3 de marzo, el definitivo éxito mediático del mundo rural

Desde que en el 2008 tuvo lugar la gran manifestación de La Castellana, con lo que en aquel momento se asumió como gran éxito de convocatoria, muchas cosas han cambiado.


Aquella demostración de poderío de la coalición de ASAJA con la Federación de Caza juntó en Madrid a un millón de personas. El presupuesto que en los mentideros se manejaba eran cifras no confirmadas, cercanas a los tres millones de euros. El resultado real fue más bien escaso. Se consiguió la baja de una ministra de Medio Ambiente, pero continuó su nefasta Ley de Biodiversidad.

Aquella cartelería, aquellos tractores nuevos, aquel derroche de medios y de personajes que pasaron durante estos años como grandes gestores por distintas asociaciones, no se ha vuelto a dar. Ya tampoco la Federación de Caza volvió a ser lo que fue, muy probablemente aquella arrogancia económica fue uno de los motivos que posteriormente llevó a la guerra cainita entre federaciones, la época del F8, F10 y posteriormente el FX, que ya no se sabía bien dónde estaba cada uno por un quítame allá unos euros. Todo terminó con un presidente, Andrés Gutiérrez, exonerado de culpas y una Federación Española hoy reagrupada alrededor de otro presidente que, al contrario que en aquella época, carece del poder económico y efectivo para imponer su criterio.

Manifestación en Defensa de la Rehala

En septiembre de 2014 una escueta manifestación de solo 6.000 asistentes en defensa de la Rehala, capitaneada visiblemente por Felipe Vegue, de ARRECAL, y Luis Fernando Villanueva, presidente de lo que en aquel entonces era APROCA, contra lo que inicialmente se podría considerar un fracaso y gracias a gestiones parlamentarias complementarias de otros muchos agentes y personas, consiguió su fin. Se dejaron de producir las inspecciones de trabajo a los rehaleros. El presupuesto fue bajísimo, similar al número de participantes. Pero como todos estaban a una, se consiguió el fin logrado.

Manifestación 5J de 2016

300.000 pescadores y cazadores inundamos Madrid aquel glorioso día de calor. El objetivo era cambiar los artículos de la Ley de Biodiversidad que propiciaban el exterminio de las especies alóctonas de nuestro país que, aunque ya estuviesen naturalizadas, parecían no importar a la administración. El presupuesto que se manejó también fue bajísimo. Las trabas en las ruedas y el desprecio de las federaciones de caza adscritas en aquel momento al conocido como grupo F8, amén de las llamadas telefónicas de algún conocido gestor cinegético intentando desmovilizar a la gente, no surtieron efecto… Se decía desde algunas federaciones que no asistiésemos, que era una simple manifestación de pescadores.

Pues menos mal que asistimos. Los simples pescadores resultaron ser los grandes gestores que el mundo rural necesitaba en España para, con humildad y esfuerzo, conseguir, dos años después, un cambio en la Ley de Biodiversidad que garantizaba la supervivencia de muchas especies naturalizadas y el pan de muchas familias.

Mientras, las todopoderosas federaciones de caza estaban preocupadas de sus luchas de poder internas, divididos y dividiendo. Allá ellos y entre ellos con sus deportivas cuitas…

Pero fue un auténtico honor para miles de cazadores haber participado en aquel movimiento y una gran oportunidad haber descubierto a grandes luchadores y gestores como son Carlos Bueno y Agustí Albiol. Ellos y su equipo lograron en el Parlamento lo que dos años antes habíamos reclamado en La Gran Vía.

Otra gran gestión lograda, a bajo presupuesto.

Manifestación del tres de marzo de 2019: la de la Alianza Rural

Un hermoso nombre, Alianza Rural, un hermoso nombre que se empezó gestando allá por el 2016 con el incombustible Luis Fernando Villanueva como cabeza visible predicando una «nueva cruzada» con todo el rural junto para la primavera siguiente para una gran manifestación, esta vez con el presupuesto adecuado. A esta idea se sumaron más de 200 asociaciones en esta nueva agrupación para defender el interés general del rural de todos los ataques que recibía. Desgraciadamente, todas las asociaciones rurales que se habían sumado alrededor de esta idea veían una vez tras otra, y con frustración, cómo se posponía la fecha de ese gran día de reivindicación rural. Los problemas y retrasos, siempre desde el mismo lado. Siempre desde los entes deportivos de la caza y sus afines. Como si los cazadores, y en concreto los de competición, fuesen lo más importante del rural. Desde luego eran los que más problemas ponían al fin común, eso estaba claro.

Un duro parto

La infinita paciencia de Alfonso Aguado, presidente de la Asociación Española de Rehalas, capitaneó la transición hasta que en septiembre de 2018 las asociaciones participantes acordaron, por unanimidad, nombrar a Carlos Bueno como coordinador de la manifestación con una fecha clara, el 3 de marzo de 2019, por cierto a propuesta de Ángel López y Santiago Iturmendi, presidentes de las federaciones española y castellano leonesa.

Tan solo unas semanas antes de la fecha de la manifestación, como siempre, la casta federativa de la caza, en contubernio con Luis Fernando Villanueva, responsable de la otrora significativa APROCA, junto con Felipe Vegue de ONC y algún otro, decidieron abandonar el barco de lo que resultó ser la más exitosa manifestación del sector de la historia reciente.

El éxito fue político, con la presencia de todo el arco parlamentario y extraparlamentario, pero también fue masivamente mediático, dejando al mundo rural y sus usos tradicionales ante las puertas abiertas de quienes sean los futuros gobernantes de este país.

Los gastos, unos 6000 €, los asistentes, 50.000… Los objetivos, manifiestamente logrados.

Análisis comparativo

A estas alturas pretendo transmitir al lector, dos cuestiones.

La primera es que existe un interés extraño y manifiesto por parte de algunos personajes del sector rural y cinegético en España por repetir el formato caduco y carísimo de la inefectiva manifestación de 2008, que no logró sus objetivos, puesto que no se pretendía retirar a Cristina Narbona, solo a la Ley de Biodiversidad.

La segunda conclusión es que todavía existe honor y gallardía suficiente en el sector rural, en su alianza, como para obtener un enorme éxito en su manifestación del pasado 3 de marzo. Simplemente, para lograrlo, aparte de la magnífica gestión del equipo de Carlos Bueno, se ha premiado la lealtad a la palabra dada, el deber cumplido y el sentido práctico de apartar del camino a los históricos defraudadores del colectivo cinegético en España que, desgraciadamente, solo se habían convertido en un estorbo en el camino hacia el éxito de la manifestación por el rural encomendada por unanimidad a quien cumplió con creces con su deber contra viento y marea.

Gracias a todos los que habéis luchado por una alianza rural digna.

Con vosotros se han conseguido objetivos y con vosotros habrá un camino en la defensa del rural y sus usos tradicionales.

Comparte este artículo

Publicidad