el siglo XIX y a la caza de estos ejemplares junto a conejos. Murcia digital

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Escasos,sesgados y dispersos estudios sobre la perdiz roja en España jamás auditados

Los escasos estudios publicados sobre huesos de aves en la península ibérica han llevado a la identificación de menos de novecientos restos procedentes de 38 yacimientos romanos. Corresponden a un número notable de especies, si bien la mayoría de ellas están representadas únicamente por entre 1 y 5 restos. La especie predominante con el 77% de los restos es la gallina (Gallus gallus), seguida por la perdiz roja (Alectoris rufa), la perdiz pardilla (Perdix perdix), la oca común (Anser anser) y la paloma bravía (Columba livia). Pedro González Redondo - Departamento de Ciencias Agroforestales. Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola. Universidad de Sevilla. Estudios Agrosociales y Pesqueros, nº 204, 2004 (pp. 179-203).

En Grecia, Hipócrates (siglo V a.C.) escribió sobre consumo de perdices y es de suponer que al igual que otras especies la perdiz estuviera sujeta a incubación artificial mediante uno de los variados métodos existentes dependiendo de las civilizaciones imperantes.

La perdiz roja ha estado mixturada y sometida a crías artificiales de forma sistematizada desde mucho antes de la conquista romana en el año 218 (a.C.). O sea: desde el comienzo de la Segunda Guerra Púnica, en la que los romanos volvían a enfrentarse a los cartagineses. No vinieron para liberar nada ni a nadie. No. Ni vinieron para dirimir algún conflicto. Que vinieron, eso sí, bajo una estrategia militar que maquillaron con la liberación de los pueblos oprimidos por los púnicos cuyos objetivos eran más pragmáticos ya que no fueron otros que los inherentes a dominar el oeste del Mediterráneo y, de paso, explotar los abundantes recursos naturales de parte de la península ibérica.

La perdiz roja

La perdiz roja (Alectoris rufa) es una especie de ave galliforme de la familia Phasianidae autóctona de Europa sudoccidental. Se extiende por Francia, la península ibérica y el noroeste de Italia, además de Córcega y las Baleares. Se ha naturalizado en el sur del Reino Unido, donde fue introducida como especie cinegética. También fue sustituida en el sudeste de Europa por su pariente muy similar, la perdiz griega (Alectoris graeca). Coincide en la parte norte de su área de distribución con la perdiz pardilla (Perdix perdix). WIKIPEDIA.

La llegada del nuevo ciclo al norte de Castilla y León reza mediante un dicho muy popular que dice así: «Marzo, nidarzo; abril, hueveril; mayo, pajarayo; y por san Juan, pajaritos a volar».

Este artículo muchos lo darán por sabido cuando no es así, es muy antiguo, pero copiando tal cual lo que me ha llevado mucho tiempo seleccionar, vengo a decir que si coinciden la meteorología y las fechas en un ecosistema, el comportamiento de las perdices es el mismo salvo el de los machos viejos que se dedican a la pelea y a estropear nidadas en todos los ecosistemas. Es más: todavía no sé a santo de qué está prohibida su caza en la mitad norte peninsular. Pues no se les decía nada y hasta se les protegía a quienes iban robando los huevos para que luego personas tales como el Caudillo o el Emérito y una larga lista de acólitos hicieran cazatas de verdadera vergüenza ajena.

Con esto de los confinamientos por la COVID19 sólo en Álava he podido comprobar los pares con mis propios ojos. Según lo poco visto pero muy comentado con cuquilleros de toda España, puedo decir que este ciclo ya está emparejado con excepciones de todos conocidas y antes citadas. Bueno, en Álava circulando por una carretera he visto faisanes y perdices aturdidas y despistadas a las orillas de los caminos. Esto, señores míos, caso de no tener los permisos pertinentes, es dar de comer a los zorros y demás depredadores y, de paso, cargarse a las autóctonas o raramente adaptadas pero genéticamente diferentes.

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Más sobre la antigüedad de una modalidad de caza ancestral y vocacional: la perdiz con reclamo

Los orígenes de la caza de la perdiz con reclamo se remontan a los tiempos prehistóricos (en el yacimiento de Tossal de la Roca se han encontrado restos de perdiz roja de unos 13.000 años de antigüedad). Desde los primeros tiempos la perdiz enjaulada ya servía de reclamo, y una vez que no servía para atraer perdices salvajes se usaba como alimento. Esta modalidad de caza prácticamente no ha evolucionado a lo largo de los siglos (sólo han cambiado las armas que se utilizan) y sigue siendo uno de los mejores ejemplos de la unión entre el cazador y la naturaleza. (Oficina Nacional de la Caza).

Hasta no hace mucho tiempo la práctica de esta ancestral, arraigada y tradicional modalidad de caza ha dado, cuando menos, mucho de qué hablar entre los cazadores andaluces. Pero de lo que no hay duda, es de que el arraigo de esta modalidad, conocida también como el cuco, es incuestionable.

Se trata de una modalidad basada en la tradición, que forma parte de la cultura de los pueblos y se practica según las costumbres transmitidas de padres a hijos, a los orígenes de la humanidad, siendo para los que la ejercitan una actividad puramente vocacional, fuertemente arraigada en la cultura de muchos cazadores de nuestras comarcas.

Si consultamos brevemente su historia, esta nos dice que los íberos y celtas cazaban perdices, y los pueblos que colonizaron la península ibérica tales como fenicios, cartagineses, griegos, romanos y árabes, también eran aficionados a la caza de perdiz con reclamo.

Así fue mencionada por Esopo (siglo VI a.C.), estudiada por Aristóteles (347-342 a.C), citada en la Biblia (Libro de los Eclesiásticos), reseñada por autores romanos como Plinio el Viejo (23-79 d.C.) y por Claudio Eliano (siglo II d.C.).

En defensa de esta práctica cinegética es necesario comentar que emplea procedimientos muy selectivos y nunca masivos, sus métodos de captura son conservadores y su práctica supone una reducida incidencia en la población de las especies capturadas.

Hasta no hace mucho, la caza de perdiz con reclamo se encontraba en una situación de alarma. Eran dos factores, los que hacían peligrar la continuidad de esta modalidad en los cotos andaluces. Por un lado, la Comisión Europea y su Directiva 79/409/CEE sobre la conservación de las aves silvestres, actualizada con la Directiva 2009/147/CE; y por el otro, la Ley 42/2007 de 13 de diciembre del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.

También había que atender a las consideraciones del Comité Ornis (Comité que se consagra a la adaptación al progreso técnico y científico de la Directiva Europea Aves). Este Comité se reúne periódicamente para discutir en común los problemas que puedan plantearse en la aplicación y en la práctica de la Directiva Aves en relación a los periodos de reproducción. La Directiva 79/409/CEE Aves, en su artículo 7.4, recoge: «Los Estados de La Unión Europea velarán porque las especies a las que se aplica la legislación de caza no sean cazadas durante la época de anidar ni durante los distintos estados de reproducción y de crianza».

Estos acontecimientos produjeron la movilización de la FAC para garantizar la preservación de esta modalidad de caza. Por todo ello, no había más elección que demostrar que la práctica de la modalidad del reclamo en ningún caso vulneraba ninguna legislación, ni europea ni estatal, y la única manera de demostrarlo era.

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Aplicar la ciencia a la caza

Por todo ello la Federación Andaluza de Caza, el Instituto Andaluz de Caza y Pesca Continental, la Consejería de Medio Ambiente, la Agencia de Medio Ambiente y Agua y la Cátedra de Recursos Cinegéticos y Piscícolas de la Universidad de Córdoba, aunaron esfuerzos y se pusieron a trabajar conjuntamente en la implementación de un ambicioso estudio que permitiera perpetuar el reclamo como modalidad de caza consolidada en futuras normas de carácter cinegético.

La finalidad de este estudio era el ajuste de los periodos de caza de la perdiz roja con reclamo de modo que no afectaran a su etapa de reproducción, haciendo así compatible esta actividad cinegética con el apartado 4 del artículo 7 de la Directiva 79/409/CEE, la Directiva Aves.

El trabajo de campo, necesario para estudiar, analizar y proponer los nuevos periodos hábiles de caza para el reclamo, se centró durante tres años en la realización de censos semanales, a través de más de 1.551 itinerarios por todo el territorio de la Comunidad Autónoma durante la primavera y comienzos de verano, registrándose la edad de los pollos avistados, para de esta forma determinar el periodo de reproducción de la especie en las diferentes Áreas Cinegéticas de Andalucía. Estas Áreas se determinaron teniendo en cuenta que conformaban unidades de territorio con características bioclimáticas más o menos homogéneas, ateniendo a la gran extensión de Andalucía. En cuanto a la superficie, de esas 900.000 hectáreas, 614.000 son de cultivos herbáceos extensivos (68%), que ha experimentado un incremento del (24%) respecto a 2014. (datos de 2016)

Para el comienzo del periodo reproductor el Comité Ornis se fija un criterio de 40 días antes del comienzo del periodo habitual de las primeras puestas de huevos en Andalucía. Por tanto conociendo la edad de los pollos avistados en campo se podía estimar la fecha de eclosión de los huevos, y a partir de esa fecha retroceder el periodo de tiempo necesario para cumplir con las determinaciones del comité Ornis, a fin de determinar las fechas del inicio del periodo reproductivo, a saber:

Periodo reproductivo (87/89 días) = Periodo de incubación (23/24 días) + Periodo de puesta (24/25 días) + 4 décadas prepuesta (40 días).

Mediante la metodología expuesta con anterioridad, la Federación Andaluza de Caza fue gratamente auxiliada por las sociedades de cazadores federadas que participaron altruistamente en este proyecto realizando 459 itinerarios de censo repartidos por todas las provincias andaluzas.

El resultado de estos trabajos consistió en determinar la fecha media del inicio de la puesta en base a la edad de los pollos observados en campo para cada Área Cinegética; para así, aplicar las determinaciones especificadas por Comité Europeo Ornis y poder articular las fechas más propicias para la práctica de la modalidad en Andalucía atendiendo a la variabilidad climática y topográfica del territorio. El resultado de este trabajo es el que hoy se refleja mediante la Orden General de Vedas de cada temporada con cuatro grupos de fechas bien diferenciados que agrupan a las distintas Ares Cinegéticas de Andalucía.

El reclamo, que hasta hace unos años estaba enfermo de gravedad, hoy en día goza de buena salud. Desde luego, hay que ser optimista al respecto, habida cuenta de que la ciencia nos ha dado la razón a los más de 34.000 cazadores que todas las temporadas llevan sus reclamos al campo y por eso debemos estar esperanzados. Un hecho cierto es que hoy en día el reclamo es una modalidad de caza totalmente reconocida por todos, incuestionable su arraigo y tradición, y que además —por fin— aparecerá recogida como modalidad de caza en el nuevo Reglamento de Ordenación de la Caza en Andalucía.

FEDERACIÓN ANDALUZA DE CAZA. Decreto 126/2017, de 25 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Ordenación de la Caza en Andalucía. FEDERACIÓN ANDALUZA DE CAZA. Viernes, 25 de noviembre de 2016.

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Munera (Castilla-La Mancha) y la caza: perdiz con reclamo macho

La modalidad de caza de perdiz con reclamo macho tiene mucha tradición en Castilla-La Mancha, así como en la zona de Munera y pueblos limítrofes, son muchos los aficionados que por estas fechas se echan al monte a oír los cantos de sus reclamos.

Esta modalidad de caza tuvo su origen en la Edad Antigua, pues ya en el siglo I, Plinio el Viejo hace referencia en su obra Historia Natural a la caza de la perdiz con reclamo en los puestos del alba.

En el siglo IV antes de cristo Aristóteles en su obra Investigación sobre Animales, también describe esta forma de caza. La Biblia también la recoge en su capítulo treinta que dice: «como perdiz de reclamo en su jaula es el corazón del orgulloso». En los tiempos griegos y romanos, también se practicaba esta modalidad porque existen mosaicos de esta época con una perdiz enjaulada.

También en el libro de El Quijote hay referencias a esta caza: «váyase usted señor hidalgo con su perdigón manso y su hurón atrevido».

Remontándonos a tiempos más cercanos allá por el año 1552, Felipe II, quien fue cazador de otras modalidades, publicó una ley que prohibía cazar con reclamo bajo multa de seis mil maravedíes y medio año de destierro. En la ley de caza de 1902 se prohibía la caza con reclamo, excepto al titular del coto. Como podemos ver este tipo de caza ha estado siempre discriminada, desde la Edad Media hasta nuestros días, aunque a través de la historia, los documentos y los vestigios existentes sobre los orígenes de esta modalidad de caza demuestren que se remontan a más de dos mil quinientos años atrás. Dentro de otros dos mil quinientos años no sabemos lo que pasará, pero seguro que seguirá habiendo sufridos cuquilleros saliendo al monte con sus reclamos para oír sus cantos desafiantes, y a las campesinas contestando al intruso invasor en su diálogo de enfrentamiento mutuo que con tanta pasión lo vive el verdadero cazador de perdiz con reclamo. Luis Víllora Martínez.

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El invento de las incubadoras

De acuerdo con los manuales de historia de la medicina, el inventor de las primeras incubadoras fue el francés Stéphane Tarnier, que en 1880 y mientras trabajaba en la maternidad de Port Royal de París diseñó una caja dividida en dos compartimentos: uno inferior con agua caliente y otro superior donde se ubicaba el niño.

La azarosa historia de las incubadoras

Aunque hoy nos parezca increíble, las primeras incubadoras, equipos diseñados para elevar y mantener la temperatura corporal de un recién nacido, no se utilizaron en seres humanos, sino en aves, o sea, en los pollitos acabados de salir del huevo. Por otro lado, las matronas, desde tiempos inmemoriales, habían alentado a las recién paridas a calentar a sus hijos con su propia piel y su aliento, pero los recién nacidos prematuros, o de bajo peso, se daban casi automáticamente por perdidos. Ni que decir que en aquellos tiempos las estadísticas de mortalidad infantil eran espantosas.

En 1857, en Burdeos, Francia, el médico Paul Denuce, copiando a los criadores de pollos, inventó una caja de latón de doble pared (el agua caliente se colocaba entre las dos paredes) para intentar salvar a los nacidos. En 1878, el ginecólogo parisino Stephane Tarnier da un gran paso al contratar a la criadora de pollos Odile Martin para que le fabrique una serie de incubadoras. No se conforma con esto sino que publica, años después, un estudio estadístico donde demuestra las grandes ventajas de las incubadoras.

Ya en 1891 Alexander Lyons, también francés, comenzó a fabricar incubadoras (couveuses) de manera industrial. Por una vez, los norteamericanos se retrasaron en la introducción de un descubrimiento médico y no es hasta 1898 cuando el doctor Joseph Delee comienza a utilizarlas en Chicago. Ya en la primera década del siglo XX el profesor Pierre Budin y el norteamericano Julius Hess comienzan a interesarse seriamente por los recién nacidos, creando, sin querer, la neonatología, pero entonces ocurre una de esas desgracias que ponen barreras al desarrollo. Chapple, utilizando la incubadora de Hess modificada, le añade oxígeno libremente y se desata una epidemia de retinopatía por hiperoxigenación que dejó ciegos a una gran cantidad de prematuros en diferentes lugares del mundo.

Pero el escándalo llegó con las ferias. Algunos doctores, buscando ganancias rápidas, comenzaron a llevar a sus prematuros dentro de las incubadoras a las ferias. El caso del doctor Martin Couney es antológico: desde 1903 hasta 1940 presentó su show, —«¡Pase, pase y vea a los recién nacidos en sus incubadoras!»— cobrando entre 10 y 25 centavos, en el Luna Park de la playa de Coney Island, en Nueva York. Y se llenaba su carpa, ¡y de qué manera!

Paradójicamente, estos espectáculos circenses salvaron a muchos prematuros (había padres y madres que llevaban a sus hijos a Couney), al extremo de que el doctor Couney podía presentar jóvenes ya adultos que habían estado muchos años antes en sus incubadoras de Coney Island. Y una curiosidad: durante varios años Couney tuvo contratado a un voceador («¡Pasen, señores, pasen!») llamado Archibald Leach que, con el tiempo, llegaría a ser la famosa estrella de Hollywood, conocido como Cary Grant.

Pero con la Segunda Guerra Mundial a las puertas, la mujer barbuda, el tragasables, el hombre de goma y el doctor Couney pasaron al olvido. En 1949 Pragel patentó la incubadora de traslado (portátil), se entendió bien la toxicidad por oxígeno, se estudiaron la fisiología y patología del recién nacido, y la tecnología eléctrica llegó a las incubadoras, que hoy son los sofisticados equipos multiusos que todos conocemos en nuestros hospitales.

Estamos ante una azarosa —y a veces escandalosa— historia, la de las incubadoras para recién nacidos de bajo peso.

La construcción, uso y patentó las incubadoras artificiales en Estados Unidos que datan de los alrededores de 1844… Fue el precursor de las incubadoras de hoy en día eficientes y a gran escala, que se usan para incubar huevos de pollos, pavos, patos y otros.

Se denomina incubadora al aparato cuya función común es crear un ambiente con la humedad y temperatura adecuadas para el crecimiento o reproducción de seres vivos.

Los principales tipos de incubadora son los que se utilizan en neonatología, las de uso en microbiología y las destinadas a la reproducción de especies ovíparas, incluyendo la producción comercial de huevos.

Otro tipo de incubadora es el utilizado para la producción comercial de alimentos, especialmente huevos y cría de aves, en lo que constituye un desarrollo artificial de la incubación natural.

Para obtener los mejores resultados, las incubadoras artificiales permiten un control automatizado y continuo de temperatura y humedad ambiental, mediante forzadores de aire, termostatos y temporizadores. Existen modelos de incubadoras con capacidad desde unas pocas docenas hasta miles de huevos.

Entre las especies que se producen en la mayoría de los países mediante procedimientos de ganadería intensiva se incluyen: gallina, pato, faisán, avestruz, y codorniz, cada una de ellas con tiempos de incubación y requerimientos de temperatura y humedad diferentes.

Las producciones a gran escala requieren incubadoras separadas para cría y para producción de huevos, ya que el manejo automatizado de la producción depende totalmente de la edad biológica de los huevos. FÉLIX J. FOJO, MD felixfojo@gmail.com ffojo@homeorthopedics.com GALENUS 54.

Los parámetros incubatorios de la perdiz son muy parecidos a los utilizados en la incubación de huevos de gallina, diferenciándose únicamente en el tiempo de eclosión del pollito, que en el caso de la perdiz se producirá después de los 23 días de incubación.

O sea, desde finales del siglo 19, se han podido estar incubando huevos de perdiz en España, unas del Estado y otras aquellos particulares que presumían de ello antes de oficializarse el tema. Dicho de otra manera, lo han podido estar haciendo en secreto dada la simplicidad técnica de las incubadoras que hoy las tenemos desde menos de CIEN euros en AMAZÓN con un tiempo de respuesta en los portes de dos días. GALENUS —54— FÉLIX J. FOJO, MD — felixfojo@gmail.com — ffojo@homeorthopedics.com.

Un buen hombre y un gran Doctor Ingeniero superior de Montes

El pasado 25 de agosto nos dejó una de las personas más influyentes en la caza de la España reciente: José Lara Alén, Doctor Ingeniero de Montes y antiguo Director del desaparecido ICONA (Instituto para la Conservación de la Naturaleza).

Pepe Lara, nacido en Madrid, comenzó su carrera en Jaén, allá por los años cincuenta, dentro del Patrimonio Forestal del Estado, trasladándose posteriormente a Quintos de Mora (Toledo), donde se le encomendó la repoblación forestal y una tarea especial (ESPECIALíSIMA): criar por primera vez perdices rojas en cautividad DE FORMA MASIVA. Pepe reconocía la dificultad de aquel desafío: «Realmente, sabíamos muy poco sobre la perdiz roja en aquellos momentos, porque en España nunca antes se había intentado criar perdices a la escala que se deseaba desde Madrid. Pero a mí no me asustaba nada y sólo pensaba en sacar a mi familia adelante».

El equipo que dirigió, entre los que se encontraban también Florentino Pérez, Octavio Arenzana y Benito Pérez, consiguió en un tiempo récord criar perdices en un número suficiente para abastecer a los que posteriormente serían los cotos sociales, que para Pepe eran fundamentales para responder a la demanda de caza de perdiz roja. Por ello, durante la redacción de la Ley de Caza de 1970, en la que intervino activamente, Lara trabajó para que dichos cotos «pudieran facilitar el ejercicio de la caza, en régimen de igualdad de oportunidades, a todos los españoles que lo desearan» (art. 18.1). Antes de la asunción de las competencias en materia de caza por parte de las Comunidades Autónomas, el Estado poseía más de 500.000 hectáreas de cotos sociales. (Obituario de ARTEMISAN a don José Lara Alén).

Don José Lara Alén (1933-2018): estandarte de gestión cinegética en España.

C. Sánchez García-Abad et al. ITEA (2009), Vol. 105 (3), 169-183 169

Una visión sobre la avicultura para la producción de caza en España

C. Sánchez García-Abad*, M.E. Alonso de La Varga, R. Prieto Martín, V. González Eguren y V.R. Gaudioso Lacasa

* Grupo de Producción y Gestión Cinegética, Dpto. Producción Animal, Universidad de León. 24071 León

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL SECTOR DE LA PERDIZ DE GRANJA.

Los inicios de la producción cinegética en España (1949-1959).

La crianza de aves de Caza no puede considerarse un hecho reciente en España (Pérez, 1981; Jiménez y Rodríguez, 2007), pero en lo que se refiere a la introducción de estos animales en sistemas de explotación propiamente dichos, hay que buscar los orígenes en la primera mitad del siglo XX. Algunas fechas son de interés en este capítulo: en 1928 se funda el Consejo Superior de Caza y Pesca y en 1951 se crea el Servicio Nacional de Pesca Fluvial y Caza (S.N.P.F.C.), órgano administrativo que a partir de 1970 pasaría a llamarse ICONA (Abella, 1973). Este servicio asumió la ordenación cinegética en nuestro país, lo cual incluía el impulso de programas de reproducción en cautividad de especies cinegéticas autóctonas y alóctonas (Muñoz, 1962). El S.N.P.F.C intentó imitar a la Office National de la Chasse (Francia) y The Game Conservancy Trust (Reino Unido), 170 C. Sánchez García-Abad et al. ITEA (2009), Vol. 105 (3), 169-183 organismos científicos que, junto con los ya creados en EE.UU., suponían la vanguardia en la gestión y conservación de los recursos cinegéticos del momento. Al igual que en los países más desarrollados del entorno europeo, la necesidad de producir Caza en España respondía a la regresión de las poblaciones autóctonas registrada durante el período de «entre guerras» (1919-1939). La perdiz roja (Alectoris rufa Linnaeus 1756), especie cinegética emblemática en la península ibérica, sufrió una fuerte regresión de sus poblaciones durante este período aumentando las repoblaciones

a partir de animales capturados en el campo (Silos, 1953), práctica que finalmente se consideró inviable. Al mismo tiempo la caza en ojeos se extendió en buena parte de los cotos de la mitad sur peninsular (Medem, 1997; González Redondo, 2004).

Una vez que la dotación presupuestaria para el Servicio comenzó a incrementarse

de forma casi exponencial (1960-1970), las fincas adquiridas por el Patrimonio Forestal del Estado y S.N.P.F.C. (Sánchez y col., 2007) se van convirtiendo en «Granjas y Centros de Aclimatación y Cría». El objetivo de estos centros es claro: repoblar aquellos entornos que habían perdido sus poblaciones originales e introducir especies alóctonas para incrementar la rentabilidad. De este modo, cada centro se especializa en una o en varias especies, quedando conformado el siguiente «mapa cinegético» según los datos de 1963 (Sánchez y col., 2007);

1. Los Quintos de Mora (Toledo). Granja de perdiz roja.

2. Lugar Nuevo (Jaén). Granja de colín de California (Lophortis californica, L.) y colín de Virginia (Colinus virginianus, L.).

3. Dodro (La Coruña). Granja de perdiz.

4. Perdiz roja, faisán (Phaisanus colchicus, L.) y ambas especies de colines. La falta de experiencias científicas en España sobre la cría de la Caza, y por ende la ausencia de profesionales experimentados, generó una doble problemática, sin embargo, el Ministerio de Agricultura encontró ayuda en los antecedentes del Consejo Superior de la Caza de Francia (Pringalle, 1957; Feuillet, 1960; Fol, 1961; Lucas, 1963).

5. Comienzan a formarse equipos multidisciplinares en los Centros mencionados (Veterinarios, Ingenieros de Montes, Biólogos, Guardas de Caza…), ya que sólo desde un trabajo en equipo podían obtenerse resultados aceptables, tal y como sucedió en Los Quintos de Mora.

6. Estos grupos de trabajo aplican los escasos estudios científicos que llegan a España e incorporan los sistemas de la producción animal de la época (González-Redondo, 2004; Sánchez y col., 2006). Los primeros frutos: el «boom» de las repoblaciones (1960-1969).

Los años sesenta son, sin lugar a dudas, un punto de inflexión para el sector cinegético español porque, tras más de diez años de trabajo, el sistema empieza a dar sus primeros frutos. De este modo y en apenas dos, tres años, Los Quintos de Mora, Lugar Nuevo y Dodro comenzaron a producir miles de aves que serían soltadas en distintos puntos geográficos. Según los datos del S.N.P.F.C. (1970) en el período 1965-1969 se habían producido 11.201 perdices, 22.632 colines y 2.253 faisanes. Quisiéramos destacar el éxito singular de Quintos de Mora, ya que las técnicas ensayadas y desarrolladas en la finca de Los Yébenes constituyen el origen de los cientos de granjas de perdices que existen actualmente en España (González Redondo, 2004). El trabajo realizado por José Lara (Dr. Ingeniero de Montes) Florentino Pérez y Octavio Arenzana (Veterinarios), entre otros, recogido en «La cría y cultivo de la perdiz roja» (1965), puede calificarse como C. Sánchez García-Abad et al. ITEA (2009), Vol. 105 (3), 169-183 171 uno de los éxitos más rotundos. Además, el equipo de Quintos se anticipó a la problemática de la crianza de la especie y su rendimiento en las repoblaciones, porque no sólo se idearon sistemas intensivos de explotación sino, también, semiintensivos en los que primó el desarrollo del comportamiento natural de la especie (Gaudioso et al., 2002). Tras Quintos, Lugar Nuevo y Dodro, el ICONA (Flores, 1979) desarrolla nuevas granjas en Toledo (Olías del Rey y Sevilleja de La Jara), Ciudad Real (Peñas Negrillas), Valencia (El Saler) y Cataluña (Torre Ferrusa, Esterri de Aneu), entre otras. Los Cotos Sociales (creados a partir de la Ley de Caza de 1970, B.O.E. del 6 de abril) presenciaron la suelta de la mayor parte de las perdices producidas en los primeros ciclos; según los datos del S.N.P.F.C., tras la liberación de perdices de «Quintos de Mora» en Sevilleja de la Jara (Toledo, 18.519 has) y Coto de las Anchuras (Ciudad Real, 12.261 has) las poblaciones autóctonas se recuperaron de forma satisfactoria en ambos enclaves (González-Redondo, 2004; Sánchez y col., 2007).

La crianza de colines de Virginia y California y el faisán son una realidad en 1963, ya que las granjas de Lugar Nuevo y Dodro comienzan a dar resultados satisfactorios. En principio, la introducción de estas especies alóctonas buscaba una diversificación del interés en las aves de Caza Menor (concentrada en la perdiz roja) y la revalorización de los cotos con nuevos atractivos venatorios. En lo que se refiere a los colines, los trabajos realizados en cautividad fueron positivos y se pensó que estas especies podrían adaptarse plenamente a los hábitats españoles. Pontevedra, Asturias, León, Guipúzcoa, Burgos, Huesca, Albacete, Sevilla, Jaén y Guadalajara, entre otras, recibieron cientos de colines desde 1963, realizándose una evaluación «satisfactoria» conjunta un año después (Calderón, 1964). Sin embargo, las primeras sueltas ya delataron que los colines son más aptos para su caza intensiva que para la repoblación, motivo por el cual la crianza parece detenerse unos años después, siendo mantenida testimonialmente en granjas cinegéticas ligadas a cotos intensivos y salvo contadas excepciones, no se registran poblaciones silvestres reproductoras (Díaz y col., 1996). El faisán sí consigue introducirse con mayor éxito, aunque sus poblaciones quedan limitadas a ciertas áreas del norte y noreste peninsular (Martínez, 2003) en las que se realizan periódicamente las sueltas y que reúnen las mejores condiciones de hábitat para la especie (especialmente al norte del Ebro). Por la bibliografía consultada (Calderón, 1964) creemos que el esfuerzo económico y técnico realizado fue mayor para los colines, si bien el faisán puede considerarse como la única ave cinegética introducida con éxito en España (Lucio, 1997; Ballesteros, 1998; Martínez, 2003), obviando las introducciones ilegales de codorniz japonesa. Ballesteros (1998) sugiere que esta faisánida debe seguir siendo conservada y gestionada en aquellos entornos que alberguen poblaciones reproductoras.

El régimen se involucra de lleno en los sistemas de producción de perdices utilizando tecnicas de mixturación que dejaron mucho que desear, pero la gente está acostumbrada a callar o a avasallar cuando tiene el triunfo en las manos. (las perdices fueron la gran pasión del dictador cuyo record no ha superado nadie nunca en el mundo …

A grandes rasgos, los sistemas de producción planteados, ya desde los primeros ensayos, son similares a los que existían en avicultura clásica para la producción del pollo de carne (Durigen, 1947), con la lógica salvedad de la utilización de voladeros y otras dependencias anejas para facilitar la posterior aclimatación al campo en las distintas modalidades de suelta. Los pioneros de estas producciones inciden en que los sistemas utilizados se diseñaron tomando como referencia la producción avícola española y la producción cinegética francesa. Los elementos básicos de aquellos sistemas son similares a los actuales (Calderón, 1964; Lara y Arenzana, 1965). Como sucede en la avicultura clásica, las características del sistema implican la inexistencia de los padres durante la crianza de los hijos. Según los resultados de Pérez 172 C. Sánchez García-Abad et al. ITEA (2009), Vol. 105 (3), 169-183 en perdiz roja (2006), este hecho incide de forma negativa tanto en el etograma de huída como en la supervivencia de los animales liberados si se compara con los individuos silvestres.

En los inicios (González-Redondo, 2004), la producción más extendida es de ciclo cerrado.

El destino de las aves producidas es en su mayoría la repoblación (acción que tiene por objeto incrementar el tamaño o la distribución geográfica de la población de una especie autóctona existente utilizando medios artificiales, UICN, 1998) y reintroducción (intento para establecer una especie en un área que fue en algún momento parte de su distribución histórica, pero de la cual ha sido extirpada o de la cual se extinguió, UICN, 1998). Para intentar incrementar el éxito de estas sueltas comienzan a ponerse en práctica técnicas de gestión cinegética (Lara y Arenzana, 1965), muy extendidas en la actualidad, consistentes en realizar intervenciones sobre el hábitat y los predadores naturales de las aves para reducir la mortalidad e incrementar la posibilidad de completar el ciclo vital por parte de los individuos liberados (Leopold, 1933; Peiró, 1997).

Las consecuencias de la industrialización y el ocaso de las poblaciones autóctonas (1970-2007). En este prolongado período, cuya duración alcanza casi cuatro décadas, suceden tres circunstancias claves para entender la situación actual del sector: los fuertes cambios registrados en la demografía española (iniciados ya en los años sesenta), la profunda transformación de los sistemas de producción agrícola y la diversificación de la producción de aves de Caza (Vargas, 2002; González Redondo, 2005). El abandono del Campo y el aumento del nivel de vida, y por tanto del tiempo libre y las actividades lúdicas, han generado una mayor demanda de Caza, incrementándose gradualmente el valor económico de las piezas y los entornos que las albergan (Bernabéu, 2000).

Unas aves se incorporan a la producción con fines cinegéticos, como la paloma bravía (Columba livia, L.) y la perdiz pardilla (Perdix perdix L.), mientras que otras van desapareciendo hasta hacerse casi inexistentes, como el caso de los colines (Rodríguez y Herrera, 1980; Martínez y Cimas, 1997; Ballesteros, 1998). C. Sánchez García-Abad et al. ITEA (2009), Vol. 105 (3), 169-183 173 A partir de los años ochenta se observa un descenso acusado en las poblaciones silvestres de perdiz roja (González Redondo, 1993; Aebischer y Potts, 1994) y codorniz (Saint-Jalme y Guyomarch, 1990). Esta situación se hace «dramática» en los años noventa para la perdiz y codorniz (figura 1), una vez que la Política Agraria Común (PAC) se encuentra implantada en el Campo Español (Vargas, 2002; Pérez, 2006). Para la mayoría de los autores, la PAC ha sido perjudicial para la Caza Menor en general, y las aves en particular, ya que se han eliminado fuentes de alimentación y refugio, elementos básicos para su reproducción (Leopold, 1933). La producción cinegética alcanza en pocos años el apelativo de industria y se confirma como un sector ganadero consolidado (Buxadé y Notario, 1997). Aparecen nuevos productos que diversifican la producción, aumentando el número de granjas de carne, huevos y reclamos (en la perdiz roja).

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Resumen de la cría en cautividad de la perdiz roja

Se analiza la evolución historia del manejo cinegético de la perdiz roja en España, destacando los cambios en los aspectos técnicos y la reacción social frente a dichos cambios, resaltando los conflictos sociales y ecológicos originados. Se han identificado cinco etapas históricas diferenciadas.

1) Caza de la perdiz como mera cosecha y las introducciones de perdices, sobre todo en el extranjero (hasta 1940).

2) Repoblación cinegética con perdices capturadas en el campo, sobre todo de regiones españolas escasamente perdiceras (1940-1965).

3) Inicios de la cría preindustrial de la perdiz roja (1950-1965), que origino técnicas de cría artesanal todavía usadas.

4) Primeras experiencias científicas (primera mitad de la década de 1960), que sentaron las bases para la producción industrial actual.

5) Expansión de las granjas cinegéticas de perdiz roja y proliferación de las repoblaciones con perdices de granja (1965-2004). Se concluye que manejo cinegético de la perdiz roja ha experimentado un proceso de ganaderizacion … Se ha analizado la evolución del manejo de la perdiz roja en España, destacando los cambios técnicos y las respuestas sociales a los mismos y mostrando los aspectos sociales y ecológicos. los conflictos se originaron.

Se concluye que la gestión de la caza de la perdiz roja se ha ido artificializando progresivamente.

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Una visión sobre la avicultura para la producción de caza en España

Resumen

Se aborda la situación de la producción de aves para la Caza en España. Para ello se analiza la evolución histórica del sector desde sus comienzos hasta la actualidad, realizando una descripción de los sistemas productivos propuestos en las distintas etapas, enumerando los logros y problemas más notables y ofreciendo datos relativos al número de granjas y cantidad de aves producidas. En líneas generales el sector ha evolucionado hacia la obtención de un gran número de animales aptos para su caza directa mediante sistemas de producción intensiva, distribuidos en la mayor parte de la geografía nacional. Sin embargo, han aparecido un gran número de alteraciones de potencialidades etológicas, ya que un elevado porcentaje de individuos producidos no son capaces de expresar patrones antipredatorios correctamente, lo cual dificulta la supervivencia en el medio natural de la mayoría de los individuos liberados y ponen en riesgo las poblaciones silvestres. En consecuencia, urge el desarrollo de nuevos sistemas alternativos de producción y semiextensivos, compatibles con las nuevas directrices de sostenibilidad, bienestar animal y fomento de la biodiversidad, con el fin de obtener productos diferenciados de calidad y alto valor económico, en nuestro caso aves capaces de integrarse y reproducirse en el medio natural. Una visión sobre la avicultura para la producción de caza en España.

C. Sánchez García-Abad et al. ITEA (2009), Vol. 105 (3), 169-183 169

C. Sánchez García-Abad*, M.E. Alonso de La Varga, R. Prieto Martín, V. González

Eguren y V.R. Gaudioso Lacasa

* Grupo de Producción y Gestión Cinegética, Dpto. Producción Animal, Universidad de León. 24071 León.

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El dictador Franco abatió más perdices que nadie batiendo todos los records del mundo aun no igualados por nadie.

RETRATO DE FAMILIA

1. La caza empezó en tiempos inmemoriales siendo privilegio de reyes, señores y caballeros. Lo que separaba a los ricos de los pobres, a los poderosos de los humildes. Símbolo de poder. Cervantes hace que Don Quijote conozca a los personajes más antipáticos de su libro, los duques, estando estos cazando con halcones. Las armas de fuego introdujeron en la guerra, en opinión de Cervantes, y en la caza, algo que envilecía. Las circunstancias y sus protagonistas, Franco y su corte, convirtieron esta cacería en un ejercicio de villanos, con su toque. Hay infinitas maneras de contar una historia, pero para esta sólo se le ocurren a uno dos y media: empezando por el principio, empezando por el final y, la media, empezando por la mitad. La primera arranca una fría mañana de octubre de 1959, y la otra, una fría mañana en el Rastro madrileño, de hace unas semanas; la media, de hace cuatro o cinco años, empezaría con una portada del periódico El Mundo. Hemeroflexia — ALMANAQUE DE ANDRÉS TRAPIELLO — 15 février 2015. [Publicado en El País Semanal el 15 de febrero de 2015]

2. El día en el que Utrera Molina puso a tiro 4.601 perdices para que Franco las aniquilara en la Encomienda de Mudela. La matanza tuvo lugar en 1959 en Ciudad Real, pero las fotografías permanecieron secuestradas hasta 1983. Cuando Matos (el fotógrafo) estaba en lo alto de la escalera, el dictador bromeó con la concurrencia, siempre dispuesta a halagarle, comentado: «Como se caiga el fotógrafo y se mate, lo tendremos que poner entre las perdices». Una carcajada bufonesca acompañó al chiste de mal gusto de una persona con las manos manchadas de sangre. El Plural — L. RODRÍGUEZ Domingo, 7 de mayo de 2017.

3. Así las cosas, FRANCO, pudo dar con parte de las perdices autóctonas de España más otras de plástico nacidas en las «FINCAS DEL ESTADO» siendo todas ellas válidas para la ocasión.

4. La caza empezó en tiempos inmemoriales siendo privilegio de reyes, señores y caballeros. Lo que separaba a los ricos de los pobres, a los poderosos de los humildes. Símbolo de poder. Cervantes hace que Don Quijote conozca a los personajes más antipáticos de su libro, los duques, estando estos cazando con halcones. Las armas de fuego introdujeron en la guerra, en opinión de Cervantes, y en la caza, algo que envilecía. Las circunstancias y sus protagonistas, Franco y su corte, convirtieron esta cacería en un ejercicio de villanos, con su toque megalómano y esperpéntico. El País Semanal — Andrés Trapiello 19 FEB 2015. EL PAÍS SEMANAL – EL PAÍS. Diario de un cazador – 17-02-15.

5. En 2014, Andrés Trapiello se topó con varias fotografías de una cacería organizada por Franco en 1959 para su círculo más cercano. Eduardo Matos. EL PAÍS SEMANAL – EL PAÍS. Diario de un cazador – 17-02-15.

6. La crónica es jugosa y refleja detalles bastante chuscos del régimen que controló con mano de hierro el general Francisco Franco durante 40 años.

7. El veterano Jaime Peñafiel, que es quien firma en El Mundo «LA CACERÍA: EL DÍA QUE FRANCO MATÓ 4.601 PERDICES», comienza diciendo que la auténtica realidad «siempre es inverosímil, sorprendentemente inverosímil y extraña «Añade que toda la prensa española de aquella época era un gigantesco botafumeiro «que, a diario, incensaba a la primera escopeta nacional» y nos realza una cacería celebrada en la Encomienda de Mudela (Ciudad Real) del 16 al 18 de octubre de 1959, en la que participaron varios ministros, doña Carmen Polo —esposa de Franco— y el Caudillo. Hasta ahí casi todo bien, incluyendo la referencia a la «La escopeta nacional» del gran Luis Berlanga o la tesis —no verosímil— de que las fotos de la cacería ojeo nunca vieron la luz ya que fueron secuestradas por orden superior. PERIODISTA DIGITAL — 23 Ene 2010 — 09:43 CET. Archivado en: Francisco Franco | Jaime Peñafiel | Prensa-

8. Lo que no es de recibo es el titular con el que El Mundo de Pedrojota destaca la imagen que abre a cuatro columnas su portada este sábado 23 de enero de 2010. Titula El Mundo: «El día que Franco mató 4.601 perdices». Y explica en el pie que la imagen fue tomada por el fotógrafo manchego Eduardo Matos Cuesta durante una cacería de tres días «de cuyo récord, por copioso, solía jactarse el propio caudillo». A Pedrojota le falla la aritmética o se la han metido doblada. Hagan el cálculo. Imaginemos que los cazadores se ponían a disparar en cuanto amanecía y no dejaban de hacerlo hasta que comenzaba a flaquear la luz. A mediados de octubre de 1959, cuando no se aplicaba eso que conocemos ahora como horario de verano, salía el sol a las seis de la mañana y se ponía a las cinco de la tarde. Es decir, que el Caudillo y sus acompañantes disponían de 11 horas de luz. Llevaba el Generalísimo ayudantes que le cargaban las escopetas, pero parece lógico suponer que, a pesar de sus «sobrehumanas» facultades, tendría que engullir algo para reponer fuerzas, mear de vez en cuando y tomarse ocasionalmente un respiro. Y que todo eso, a lo largo de toda la jornada, sumase una hora. Pues quedan 10 horas hábiles por día. Si la cacería duró tres días y no restamos el tiempo dedicado a recoger las piezas, atender otros asuntos y a hacerse fotos, Franco estuvo cazando 30 horas. Cada hora tiene 60 minutos, lo que da un total de 1.800 minutos de cacería. Basta dividir 4.601 por 1.800 para llegar a la asombrosa conclusión de que el Caudillo tuvo que matar dos perdices y media por minuto o lo que es lo mismo, una cada 24 segundos. Y eso, sin fallar un cartuchazo. ¿Les parece a ustedes verosímil que Francisco Franco no errase un tiro durante tres días? ¿Es creíble que aguantara sin descansar 10 horas seguidas, apretando el gatillo cada 24 segundos? ¿Y que hiciera eso tres días seguidos? ¡Venga ya! EL CAUDILLO TENDRÍA QUE HABER MATADO UNA PERDIZ CADA 20 SEGUNDOS, OCHO HORAS AL DÍA. El día que al diario «El Mundo» se la metieron doblada. Publica como gran exclusiva que el General Franco mató de una tirada 4.601 perdices. PERIODISTA DIGITAL 23 Ene 2010.

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